Aragón, a la cabeza en emisiones contaminantes por habitante en España

La generación de energía en la Comunidad para exportar a otras zonas hace que Aragón sea la tercera autonomía que más emisiones genera por habitante.

'Boina' de contaminación sobre Zaragoza
'Boina' de contaminación sobre Zaragoza
Oliver Duch

La lucha contra el cambio climático y la mejora en las infraestructuras industriales han hecho que en los últimos años las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera se hayan estabilizado. Hoy Aragón emite unos 5 millones de toneladas menos de CO2 que en 2007 y los años anteriores a la crisis, momento en el que estas tocaron techo. Sin embargo, eso no evita que la Comunidad encabece la lista de autonomías que más contamina por habitante.

Según un informe publicado por el Observatorio de Sostenibilidad, una organización que se dedica a velar por el cumplimiento de España de las normativas en materia ambiental, cada aragonés emite a la atmósfera por persona 12,4 toneladas de gases contaminantes al año. Los datos han sido obtenidos de las estadísticas oficiales del Ministerio y corresponden al año 2015, los últimos disponibles. Solo asturianos (con 28,4 toneladas por cabeza) y castellano-leoneses (13,4) emiten más por persona en Aragón, mientras que la media nacional se sitúa en 7 toneladas.

Detrás de estos datos está un factor evidente, la escasa población de la Comunidad. De hecho, si tenemos en cuenta las emisiones totales sin dividirlas por habitante Aragón es la octava que menos produce. Pero detrás de esta descompensación también está que Aragón es una de las autonomías que más energía exporta a otras regiones de España, generándose una buena parte de ella a partir de carbón. Para hacerse una idea, durante 2017 Aragón generó un total de 14.266 gigavatios-hora (Gwh), de los que los aragoneses consumimos un 73% (10.435 Gwh). El resto, cerca de un tercio de la energía generada en Aragón, fue a parar a otras zonas de España o a la exportación a otros estados. Este 'excedente' que Aragón genera cada año aprovechando sus saltos eléctricos, sus plantas renovables, y con la quema de carbón es equivalente al consumo residencial de toda la ciudad de Madrid y sus núcleos adyacentes.

Desde el Observatorio de la Sostenibilidad se señala que todas las regiones que tienen un mayor número de emisiones per cápita “coinciden con las centrales térmicas de carbón y la industria pesada en zonas poco pobladas. Por contra los menores emisores per cápita son los madrileños, los valencianos y los andaluces, aunque es evidente que sobre todo en el caso de Madrid es donde se consume mayoritariamente la energía que se produce en regiones como Aragón, Asturias o Galicia”.

Esta descompensación entre regiones productoras (y por lo tanto más contaminantes per cápita) y consumidoras se aprecia en un mapa elaborado por este Observatorio, donde se aprecian cómo los picos de consumo se producen en Madrid capital, el arco mediterráneo y el País Vasco, mientras el interior, incluyendo Aragón, forman una meseta.

El carbón, en el limbo

En Aragón el reparto de las emisiones en el sector industrial se divide entre generación y procesado de energía y construcción (con un 69% del total), agricultura, ganadería y el sector primario (21%), industria secundaria (7%) y tratamiento de residuos (3%), destacando según el inventario del Ministerio la Central Térmica de Andorra, que es la quinta instalación registrada que más CO2 emite del país y la primera en óxido de azufre.

Por este motivo muchas de las reclamaciones de los grupos ecologistas se han centrado en los últimos años en la descarbonización de la producción de energía, una opción que reduciría las emisiones pero acabaría con el trabajo que generan las centrales, la mayoría en zonas rurales como es el caso de Andorra, y que además plantearía el problema de no tener una reserva de energía que sustente la demanda.

Durante el último año, y a pesar del limbo en el que se encuentra la Central Térmica de Andorra, pendiente de una inversión para continuar con su actividad más allá de 2020, la sequía y la falta de recurso eólico ha hecho que sea el carbón la principal fuente a la que ha recurrido el sistema eléctrico. Como resultado, se ha dado la paradoja de que en la época con su horizonte más difuso, la central turolense ha cerrado los últimos años con picos de actividad, incluso en un 50% superiores a los del último lustro.

En los últimos años el carbón ha supuesto entre un 20 y un 30% de toda la energía generada en Aragón, un hueco que de perderse costaría llenarse. Por el momento, y tras la celebración de las últimas subastas de energía renovable ganadas por la empresa aragonesa Forestalia, la DGA ha aceptado la construcción de más de una veintena de parques eólicos mientras siguen en solicitud otro centenar. Con ellos se pretende mejorar la generación de energía de Aragón a través de fuentes no contaminantes, pero el sector minero-industrial de Teruel no se ha cansado de repetir en este tiempo que si bien el desarrollo renovable es el futuro, por el momento la única fuente de energía que puede funcionar a demanda, sin necesidad de viento, sol o agua, sigue siendo el carbón.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión