Valdealgorfa: la apuesta coral por la alegría

Las Bodegas del Gilo abanderan la oferta de turismo rural en Valdealgorfa, núcleo perfecto para la desconexión, el mimo al paladar y el disfrute de las pequeñas delicias cotidianas.

Pilar Pérez y Antonio Sancho en el patio de la casa rural Las Bodegas del Gilo.
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Laura Uranga

Es algo que pasa, y se siente a nivel epidérmico. Llega en presencia de lo especial, ya sea alguien o algo, y las endorfinas responden al alza como si se tratara de una cotización bursátil en tiempos de vacas gordas. Pasa en Valdealgorfa, al primer paseo, a la primera charla con un vecino. Allá va el botón que sirve de muestra, una tarde cualquiera, entre semana; medio pueblo acude (o se plantea acudir, interrumpiendo momentáneamente sus tareas cotidianas) a la convocatoria del Ayuntamiento para donar sangre; lo hacen con alegría. Agricultura aparte (los derivados de la oliva y los almendros son los productos estelares; este fin de semana es la VI Feria de la Almendra) hay mucho alojamiento rural, y los unos hablan de los otros sin problema.

El as de la motos Álex Rins, catalán por nacimiento y residencia pero valdealgorfano de ascendencia y corazón, es un orgullo local. El botánico José Pardo Sastrón nació y creció en la cercana Torrecilla de Alcañiz, pero vivió mucho tiempo en Valdealgorfa, donde murió en 1909. El historiador y escritor Julián Casanova nació en Valdealgorfa y visita con frecuencia su localidad natal. La familia panadera y repostera Guarc o los Nicolás y su maquinaria agrícola de impacto nacional (llevan en el negocio desde 1950) son otros ejemplos de arraigo en el municipio.

Valdealgorfa: la apuesta coral por la alegría

Algo parecido se puede decir de las familias Sancho y Pérez, fusionadas en el matrimonio de José María (soldador agrícola en Estupiñá, empresa situada en el polígono Las Horcas de Alcañiz) y Pilar (agricultora e hija de agricultores). Pilar heredó de sus padres una magnífica casona en el centro del pueblo que, eso sí, amenazaba ruina. Algo había que hacer con ella, y la idea del alojamiento rural cobró fuerza en el conciliábulo familiar, con los dos hijos del matrimonio involucrados en hacerla realidad. "La hemos preparado en familia –explica Pilar, en presencia de su hijo Antonio– porque si no hacíamos algo rápido, se iba abajo. Fueron dos años de mucha labor, primero con albañiles y luego nosotros mismos, desde vigas a muebles, pintura, detalles… finalmente, en 2012 pudimos abrir Las Bodegas del Gilo".

La emprendedora familia se topó con varias sorpresas a la hora del desescombro, reparación y rescate. "Aparecieron estos arcos bajo la cal –explica Antonio, señalando a una parte de la zona común de la casa– y un pasadizo que lleva al actual patio, donde está la barbacoa. Lo que ahora es la cocina era antes el corral de los conejos, y en una parte del salón había un trujal de aceite con capacidad para 30.000 litros".

La casa tiene seis habitaciones amplias, cada una con su estética personalizada en color, muebles y nombre; con camas supletorias incluidas, el aforo llega hasta las 17 personas. "En invierno –puntualizan ambos– vienen más grupos grandes, y en verano se ven más parejas. Abrimos todo el año, aunque en enero y febrero hay menos gente". Lo de ‘Gilo’ viene por el nombre que se le daba a la familia Pérez en el pueblo, ‘los gilos’; una bisabuela llamada Gila fue la inspiración del mote.

Dibujos en la penumbra

En una estancia cercana a la entrada, la tarea de limpieza y alumbrado tuvo premio extra. "En una pared –cuenta Antonio– aparecieron dibujos y una fecha escrita, 1722. La hipótesis más fuerte es que los hicieron soldados en campaña alojados en la casa, aunque hay detalles curiosas como símbolos que aluden a la brujería o a un gran brote de viruela que hubo en la época. El garabato que parece un árbol de la vida, lo hemos usado para logotipo de la casa rural. También hay un caño esculpido en piedra en la pared de las bodegas". Hay más establecimientos rurales en el municipio. El Corral de Valero tiene solera y buena capacidad, la Casa La Virginia es una coqueta vivienda unifamiliar y se cuenta con los apartamentos turísticos de aire rústico Val del Oro.

Antonio trabajó en banca en Zaragoza y actualmente está en el área de administración, gerencia y ventas de la cooperativa aceitera local. Producen aceite bajo la Denominación de Origen del Bajo Aragón, especialmente en la variedad empeltre autóctona de la zona. La tradición iniciada por la Cooperativa San Isidro tiene continuidad desde el año 2000 en la Cooperativa Oleícola Aragonesa Valdealgorfa, con un centenar de socios y mayoría aplastante de agricultores locales. Ganó tres años consecutivos el premio al mejor aceite del Bajo Aragón. También hacen paté de aceituna y oliva aderezada.

Los cien años de historia de la Panadería Pastelería Guarc

La fórmula mágica del éxito para un negocio familiar en el entorno rural admite más variantes de lo que es habitual en las ciudades. Los actuales responsables de Panadería Pastelería Guarc, Ciriaco y Paco Guarc (cuarta generación de la familia en el oficio dentro de Valdealgorfa) tienen claro que mantener sus estándares de calidad y seguir sorprendiendo a la parroquia es una doble línea de actuación con marchamo de ganadora. Cuando Pedro Guarc Gil llegó de Peñarroya de Tastavins y abrió el negocio en el Bajo Aragón (1919) comenzó una tradición que sigue sumando valor añadido ahora que está a punto de hacerse centenaria. Las brevas son el producto estrella entre los dulces; hechas de masa madre y rellenas de crema, son un manjar. No obstante, la torta de manzana y las tartas de nata, yema y crema también tienen muchos devotos, así como los chocolateros. Las tartas se personalizan a requerimiento para todo tipo de celebraciones. "Tenemos –aclara Ciriaco– una impresora de tinta comestible; se pone una placa con una oblea y una lámina de gelatina sobre la tarta, y las fotos se plasman en ella. Somos tres trabajando, Natalia Colón y nosotros dos". Alzan la persiana a diario, aunque el letrero de la puerta aclara con humor que se abre y se cierra de repente. Desde hace algo más de un año hay otro horno comercial en el pueblo, el de Reyes (la alcaldesa, Reyes Gimeno) y Cristina. También se cuenta con dos carnicerías, dos bares (El Claustro, un antiguo recinto sacro, y el Herrero con sus excelente tapas), buenas tapas), farmacia, centro médico y el taller de maquinaria agrícola Nicolás, también con solera acumulada.

LOS IMPRESCINDIBLES

El campeón Álex Rins

Doce victorias mundialistas entre Moto3 y Moto 2 jalonan la carrera motociclista del barcelonés Álex Rins, de 22 años, quien considera a Valdealgorfa (donde vive su abuelo) como su pueblo. Ahora pilota en Moto GP para Suzuki.

El túnel del equinoccio

En los días del equinoccio de primavera (marzo) y otoño (septiembre) los dos kilómetros locales del túnel del antiguo ferrocarril, hoy vía verde Val de Zafán, se iluminan al alinearse con el sol del amanecer durante tres minutos.

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