Estancias inolvidables en el castillo de Grisel

Esta fortificación del siglo XIV se ha reconvertido en hotel con encanto y ha sido un revulsivo en la vida del pueblo. Será una de las localizaciones de la próxima novela de su director, Luis Zueco.

El escritor e historiador Luis Zueco es también el director del hotel ubicado en el castillo medieval de Grisel, tras una profunda rehabilitación.
El escritor e historiador Luis Zueco es también el director del hotel ubicado en el castillo medieval de Grisel, tras una profunda rehabilitación.
N. B.

Si se realiza una vista aérea de Grisel, además de la torre de su iglesia, destaca su castillo del siglo XIV, una construcción que es perfectamente identificable gracias a su muralla perimetral.

Tras treinta años de obras de rehabilitación, en 2014 abrió sus puertas como un hotel con encanto. El proceso de renovación y consolidación lo siguió desde el principio el actual director, Luis Zueco, ya que era un niño de ocho años cuando su tío adquirió esta singular propiedad. "Es de los mejor conservados de los castillos de esta época que hay en la provincia porque ha mantenido la segunda muralla íntegramente", explica Zueco.

Tiene otras peculiaridades que también lo hacen especial, como que tiene dos patios. "Normalmente los castillos tienen uno, el patio de armas, pero como enseguida pasó a depender del Cabildo Catedral de Tarazona, con un uso más residencial, se hizo un segundo patio, más de verano", cuenta el historiador.

El castillo mantiene la capilla, que de hecho se ha incorporado como salita de estar a una de las suites, y conserva toda la estructura del almenado. Es un castillo de piedra en sillería y "no hay muchos en el valle del Ebro porque no abunda este material en la zona". "Traerla, probablemente de Navarra, debió de ser muy costoso y eso demuestra que tuvo un papel importante", asegura este griselero de adopción.

Uso cultural

El castillo no es ajeno a la vida del pueblo. En cuanto las obras lo permitieron, se le dio un uso cultural con la realización de conciertos y exposiciones y cuando la rehabilitación estaba ya muy avanzada, pasó a alojamiento turístico pero sin perder el nexo.

"Está muy vinculado a la vida del pueblo, tiene que seguir formando parte de Grisel y del entorno, es lo lógico. Han seguido los conciertos, un maridaje, un vecino del pueblo se casó aquí…", detalla el director.

En el pueblo valoran muy positivamente el reclamo que supone el castillo para el propio municipio. "Ha sido un revulsivo porque atrae a muchísima gente y tiene una valoración excelente. Eso hace que no solo los fines de semana, sino también entre semana, venga mucha gente al castillo y no solo españoles", dice el alcalde, Javier Martínez. Por Grisel han pasado ingleses, japoneses, franceses, alemanes… "Está siendo algo realmente espectacular para ellos y para el pueblo también".

Todo contribuye a llenar de vida un pequeño municipio que se ha propuesto luchar contra la despoblación. "Por fin creo que este año contaremos con la colaboración del Gobierno de Aragón para arrancar con la promoción de viviendas nuevas a precio asequible. Si queremos atraer población en el territorio, tendremos que hacer este tipo de actuaciones", opina el alcalde.

Para Martínez no hay duda de que vivir en Grisel es atractivo: "Con la carretera arreglada, el autobús escolar, la piscina climatizada que vuelve a abrir y con todos los servicios que prestamos aquí, espero que la gente se decida a venir a vivir aquí que es lo que necesitamos". La instalación del parque eólico en el monte de La Diezma supuso un antes y un después para el pueblo: "Contamos con una serie de ingresos que nos permiten cometer cierto tipo de actuaciones, que sin ese dinero no podríamos hacer".

Escenario de una novela

Además de hostelero, Zueco es un reconocido autor de novela histórica y precisamente el castillo de Grisel es uno de los enclaves que aparecerán en su próxima obra titulada ‘El monasterio’, que cierra una trilogía sobre la Edad Media tras ‘El castillo’, ambientado en Loarre y ‘La ciudad’, con Albarracín como escenario.

