El pulso dialéctico entre el diputado del PP Miguel Ángel Lafuente y el consejero de Presidencia, Vicente Guillén, saltó este viernes de la ley de capitalidad a los asesores y sus costes, y los dos salieron escaldados.

Lafuente pidió explicaciones al socialista por la contratación de dos nuevos asesores, adscritos al departamento de Guillén, para luchar contra la despoblación y exigió conocer su perfil técnico para saber "si son dos afiliados del PSOE a los que llevan a Presidencia a trabajar o especialistas, sociólogos o expertos en desarrollo curtidos durante muchos años en la lucha contra la despoblación".

Comenzó entonces una guerra de cifras sobre qué ejecutivo, si el PSOE-CHA o el PP-PAR, contrató más asesores.

Guillén explicó que, en su caso, lo único que han hecho ha sido modificar la estructura del departamento en un número inferior a cinco, que es el mismo límite que fijó en la anterior legislatura la presidenta Luisa Fernanda Rudi. "Tenía dos asesores por departamento, así que en su gobierno contaban con el doble que en la actualidad", acusó.

Y fue a más al resaltar que lo único cierto hasta ahora es que la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, nombró a una comisionada del Gobierno frente al reto demográfico con un "currículo profesional que está íntegramente vinculado al PP, que cuenta con una remuneración de 98.299 euros al año y de cuya principal función, que es la elaboración de una estrategia nacional, no se sabe nada aunque lleva un año en el cargo".

De ahí que intentara dar la vuelta a la interpelación formulada por los populares en las Cortes: "Si ustedes nombran asesores, los nombran del partido, los nuestros todavía está por ver".

Pero antes se tuvo que escuchar la valoración que realizó Lafuente sobre su papel al frente de la lucha contra la despoblación, y no fue ningún regalo para sus oídos. Más bien todo lo contrario. Para Lafuente, las únicas dos medidas que ha adoptado Guillén para combatir el problema han sido "gastar 60.000 euros en dos nuevos asesores y subir un 13% las dietas para seguir funcionando por Europa". Unos viajes que, si bien hasta Lafuente reconoció que son necesarios, aún no han permitido al consejero "conseguir nada".

El rifirrafe acabó con más dudas de las que había de inicio sobre la elección y la cifra real de  asesores y con la certeza de que la despoblación avanza sin control y ni unos ni otros son capaces de trabajar juntos para implantar medidas que resulten efectivas.