Verduras y hortalizas de la huerta, huevos de corral, ternera de los valles pirenaicos o aceite de oliva del Bajo Aragón. Estos son solo algunos de los productos ecológicos que se pueden encontrar en la cesta de la compra de los consumidores aragoneses que optan por este tipo de alimentos.

Compradores cuyo número se ha incrementado considerablemente en los últimos años en toda Europa, donde se han generado unas ventas por valor de 33.500 millones de euros en 2016. Un 11,4 % más frente al mismo periodo del año anterior, según datos extractados del anuario ‘El Mundo de la Agricultura Ecológica. Estadísticas y tendencias emergentes 2018’, presentado esta semana con motivo de la celebración de la feria internacional ecológica BioFach, que tuvo lugar en Nuremberg, Alemania.

Una situación, la europea, que contrasta con los hábitos de los aragoneses en consumo de alimentos ‘eco’, que sigue siendo muy simbólico, aunque avanza poco a poco, algo que valoran mucho los más de 855 operadores (entre agricultores, ganaderos y empresas transformadoras) que hay registrados en este tipo de producción. De hecho, según un informe reciente elaborado por la empresa Ecological, referente en la consultaría de proyectos bio a gran escala, Aragón es una de las comunidades donde menos productos ecológicos se consumen.

En concreto, solo se le adjudica un 1% del consumo nacional, cuando por población y producción debería ser cuatro veces más. En el otro extremo, se sitúan Comunidades como Cataluña (con un 26%), Madrid (15%) y Valencia (13%).

«Aunque es cierto que la sociedad aragonesa cada vez tiene más conciencia de la importancia de consumir ecológico, por los beneficios que aporta para la salud y por cuestiones medioambientales, el consumo es todavía muy pequeño. En nuestro caso, por ejemplo, apenas distribuimos el 1% de nuestra producción en tiendas aragonesas, frente al 80% que se reparte en otros rincones de España y del extranjero», matiza Antonio Artal, socio fundador y administrador de Ecolécera.

En Aragón y en el resto del país cada vez hay más interés por parte de los consumidores por saber qué es lo que comen y de dónde proceden estos alimentos. Además, los productores han vuelto a confiar en este tipo de cultivos después del bajón de los últimos años en el número de hectáreas destinadas a este fin.

En la actualidad, según datos facilitados por el Ministerio de Agricultura y confirmados por el Comité Aragonés de Agricultura Ecológica (CAAE), nuestra región ocupa el séptimo puesto en superficie dedicada a estas plantaciones, con más de 56.400 hectáreas y un volumen de producción estimado de 25.900 toneladas.

En cuanto al sector ganadero, hay 29 explotaciones registradas, de las cuales casi la mitad pertenecen al sector ovino de carne. «En estos momentos se está remontando el volumen de hectáreas dedicadas a este cultivo y, cada día, somos más los operadores dentro del Comité que practicamos este tipo de producción. Y, en el caso de los consumidores, estamos dando ‘pasitos’ de gigante ya que, poco a poco, se están concienciando de la importancia de adquirir productos más saludables y respetuosos con el medio ambiente. Pero de lo que más orgullosos estamos es de que, con nuestro trabajo diario, estamos ayudando a construir un mundo mejor, ya que la agricultura ecológica, entre otras muchas cosas, vertebra territorio y demanda más mano de obra, lo que repercute en el incremento de puestos de trabajo dentro del sector», matiza José Miguel Sanz, presidente del CAAE.

En 1995, la superficie destinada a la producción ecológica en Aragón era de 5.402 hectáreas y había 101 operadores inscritos en el Comité Aragonés de Agricultura Ecológica (CAAE). En la actualidad, tras unos años complicados en los que el volumen de hectáreas cultivadas descendió considerablemente y después de tocar techo en 2006, los productores aragoneses (más de 850) han vuelto a apostar por lo ecológico, tal vez alentados por el incremento en la demanda de estos productos.

«Aunque tenemos que ser prudentes con los datos, lo cierto es que cada día hay más conciencia de lo ecológico, tanto desde el punto de vista del consumidor, que acude cada vez con más frecuencia a los mercados agroecológicos, como el de la plaza del Pilar; como de los productores y distribuidores, sobre todo las grandes superficies comerciales, cada día más interesadas en dar a conocer los productos verdes de nuestra tierra», indica José Miguel Sanz, presidente del CAAE.

A día de hoy, se cultivan en la Comunidad 56.460,79 hectáreas de cultivos ecológicos (datos de 2016 del Ministerio de Agricultura) y, aunque estamos muy lejos de las más de 171.000 que se registran en Cataluña o de las cerca de 80.000 de Extremadura y Murcia, lo cierto es que, según los expertos, la agricultura ecológica ha llegado para quedarse.

«Hemos pasado años complicados y ahora estamos remontando. Llegar al 1% del consumo ecológico es muy bueno, porque antes estábamos en el 0% y eso significa que hay más conciencia por parte del ciudadano y también por parte del agricultor, que, con esta apuesta, está ayudando a construir un mundo mejor y más sostenible», concluye Sanz.

Según un informe de la empresa Ecológica, pionera en nuestro país en la consultaría de proyectos bio a gran escala, Aragón está en el vagón de cola de las autonomías donde menos productos ecológicos se consumen. Solo se le adjudica un 1% del consumo nacional, cuando por población y producción debería ser cuatro veces más.

«A los consumidores aragoneses les cuesta arrancar, aunque ahora ya cuentan con más lugares a los que poder acudir para comprar estos productos. De hecho, nosotros vendemos más del 80% de nuestra producción a otras regiones españolas y en Aragón apenas llegamos al 1%. El resto se distribuye a países tan lejanos como Corea del Sur u otros más cercanos, como Francia o Alemania», matiza Antonio Artal, socio fundador y administrador de Ecolécera, empresa fundada en 2001, aunque lleva desde 1995 trabajando en ecológico.

Una compañía que ha registrado en los últimos años un incremento de casi un 10% en el volumen de ventas anual y que, en los últimos días, ha visto su trabajo reconocido dentro del campo del vino ecológico con importantes galardones en China y Alemania.

Con respecto a este pequeño porcentaje, Artal insiste en que es necesario que las administraciones destinen más fondos a fomentar y poner en valor estos productos. «Hay que apostar por campañas gubernamentales que den a conocer ‘lo verde’, algo que apenas ocurre desde 2011. Solo dando a conocer las bondades de estos productos, desde un punto de vista relacionado con la salud del consumidor y con el medio ambiente, se podrá generar más conciencia de lo ecológico», indica Artal.

Una opinión similar a la que se recoge en el último estudio encargado por Ministerio de Agricultura, según el cual, una de las principales razones por las que los consumidores apuestan por estos alimentos es porque son «mucho más saludables».

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