Cuatro redes sociales que quisieron triunfar y murieron en el intento
Estos proyectos nacieron con la intención de superar a Facebook, Instagram y Twitter, pero no lo consiguieron.
Renovarse o morir. Esta es una de las máximas que han seguido las principales redes sociales para mantener su puesto de dominancia sobre las que han intentado desbancarlas. A lo largo de la última década, el éxito cosechado por Facebook -con 2.000 millones de usuarios mensuales activos-, Instagram -1.000 millones- o Twitter -con más de 328- ha desatado la envidia de sus posibles competidoras y ha servido para que otros proyectos hayan nacido con la intención de igualarlas en cifras e, incluso, para acabar con ellas.
A pesar de la efímera fama de algunas, otras ni siquiera llegaron a despegar antes de ocupar un hueco en el cementerio digital. El mayor ejemplo de este último tipo, por su ambición depredadora, es el de la red social que lanzó el gigante Google. Aunque su buscador registra cada minuto 3,5 millones de entradas, Google+ , surgido en 2011, solo ha conseguido alcanzar unos cuantos, aunque fieles, adeptos.
En los últimos cuatro años, dos han sido las redes sociales que han emergido con la pretensión de luchar contra la pujanza de la popular plataforma de Mark Zuckerberg. En 2014, Ello se proponía como "la red social alternativa a Facebook sin publicidad y que no va a vender tus datos". Su mayor pico de actividad se registró unos meses después de su lanzamiento, cuando consiguió que 31.000 personas quisieran darse de alta a la hora en su servicio. Actualmente, Ello cuenta con más de un millón de usuarios y se presenta como una comunidad de artistas. Dos años más tarde del fracaso de Ello, Peach, un producto similiar a su precesora, fue calificado por el portal estadounidense 'The Verge' como "la red social de moda para este viernes". Y en eso se quedó.
Para acabar con el imperio del pájaro azul, en 2016, Mastodon hizo su entrada en el mundo de las redes sociales para ofrecer una versión más amable de su competidora. Con capacidad para lanzar mensajes de hasta 500 caracteres (frente a los 280 de Twitter) superó, en apenas unos días, los 140.000 usuarios. ¿El motivo de su hundimiento? Su uso poco intuitivo, que no convenció a los adeptos de Twitter para que se mudaran.
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