Heraldo del Campo

"Hay que poner en valor el potencial agronómico español"

La empresa Mas de Flandí, ubicada en Calaceite, exporta a países europeos el 80% de su producción de aceite de oliva virgen extra.

Eduard Susanna, responsable de la empresa, en una presentación reciente de sus aceites.
Eduard Susanna, responsable de la empresa, en una presentación reciente de sus aceites.
M.F.

Durante muchos años, Eduard Susanna, propietario-productor de la almazara Mas de Flandí, ubicada en la localidad turolense de Calaceite, recorrió el mundo entero trabajando en el sector cosmético. Su experiencia internacional, junto con su pasión gastronómica, le llevaron a estudiar la presencia del producto gourmet español en los mercados internacionales. Y de esta manera llegó a la conclusión de que «a pesar de la calidad de nuestros productos agroalimentarios, en materia de comercialización España estaba a años luz de otros países vecinos, como es el caso de Francia o Italia, que han sabido vender muy bien sus bondades gastronómicas», matiza.

Fruto de estas reflexiones, y motivado por un cambio en su trayectoria profesional, Eduard decidió apostar por la elaboración de aceite de oliva premium. Para lograrlo, contaba ya con parte de la materia prima porque, en 2005, compró la finca Mas de Flandí, en Calaceite, en el Bajo Matarraña, que estaba formada por un extenso olivar de la variedad Empeltre.

«Yo conocía muy bien la zona porque he veraneado aquí y conocía la calidad de sus aceitunas. Además, durante mucho tiempo me estuve formando y dando vueltas por las mejores almazaras de España y también de Italia, donde aprendí participando en catas impartidas por los mejores maestros. En aquel momento, me di cuenta de que, en Italia, por ejemplo, además de contar con buenos productos, son los reyes de la tecnología de elaboración y nos llevan años de adelanto en cuanto a la búsqueda de la excelencia. Y también comprobé que a nosotros nos faltaba mucho que aprender, porque no vale con contar con un género bueno, también hay que saber elaborarlo y venderlo», indica.

Su propio molino

Poco a poco, iniciaron la renovación de la finca, que ahora cuenta con una extensión de 40 hectáreas y lo hicieron aplicando nuevas técnicas agronómicas y apostando por la agricultura ecológica, lo que les llevó, en 2011, a poner en marcha la certificación ecológica CAAE (Comité Aragonés de Agricultura Ecológica).

En un principio trabajó con diferentes almazaras hasta que, en el año 2012, decidió poner en marcha su propio molino, que ha incorporado la tecnología más novedosa y puntera en extracción en frío.

«A la hora de empezar a hacer el aceite, apostamos por iniciar la recolección en octubre, en lugar de diciembre, como es habitual, porque el mejor aceite es el que procede del zumo de la aceituna verde, aunque su rendimiento sea considerablemente menor», apunta Eduard, quien en plena campaña da trabajo a media docena de operarios.

En la actualidad, sus aceites, Extravirgen y Fruit&Branca, procedente de aceitunas verdes, se comercializan en las mejores tiendas gourmet de España, pero fundamentalmente se exporta a otros países como Holanda, Francia, Suiza, Alemania e incluso a Italia, en un volumen de ventas que supera el 70%.

«Mas de Flandí es un sueño hecho realidad, aunque somos muy conscientes de que el sector del aceite de oliva tiene que evolucionar muchísimo, igual que ha ocurrido con el vino, donde se habla de variedades o de ‘terroir’. Pero lo vamos a ir logrando poco a poco, intentando, sobre todo, poner en valor el potencial agronómico español. En este caso, con nuestros Extravírgenes, toda una explosión de aromas y sabores procedentes de una tierra, el Matarraña, que desde sus orígenes ha sido considerada como la cuna del aceite de oliva de calidad», concluye.

Más información en el Suplemento Heraldo del Campo

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