La guarida de Igor el Ruso se hallaba al lado de donde cometió los tres asesinatos

Norbert Feher se escondía en un corral abandonado donde fue encontrada otra pistola, huellas de sus botas y restos de víveres,

El criminal serbio se ocultaba en este corral en ruinas en el paraje del Saso en Andorra.
El criminal serbio se ocultaba en este corral en ruinas en el paraje del Saso en Andorra.
La Comarca

La última guarida de Norbert Feher, alias ‘Igor el Ruso’, se encontraba en el llamado paraje del Saso de Andorra, el mismo lugar donde se ubica tanto la finca de José Luis Iranzo Alquézar, su primera víctima mortal, como el sitio donde fueron asesinados los guardias civiles Víctor Jesús Caballero y Víctor Romero la noche del 14 de diciembre de 2017. De hecho, desde la masada de Iranzo se ve la construcción donde se escondía el criminal serbio.

Dos agentes del Seprona de Alcañiz fueron los que el pasado 2 de febrero localizaron en un corral abandonado huellas y restos evidentes de que Feher se había escondido allí, al menos desde que tiroteó y dejó malheridos a dos vecinos de Albalate del Arzobispo el 5 de diciembre tras verse sorprendido robando en un masico.

Todo parece indicar que Norbert Feher, tras matar a José Luis Iranzo y robarle el coche, se dirigió a toda velocidad a su escondite, probablemente para recoger sus enseres, y los dos guardias civiles lo sorprendieron tan solo unos instantes después de haber girado por un camino de la carretera A-223 y haber detenido el vehículo. Sin apagar las luces del mismo y dirigidas hacia los agentes, sacó dos pistolas y los acribilló allí mismo. Luego, huyó con el todoterreno de Iranzo hasta que de madrugada se accidentó en la carretera que une Mirambel y Cantavieja y, tras echarse a dormir en la cuneta, fue sorprendido y detenido.

Según el informe aportado al juzgado, después de los tres asesinatos los responsables de la investigación ordenaron que se hiciera un rastreo exhaustivo de la zona para determinar los lugares en los que hubiera podido ocultarse Igor el Ruso. El 22 de enero decidieron empezar cronológicamente y recorrer las propiedades en las que había robado, así como cuevas y masadas abandondas. Fue el 2 de febrero cuando dos agentes de Seprona inspeccionaron la parte trasera de una casa de campo denominada Mas de Zumino, donde hay un corral de ganado parcialmente en ruinas, con un cobijo techado.

En el suelo de este, observaron cáscaras de pipas recientes y numerosas huellas de calzado que coincidían con las de las botas Paredes del número 43 sustraídas por Feher en una caseta de Albalate del Arzobispo y que calzaba el criminal cuando fue detenido. En la escalera de piedra que accede al pajar, descubrieron un hueco en uno de los escalones camuflado con piedras y, en su interior, una bolsa de patatas fritas. Tras retirar las piedras y mirar en su interior, hallaron más de treinta latas de cervezas vacías, distintos alimentos y bebidas, unos calcetines de lana usados, otros efectos y una pistola marca Beretta con una bala percutida en el cañón. Todos los enseres han sido remitidos a distintos laboratorios para ser examinados y, en especial, para comprobar si el arma de fuego ha sido utilizada en otros hechos criminales.

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