Una marea feminista desborda Zaragoza

Decenas de miles de personas llenan las calles de Zaragoza en un 8-M histórico. Las mujeres claman contra la desigualdad de género, la violencia machista y la brecha salarial.

La plaza del Pilar, donde se leyó el manifiesto del 8-M, se llenó ayer de mujeres y hombres que clamaron por la igualdad.
La plaza del Pilar, donde se leyó el manifiesto del 8-M, se llenó ayer de mujeres y hombres que clamaron por la igualdad.
José Miguel Villuendas

Unidas en la diversidad, con un sentimiento de emoción compartida, miles de mujeres clamaron este jueves en Zaragoza por sus derechos en un 8M histórico que desbordó todas las previsiones. Fue la rúbrica de una jornada de huelga y movilización feminista contra la desigualdad de género, la violencia machista y la brecha salarial, que acabó con una convicción común: "La revolución empieza hoy".

14 mujeres anónimas se situaron en la cabecera de la manifestación. Portaron el lema de la protesta, que esta vez se escuchó más que nunca: "Si nosotras paramos, se para el mundo". Y a sus espaldas, una marea morada de mujeres y hombres que no parecía tener fin. Niñas, madres, jóvenes, abuelas, inmigrantes, trabajadoras del hogar, estudiantes, sindicalistas... Más de 40.000 personas se sumaron a la protesta (la Delegación del Gobierno las cifró en 37.000, pero los organizadores dieron por hecho que fueron muchísimas más). Pero ante la magnitud de la manifestación, las cifras ya eran lo de menos: el éxito fue total.

Poco antes de las 19.00, las calles del entorno de la glorieta de Sasera estaban a rebosar. Al grito de "que viva la lucha de las mujeres", la manifestación echó a andar con muchas dificultades entre la multitud. "Nos sobran los motivos", dijo Ana Lázaro, portavoz de la Asamblea 8M, convocante de la marcha. Recordó las causas de esta manifestación: la brecha salarial, que en Aragón llega al 25%, la violencia machista, con casi 1.000 mujeres asesinadas en España desde 2003, o la falta de una economía feminista.

Pero se escucharon muchos más motivos durante los dos kilómetros de trayecto: el trabajo de cuidados y doméstico no reconocido ni redistribuido, la discriminación por la orientación sexual, el techo de cristal y la precariedad laboral, la pobreza, el acoso sexual, la conciliación de la vida laboral y familiar, la tasa rosa o la falta de una educación en igualdad.

Dos horas de recorrido

Dos horas tardaron los manifestantes en llegar hasta la plaza del Pilar. Y una hora después del inicio de la movilización todavía seguía saliendo gente desde una glorieta de Sasera totalmente colapsada ante el éxito de la convocatoria. "Llevamos una esperando, esto no se mueve", decían algunas, que pensaban que la cabeza de la manifestación ni siquiera había salido cuando ya estaba encarando su final.

Muchas mujeres llevaban las caras pintadas con los símbolos feministas, otras portaban pitos y carteles, otras transitaban en silencio con sus pañuelos morados y todas se expresaban conmovidas ante la respuesta de la ciudadanía. Al grito de "las mujeres, unidas, jamás serán vencidas", enfilaron un paseo de la Independencia lleno a reventar.

Una joven llamada Nuria se encaramó incluso a una farola para grabar con el móvil lo que estaba ocurriendo. "Está a tope, nunca había visto tanta gente, estoy flipando", dijo. La gente ocupaba por completo el paseo, la plaza de España, el Coso y la avenida de César Augusto. "Ista, ista, ista, Zaragoza es feminista", coreaban al unísono.

En el triángulo de las ausentes, con un gran pañuelo morado se recordaba a todas las mujeres asesinadas por el hecho de serlo. "Los políticos tienen el poder para cambiar las leyes y acabar con esto", afirmaba Nuria García, de la comisión de mujeres de la FABZ. "Denuncia archivada, mujer asesinada", gritaban unas jóvenes. "Si nos tocan a una, nos tocan a todas", decían otras.

Una contundente batucada animaba las consignas feministas. "No tenemos miedo", gritaban, cada vez más cerca de la plaza del Pilar. En las Murallas Romanas, la manifestación se detuvo durante unos minutos en un clima de fiesta y baile.

"¡Hemos parado Zaragoza!"

La pancarta principal llegó, no sin dificultades, a la fuente de Goya en una plaza del Pilar llena a reventar. Muchas manifestantes accedieron por la calle de Alfonso I para atajar y no perderse el momento culminante de la protesta, la lectura del manifiesto. Entre la fuente y la bola del mundo apenas había huecos. La propia fuente de la Hispanidad se ‘tiñó’ de rosa para la ocasión.

El acto final de la manifestación arrancó con las voces del coro libertario de Torrero. En la primera línea del escenario solo hubo mujeres. "Agradecemos la participación de los hombres, pero es una huelga feminista y queremos verlas bien", explicaron desde la organización.

Poco antes de las 21.00 –y tras esperar varios minutos de rigor para que llegaran todos los manifestantes, algo que resultó imposible–, la directora de cine Paula Ortiz y Pilar Amorós, fundadora de Los Titiriteros de Binefar, pusieron voz al sentimiento de todas. "Juntas somos más". Esas fueron las primeras palabras de un discurso guiado por un espíritu combativo y rebelde que fue aplaudido y coreado por todas y cada una de las presentes. Juntas emocionaron y recordaron que la manifestación iba mucho más allá de Zaragoza, de Aragón y de España, ya que este año han sido decenas los países que se han sumado a la huelga feminista del 8M.

La movilización se disolvió unos 20 minutos más tarde con todas las asistentes formando con sus brazos el símbolo feminista y con un mensaje rotundo: "¡Lo hemos conseguido, hemos parado Zaragoza y todo el territorio de Aragón! ¡Vamos a formar parte de la historia!". Y volvieron a sus casas con el compromiso de seguir luchando para que el 9M y todos los días que vendrán se sigan reconociendo los derechos de las mujeres.

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