Condenado a ocho años de prisión por extorsionar y torturar a una joven

La Audiencia de Zaragoza ha condenado a Saúl Planas a por las torturas a las que sometió a una vecina de Sabiñánigo, amiga suya y a la que llevaba cinco años extorsionando.

Saúl Planas durante el juicio
Saúl Planas durante el juicio
Heraldo.es

La Audiencia de Zaragoza ha condenado a Saúl Planas a penas que suman ocho años de prisión por extorsionar a una joven, vecina de Sabiñánigo, durante cinco años con la excusa de que había roto un código de una supuesta banda latina, y por torturarla en una ocasión, junto a unos amigos, con golpes, quemaduras y asfixia.

Los hechos se iniciaron en octubre de 2010 en Huesca, ciudad en la que residían la víctima y el acusado, que empezó a reclamarle pequeñas cantidades de dinero por "filtrar" que mantenía una relación de pareja con una joven y romper así un código de conducta de una supuesta banda latina.

El tribunal considera probado que el acusado, de 32 años en la actualidad, pasó de ejercer una "tenue" presión inicial a amenazar a la joven, mediante llamadas telefónicas, mensajes y whatsapp, con darle una paliza y causarle graves lesiones.

Estafó alrededor de 40.000 euros

Hasta el año 2015, el acusado obtuvo 18.000 euros mediante pagos en metálico, ingresos en cajeros o por giro postal, aunque también consiguió otros 16.000 de una sola vez tras saber que su víctima había vendido un piso cuya propiedad compartía con su padre, y 3.300 más procedentes de unas devoluciones hechas por unas fincas.

Además, le convenció para que comprase un vehículo Mercedes tipo A y lo pusiera a su nombre, llegando a estafarle en el conjunto de sus extorsiones, según la Audiencia de Zaragoza, "un mínimo de 40.000 euros".

El tribunal relata, por otra parte, que el 19 de marzo de 2015, el acusado y otros tres jóvenes, entre ellos un menor de edad, llevaron a la denunciante a una vivienda de Zaragoza para torturarla durante largo tiempo.

Considera probado, a tenor de los informes periciales y del testimonio de la propia víctima, que ésta fue golpeada con violencia en la cara y que después sufrió graves quemaduras que le infligieron los agresores con un cuchillo, un abrebotellas y una lima que previamente habían puesto al fuego.

Además, relata la sentencia, sumergieron hasta diez veces su cabeza en un recipiente con agua para causarle una sensación de asfixia.

Absuelve a su pareja

El tribunal, sin embargo, absuelve de toda responsabilidad a una joven que comenzó a salir con el acusado poco tiempo antes de ser detenido al no considerar probado que los mensajes que recibió la víctima desde su teléfono los había enviado ella.

Para fundamentar su sentencia, los magistrados se apoyan en el testimonio "coherente y persistente" de la víctima, en los informes forenses que detallan las lesiones sufridas por la denunciante y en la sentencia del Juzgado de Menores de Zaragoza que condenó al menor que participó en las torturas.

Consideran, además, como "increíble" que el propio acusado admitiera haber recibido dinero de la víctima pero negara al tiempo las amenazas, y valoran el testimonio de la primera novia del acusado, Jessica Mirella V. V., que admitió haber quemado en dos ocasiones a la denunciante.

La primera novia no se presentó a la vista oral de febrero y se encuentra en paradero desconocido desde entonces. En un auto fechado el 26 de febrero, la Audiencia Provincial de Zaragoza la declaró en rebeldía.

El tribunal condena a Saúl Planas a cuatro años por lesiones con la agravante de reincidencia, y a cuatro años y seis meses más por un delito continuado de extorsión, y le obliga a pagar a la víctima 64.620 euros en concepto de indemnización.

Además le prohíbe acercarse o a comunicar con la víctima durante un periodo de cinco años por cada uno de los delitos establecidos en la condena.

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