De dos semanas a cuatro días de fiesta: la Semana Santa escolar según cada comunidad

Desde hace varios años, Aragón apuesta por adecuar los días festivos por esta celebración a la duración de los trimestres.

Los auxiliares de educación especial son un apoyo para los alumnos con discapacidad.
Aula de un centro aragonés.
Guilermo Mestre.

Las vacaciones escolares de Semana Santa, como otras muchas cosas, se rigen por las necesidades de cada comunidad autónoma. Por ello no es extraño que un niño de la provincia de Huesca tenga fiesta desde el miércoles, 28 de marzo, por la tarde hasta el 8 de abril (como ocurre este año) y otro que viva en la de Lérida (a escasos kilómetros)  inicie sus vacaciones el 24 de marzo y las acabe casi una semana antes que el aragonés: el 2 de abril.

Esto se debe a que la mayoría de las comunidades eligen entre dos opciones: que el colegio cierre entre el Sábado de Pasión y Lunes de Pascua o que los alumnos tengan vacaciones desde el Jueves Santo y durante toda la semana posterior. En el primer caso se encuentran comunidades como Cataluña, Castilla La Mancha, Andalucía o Galicia. Entre las comunidades que apuestan por la segunda opción están Navarra, la Comunidad Valenciana o La Rioja.

¿Qué ocurre en Aragón? Desde hace años, el Consejo Escolar de Aragón acordó que estos días de vacaciones variarían dependiendo de cuándo se celebrara la Semana Santa. “En el caso de que el Jueves Santo se celebre en marzo, los alumnos tienen fiesta desde entonces y hasta finalizar la semana posterior (11 días sin ir a clase); si se festeja en abril,  los colegios cierran entre el Sábado de Pasión y el Lunes de Pascua (10 días)”, explican desde la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de la Escuela Pública de Aragón (Fapar).

El objetivo de esta medida, que también se aplica en Castilla y León y Asturias, no es otro que intentar que los trimestres escolares tengan una duración similar. “Esta norma ayuda a equilibrar la duración de los tiempos escolares; sin embargo, supone un verdadero problema para las familias ya que dificulta las opciones de conciliación”, recuerdan desde esta asociación. De hecho, debido a estas rotaciones, muchos progenitores ni siquiera son conscientes de qué días festivos hay en los colegios de Aragón por Semana Santa.

Este año será fiesta la semana posterior a Semana Santa (ya que se celebra en marzo), mientras que en 2019 los menores dejarán de ir a clase durante la misma semana de la festividad (porque cae en abril). “Todo esto conlleva muchas dudas entre los padres y problemas de conciliación. Cuando la Semana Santa se celebra en abril es sencillo: solo son tres días y en muchas empresas se tiene derecho a fiesta. Por el contrario, cuando cae en marzo es  imposible compaginar las libranzas del mundo laboral con las escolares (este año no vuelven a clase hasta el 8 de abril)”, explican. Asimismo recalcan que esto obliga a buscar alternativas como campamentos de una semana o colonias urbanas. “En pocas empresas entienden que te cojas fiesta la semana posterior a la festividad”, puntualizan.

Cantabria, la opción más novedosa

Lo más habitual es que las comunidades apuesten por alguna de las tres alternativas nombradas: vacaciones durante todos los días de la Semana Santa, desde el Jueves Santo y hasta el final de la semana siguiente o cambiar dependiendo de en qué mes se celebra la festividad. Sin embargo, existente otros gobiernos autonómicos que apuestan por una dinámica diferente.

Ceuta y Melilla programan la semana de libre disposición junto a la Semana Santa, por lo que consiguen quince días de vacaciones. País Vasco solo asegura los cuatro días que marca el calendario laboral más el Lunes de Pascua. No obstante, las provincias o localidades tienen potestad para mover determinados días y aglutinar algunos días más de fiesta (esto también se permite en otras comunidades como Murcia).

Por su parte, Cantabria ha apostado por un modelo diferente: una semana de vacaciones por cada dos meses lectivos. De este modo, el calendario escolar se divide en cinco periodos bimensuales en vez de los tres trimestres que hay en el resto de comunidades, provocando que en Semana Santa solo existan las mismas festividades que en cualquier otro trabajo.

En Aragón todavía no se contempla una medida similar: ni el Ejecutivo autonómico ni Fapar consideran que sea la mejor opción puesto que conllevaría problemas de conciliación. De hecho, desde que se realizó este cambio en Cantabria hace dos años, ninguna otra comunidad se ha sumado a este modelo francés.

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