Condenada a dos años de cárcel por un ataque de celos

Una mujer admite que robó imágenes íntimas de la novia de su expareja y las distribuyó después a través de Facebook y Whatsapp para humillarla.

El juicio por la pelea multitudinaria se celebró este lunes en la Ciudad de la Justicia de Zaragoza.
El juicio se celebró esta semana en la Ciudad de la Justicia de Zaragoza.
Guillermo Mestre

Los celos pueden ser considerados algo consustancial a la naturaleza humana, pero lo cierto es que quien los padece puede verse envuelto en serios problemas. Y eso es lo que le ha ocurrido a Elisabeht G. C., una joven de 29 años afincada en Zaragoza a la que un ataque de celos le acaba de costar una condena de dos años de cárcel. La propia acusada fue la primera en reconocer ante la jueza que cuando decidió difundir fotos de una chica en ropa interior y con poses insinuantes estaba llena de achares. Porque esa persona a la que trataba de humillar y desacreditar no era otra que la nueva pareja del padre de su hijo.

La acusación particular, a cargo de la letrada Cristina Gracia, del despacho Cabrejas Abogados, solicitaba inicialmente una pena de tres años de prisión por un delito de descubrimiento y revelación de secretos. Sin embargo, al admitir la encausada los hechos y reconocer su culpa, esta parte decidió adherirse a la petición del fiscal y rebajar la pena a dos años. Y como todas las partes estaban de acuerdo, incluida la defensa, que inicialmente proponía la absolución de su cliente, la titular del Juzgado de lo Penal número 5 de Zaragoza optó por no alargar el juicio y dictar sentencia in voce.

La acusada no arrastra antecedentes penales y se ha comprometido a indemnizar a la víctima con 500 euros –más intereses– por los daños causados , por lo que se le ha suspendido la pena y no ingresará en el centro penitenciario de Zuera: siempre que no vuelva a delinquir durante estos dos años. Además, deberá hacerse cargo de las costas procesales, incluidas las de la acusación particular.

Colgó fotos en Facebook

Los hechos enjuiciados se produjeron entre marzo y abril de 2016, cuando el excompañero sentimental de la acusada y la víctima estaban saliendo juntos. La pareja había intercambiado fotos íntimas, circunstancia de la que se valió Elisabeht G. C. para conseguir el material con el que humillar a la denunciante. De hecho, lo que hizo esta mujer fue valerse de un encuentro con el padre de su hijo para hacerse con su teléfono móvil y quitarle la tarjeta de memoria.

Al examinar el contenido del dispositivo, la encausada encontró fotos de la víctima en ropa interior y no se lo pensó dos veces. "Movida por los celos, se dedicó a enviar algunas de ellas tanto a la denunciante como a amigos suyos a través de la red social Facebook", dice la sentencia. No conforme con ello, la acusada decidió enviar también las comprometedoras imágenes a través de Whatsapp a la madre de la víctima y a varias personas vinculadas a la congregación religiosa a la cual asiste su familia.

Como afirmaba la Fiscalía en su escrito de calificación y recoge ahora el fallo, la intención de la condenada no era otra que la de "originar un perjuicio a la chica, humillarla y desacreditarla en represalia por la relación que había tenido con su  exnovio".

A la hora de difundir malintencionadamente las fotos, la ahora condenada lo hizo usando un telefóno y una cuenta de Facebook que eran conocidos por su expareja, lo que permitió a la Policía concretar la autoría de los hechos.

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