"Transcurre íntegro en Veruela, a finales del siglo XIV cuando acaba de terminar la Guerra de los Dos Pedros pero todavía quedan conatos de conflictos bélicos. Tiene mucho peso Moncayo, hay referencias constantes a las leyendas y a los pueblos, por eso sale Trasmoz o Grisel, aparece constantemente Tarazona y también se habla de Añón, Alcalá o Borja", adelanta el escritor que está ya con las últimas correcciones de su novela, un libro que verá la luz a primeros de mayo, con una promoción impagable para toda la zona.

El monte de La Diezma, más verde que nunca gracias a la asociación cultural del pueblo

El verdor que luce el monte de La Diezma, en el término municipal de Grisel, es fruto del esfuerzo de la asociación cultural de su mismo nombre, que desde el año 1996 celebra el Día del Árbol con el lema ‘Planta un árbol, haz un bosque’. "Empezó casi como una anécdota pero en este momento echamos la vista atrás y hasta nosotros nos sorprendemos de haber conseguido repoblar prácticamente todo el monte", dice el secretario de la asociación, Manuel Lozano.

Antes se plantaban pinos pero desde hace unos años se ha apostado por especies autóctonas como encinas o carrascas. "Desde hace cuatro años contamos con la colaboración del instituto y un colegio de Tarazona, la institución comarcal, el Ayuntamiento turiasonense… y el que haya gente joven implicada nos parece como la culminación a todo esto", señala Lozano.

Una labor que fue reconocida en el año 2004 por el Gobierno de Aragón con el Premio Medio Ambiente. El próximo día 4 de marzo se celebrará una nueva edición de esta jornada de repoblación del monte ubicado en esta localidad zaragozana.

El castillo de Grisel formaba parte de la frontera entre Aragón y Castilla. "Cuando se unieron los dos reinos, estas construcciones ya no tenían demasiado sentido, así que empezaron a demolerse o a transformarse, pero el de Grisel se salvó porque pasó a depender del Cabildo", relata Luis Zueco.

El hecho bélico más importante del que se tiene constancia documental transcurrió en el siglo XVIII, en la Guerra de Sucesión. "Sabemos que un grupo de tabuenquinos vienen huyendo, toman el castillo y lo defienden del ataque de los borbónicos que lo bombardean", desvela Zueco. De hecho, se han encontrado bolas de cañón incrustadas en los muros.

Después de 30 años sin nacimientos, siete niños llenan ahora de vida las calles

La pequeña Nerea Enériz Marín fue la primera niña que nació en este pueblo de la comarca de Tarazona y el Moncayo después de treinta años sin nacimientos. Con pocos meses de diferencia vino al mundo Uxue, y en estos seis años que han pasado desde entonces, ya hay un total de siete niños en la localidad zaragozana.

"El trato es muy familiar y nos gusta tener la naturaleza tan cerca", explica Nines Marín, la mamá de Nerea. Ella y su marido apostaron por Grisel en 2004, cuando adquirieron su casa, pero desde que tienen a la niña, aun ven "más ventajas a vivir en Grisel y eso que fue un riesgo porque no había más niños".

La lista de beneficios incluye extraescolares y servicio de madrugadores, todo gratuito. "El alcalde puso el cheque-bebé, y desde las ocho de la mañana podemos dejar a los niños con la tranquilidad de que luego los llevan a la parada del autobús", cuenta esta joven vecina. Desde el segundo año escolar de Nerea, el autobús del colegio público Moncayo de Tarazona efectúa parada en Grisel, haciendo de esta manera más fácil la conciliación familiar.

LOS IMPRESCINDIBLES

El mirador del Moncayo

En lo alto del monte de La Diezma, en medio del parque eólico, se encuentra un mirador desde el que es posible contemplar el Moncayo en toda su plenitud por un lado, y por otro, el valle del Queiles con sus diferentes localidades.

Las casillas de pico

Uno de los tesoros del patrimonio griselero son las casillas de pico, que se van recuperando. Son 27 construcciones rústicas en piedra seca, sin argamasa, de forma cónica o de falsa cúpula, cuyo origen se remonta a finales del siglo XIX.

El pozo de los Aines

Es una profunda sima cuya humedad favorece especies vegetales propias de un clima tropical. El Ayuntamiento acondicionó el entorno mejorando los accesos, realizando un aparcamiento y colocando una pasarela sobre la sima.

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