Sara Martín: "Nunca me imaginé llegar a ser la presidenta del comité de empresa de Opel"

Sara Martín, de 35 años, es la primera mujer que preside el comité de empresa de Opel, la principal industria de Aragón.

Sara Martín, presidenta del comité de empresa de Opel.
Sara Martín, presidenta del comité de empresa de Opel.
Guillermo Mestre

Cuando Sara Martín empezó a trabajar en la cadena de la Opel en Figueruelas con 20 años no se podía imaginar donde llegaría. Ahora tiene 35 años, dos hijos y es la presidenta del comité de empresa de Opel. Ha pasado un año y tres meses desde que fue elegida por unanimidad, la primera mujer en este cargo. "Ha sido un periodo muy intenso, se me ha pasado volando", reflexiona con un café, antes de salir corriendo a una asamblea.

Sara, operaria de producción desde 2002, ha montado burletes, techos, puertas, antenas, manetas... Ahora se sienta en la mesa de negociación en representación de casi 6.000 trabajadores. También participa en reuniones en el extranjero como vicepresidenta del comité europeo. Acaba de liderar las negociaciones para la renovación del convenio colectivo.

"El resultado es agridulce. Hemos conseguido asegurar el futuro para la planta, pero con unos sacrificios muy duros para la plantilla", asegura la presidenta del comité de empresa. "Ocupar este puesto es un orgullo pero también es más duro de lo que pensaba. Es una gran responsabilidad. La factoría tiene un peso enorme a nivel regional. De las decisiones de Opel depende un tercio de la población aragonesa", señala.

Sara resume su trayectoria en el movimiento sindical: "Me afilié a UGT muy joven y siempre me he implicado para intentar ayudar a los compañeros. Pero nunca me imaginé llegar a ser presidenta del comité de empresa. Poco a poco fui dando pasos: entré en la ejecutiva, luego en el subcomité, luego portavoz de la comisión de igualdad. En 2016, cuando se jubiló mi compañero Ramón Legarre, me propusieron a mí. Salí elegida por unanimidad, lo que agradezco a mis compañeros".

A Sara aún le sorprende ser protagonista por ser la primera mujer que ocupa este cargo. "Mucha gente me felicitó por el nombramiento y lo siguen haciendo. Pero soy una más. Mis compañeros siempre me han tratado con mucho respeto. Y cuando hay que sacar el genio, se saca", afirma.

En el comité de empresa hay 33 delegados, de los que cinco son mujeres (tres de UGT y dos de CC.OO.). En la factoría las mujeres son minoría, aunque su presencia ha aumentado en los últimos años. "Cuando entré yo era muy raro ver mujeres en la cadena. Ahora las mujeres somos el 21% de la plantilla", apunta.

Conciliación

Desde que es presidenta del comité de empresa, Sara no tiene horarios fijos. "Su turno es de 24 horas, está todo el día colgada al teléfono", bromea su marido, Ángel Aibar. Tienen un hijo de seis años y una hija de 22 meses. Él trabaja a turnos en Saica y tienen que hacer malabares, como tantas parejas, para conciliar. Si los horarios lo permiten, les gusta llevar y recoge al mayor del colegio, el Gascón y Marín.

Sara está muy orgullosa de sus orígenes: sus padres, Vadorrey, el colegio y el instituto de la Jota. Su padre se acaba de prejubilar en la Opel, donde ha trabajado desde que abrió la planta. Su tía Luisa, afiliada de CC.OO, es otro referente para ella. Sacarse el carné de conducir y volver a estudiar son algunos de sus planes para cuando tenga tiempo. Y hacer más deporte: jugó a balonmano en La Jota y ahora corre de vez en cuando. "Ahora vivo el día a día con mucha intensidad, no puedo planificar el futuro, no sé cuánto tiempo estaré de presidenta", afirma.

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