Seis de cada diez aragonesas creen que hay desigualdad... y seis de cada diez hombres dicen que apenas

La mayoría de personas opina que la mujer tiene peor salario y más problemas para conciliar. En el hogar son ellas las que asumen mayores cargas, según la encuesta de A+M.

Eva Cerezo, en la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Zaragoza.
Eva Cerezo, en la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Zaragoza.
P. F.

Aunque la situación de igualdad entre hombres y mujeres ha mejorado en la última década, según pone de manifiesto la encuesta 'Desigualdades de género' de A+M para HERALDO, todavía hay "grandes desigualdades" que sitúan a la mujer en una posición de desventaja en diferentes ámbitos.

Así lo indica el 62,2% de las aragonesas encuestadas frente al 40% de los hombres que reconoce esta situación. En el terreno laboral, una amplia mayoría (el 76,6%) coincide en que la mujer está peor pagada y tiene mayores dificultades en cuanto a conciliación familiar (73,9%).

 

Las posibilidades de encontrar un empleo, ascender en el trabajo u ocupar puestos de responsabilidad también son menores para ellas, según más de la mitad de los entrevistados, y una amplia mayoría (el 76%) asegura que ellas tienen que esforzarse más para demostrar que pueden desempeñar el mismo puesto de trabajo o, que en las mismas condiciones, la mayoría de empresas los prefieren a ellos para cubrir altos cargos.

 

Eva Cerezo, de 48 años, es profesora del grado de Ingeniería Informática, la carrera con menor porcentaje de mujeres de la Universidad de Zaragoza (no llega al 10%). En muchas de sus clases solo tiene alumnos chicos y entre los profesores también ellas son minoría. En la Escuela de Ingeniería y Arquitectura solo hay una catedrática y una profesora titular. Contando profesoras colaboradoras, asociadas y ayudantes son once. "La maternidad penaliza a las mujeres en su carrera profesional. Se puede compaginar el trabajo con la crianza, pero con un coste tremendo", asegura.

 

Para cambiar esta situación pocos dudan de que hacen falta más medidas. De hecho, el 70% de los aragoneses es partidario de contratar mujeres en profesiones en las que hay pocas, un 63,7% está a favor de garantizar por ley un número equilibrado de hombres y mujeres en las listas electorales y el 90% defiende sancionar a las empresas que les pagan menos a ellas por hacer el mismo trabajo.

Cuestión de valía y no de sexo

Para María Isabel Urdaneta, madre sola de 48 años, la contratación debería ser una cuestión de cualificación y no de sexo, pero la realidad -añade- es que "no se contratan mujeres en mi situación por los prejuicios que hay". Antes de venir a Zaragoza, esta venezolana trabajó para una empresa en Barcelona, donde ocupó un cargo de responsabilidad estando soltera, pero al quedarse embarazada su situación cambió. "He sufrido discriminación en primera persona. Cuando me casé estando trabajando lo primero que me preguntaron fue si pensaba tener hijos. Luego me quedé embarazada y me hicieron la vida imposible hasta el punto de enfermar y marcharme", confiesa esta economista, que desde que llegó a la Comunidad no ha dejado de formarse. "He hecho cursos de márquetin, de administración, de informática, de monitora de tiempo libre y hasta de conductora de carretilla por si me toca en un almacén. Yo quiero trabajar, no vivir de ayudas, pero me cuesta salir adelante porque a mi edad ya no contratan...", cuenta con gesto triste.

Según la encuesta de A+M para HERALDO, en el hogar siguen siendo ellas las que asumen mayores cargas y también las que tienen más problemas a la hora de conciliar. De hecho, un 43% de las entrevistadas tuvo dificultades para compaginar la vida laboral y familiar al ser madres (hasta el punto de dejar el trabajo en un 7% de los casos) frente a un 60% de los hombres a los que la paternidad no les cambió "nada" su vida en el trabajo.

 

Cristina París, de 45 años, no ha sido madre pero ha lidiado también con numerosos obstáculos en su trayectoria profesional. En su caso, que tiene un final feliz, volvió a trabajar en febrero después de estar desempleada un año a causa de un trastorno mental que la incapacitó. "Yo digo que tengo tres 'taras': soy mujer, con una discapacidad y a punto de cumplir 45, pero hay muchas personas que lo tienen peor. No sé si lograremos la igualdad de todo tipo, pero tal vez cuando los currículos vayan sin foto, sin edad y sin nombre, cuando no haya referencia alguna a la persona sino a su trayectoria profesional, como sociedad habremos ganado algo", añade.

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