Diez incumplimientos en el uso de plaguicidas en la cuenca del Ebro

En total se llevaron a cabo el pasado año 2.513 determinaciones analíticas de los 110 muestreos realizados en el seguimiento de 23 plaguicidas.

Tramos de río con problemas  por contaminantes químicos.
Tramos de río con problemas por contaminantes químicos.
HA

La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) ha detectado diez incumplimientos de las normas de calidad ambiental en concentraciones medias anuales y en máximas admisibles dentro de la campaña de control y vigilancia de la contaminación de origen agrícola en aguas superficiales de la cuenca.

El informe anual de la Red de Control de Plaguicidas, hecho público este miércoles por el organismo de cuenca, recoge los puntos de muestreos y el total de los parámetros a analizar, además de una serie de recomendaciones a las comunidades autónomas y de regantes para minimizar las afecciones por el uso de los principales plaguicidas detectados.

En total se llevaron a cabo el pasado año 2.513 determinaciones analíticas de los 110 muestreos realizados en el seguimiento de 23 plaguicidas.

El control se realizó mediante una red compuesta por 22 puntos, en su mayoría ubicados en tramos de río que recogen las aguas de retorno de las zonas agrícolas, uno menos, el del Aragón en Caparroso, al que se dio de baja por la escasa concentración de plaguicidas detectada anteriormente, han informado fuentes de la CHE en un comunicado.

Los cinco incumplimientos de las normas de calidad ambiental en concentraciones medias anuales, situación similar a la dibujada en el informe de 2016, se han debido en dos casos a Clorpirifós (insecticida incluido en la lista de sustancias prioritarias), en la Clamor Amarga/Zaidín (Huesca) y en Arba Luesia/Tauste (Zaragoza).

Otra ha sido por Endosulfán, en Zadorra/Salvatierra (Álava), y dos por Metolacloro y Terbutilazina, en Barranco Valcuerna/Candasnos (Huesca).

A estos puntos se suman los otros cinco incumplimientos de las normas de calidad ambiental en concentraciones máximas admisibles (puntuales): por Clorpirifós en un muestreo en Arba de Luesia/Tauste y en dos de los muestreos en Clamor Amarga/Zaidín (Huesca); y por Endosulfán en dos de los cinco muestreos en Zadorra/Salvatierra (Álava).

El informe destaca en sus conclusiones que los puntos de mayores concentraciones son el de Arba en Tauste, la Clamor Amarga en Zaidín, el Flumen en Sariñena, el Alcanadre en Ontiñena y el Barranco de la Valcuerna, todas masas de agua que son en la práctica retornos de riego. Otros puntos presentan menores concentraciones gracias al caudal del cauce receptor.

Como positivo, se concluye que en la cuenca del río Segre (Segre en Vilanova de la Barca, Canal de Serós en Utxesa y Segre en Serós) la contaminación detectada ha sido menor que en los años anteriores y que prácticamente no se detectan plaguicidas en los puntos del Najerilla en Torremontalbo (La Rioja) y en el Jiloca en Daroca (Zaragoza).

El organismo de cuenca solicita a las comunidades autónomas que comuniquen la información de los plaguicidas que consideren de uso extendido, para mejorar la red de control, y propone a las comunidades de regantes que adopten medidas para minimizar las afecciones por el uso de clorpirifós e isoproturón, metolacloro y terbutilazina, 3,4-dicloroanilina y desetilatrazina.

También se ha realizado seguimiento de la presencia de plaguicidas en las estaciones que controlan los puntos de captación de agua para abastecimiento (la denominada RED ABASTA) y donde los resultados confirman que existe baja presencia de estas sustancias. En estos puntos, además, con un tratamiento de potabilización adecuado, el agua de consumo humano queda exenta de plaguicidas.

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