Todos contra todos en un Parlamento necesitado de 'orfidales'

El rifirrafe comenzó con la intervención del presidente Javier Lambán, a petición del presidente del PP, Luis María Beamonte, para hablar de los retrasos en las obras del hospital de Alcañiz.

Lambán responde a Beamonte en las Cortes
Beamonte tacha de "pacto de trileros" el acuerdo de las izquierdas en Aragón y Lambán le acusa de "desestabilizar" la política
Guillermo Mestre

Insultos, herencias (las que se cobran y las políticas) y reproches se han convertido en moneda de uso corriente en las Cortes de Aragón, donde los grupos parlamentarios, en todas las combinaciones posibles, aprovechan cualquier tema para atacar al contrario, como ha sucedido en esta última sesión plenaria.

Cuando todavía faltan catorce meses para que comience oficialmente la campaña de las próximas elecciones autonómicas y municipales, sus señorías han desenterrado las hachas de guerra, han adoptado la susceptibilidad por bandera y, mirando de reojo a las decenas de encuestas publicadas, intentan pegar al rival en donde más les duele.

La sesión plenaria que ha celebrado el Parlamento aragonés parece ser un buen ejemplo de lo que va a ser la actividad parlamentaria durante el año largo que queda hasta los próximos comicios.

Algunas de las expresiones más contundentes se han escuchado hoy, en el transcurso del debate de una interpelación sobre la política de prevención del consumo de drogas en el que la diputada del PP Rosa Plantagenet ha reprochado al consejero de Sanidad, Sebastián Celaya, que sea "cómplice" de que chavales se puedan enrolar en "una vida de desgracia" por poder acceder a folletos que cree que son una "apología del consumo de drogas ilegales".

Se refería al financiado por el Ayuntamiento de Zaragoza y a "otros" promovidos por el Gobierno que "banalizan" el consumo y que se han distribuido "de forma indiscriminada".

Los murmullos de los diputados se han convertido en casi gritos durante las intervenciones desde la tribuna, lo que ha llevado a la presidenta, Violeta Barba, a llamar la atención varias veces a sus señorías, a quienes ha preguntado si en un debate sobre sustancias estupefacientes les tenían que repartir "un par de orfidales".

Pero el rifirrafe comenzó con la intervención del presidente Javier Lambán, a petición del presidente del PP, Luis María Beamonte, para hablar de los retrasos en las obras del hospital de Alcañiz.

El jefe del Ejecutivo había tildado de "sandeces" algunas de las críticas del líder de los populares y eso enfadó mucho a Beamonte, quien hizo a Lambán merecedor de dos medallas: "una por ser el más faltón del Reino, y otra por si la pierde".

A vueltas de nuevo con el impuesto de Sucesiones, el diputado del PP Antonio Suárez también tuvo ayer palabras gruesas contra Ciudadanos, quizá con la vista puesta en las encuestas que anuncian un crecimiento notable de la formación naranja en detrimento de los populares.

Les acusó "con absoluta seguridad" de ser "de lo más incoherente que hay en este Parlamento", entre otras cosas por lo que el PP considera disparidad de criterios en cuanto a la supresión del impuesto, que Albert Rivera no defiende frente a la postura de sus compañeros de Aragón, según dijo Suárez.

Antes había acusado a la izquierda, especialmente a CHA, de estar implantada "en la lucha de clases más rancia", lo que provocó la respuesta de Patricia Luquin, de IU, quien aseguró que esa lucha de clases sí que existe pero que al PP no le preocupa porque van ganando "los multimillonarios", a quienes los populares les hacen "el trabajo sucio".

El debate se ha visto salpicado estos dos días con la situación de "crisis institucional" que se vive en el Ayuntamiento de Zaragoza y que ha servido hoy a Beamonte para tachar de "pacto de trileros" el acuerdo que alcanzaron a principios de legislatura el PSOE y Podemos, y ZeC y el PSOE, en el Gobierno de Aragón y en el Ayuntamiento de Zaragoza para investir, respectivamente, a Lambán y a Pedro Santisteve.

Para Lambán, "desolado" por las continuas "deslealtades" que percibe en el Gobierno de España, el único factor de desestabilización de la política aragonesa es el PP.

También ha vuelto la cara al PAR para ningunear los resultados de la reunión que el presidente de los aragonesistas, Arturo Aliaga, ha mantenido esta semana con Mariano Rajoy.

Ni el PP de Aragón ni el propio Aliaga "pintan nada" para Lambán a la hora de conseguir que Rajoy cumpla sus compromisos con Aragón.

Por la tarde la tensión subió con el debate de una iniciativa de Ciudadanos sobre el cupo vasco. La aragonesista María Herrero fue especialmente beligerante con una propuesta llena de "electoralismo puro" procedente de una formación "que no se sabe o no se cree" el Estatuto de Autonomía y que va envuelto en este "tipo de banderas" centralizadoras.

También el PP reprochó a Ciudadanos su intento de "enfrentar territorios".

El consejero de Sanidad ha sido el encargado de responder a la última pregunta del orden del día, sobre la mutilación femenina, un asunto que ha dicho que le preocupa mucho, y ha puesto la guinda a este estado de nerviosismo reconociendo que durante las más de catorce horas que ha durado el pleno esta semana se ha hablado de varias cuestiones "intrascendentes".

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