"La compañía no te la da un funcionario, te la da la gente"

La inversión en servicios sociales es "muy importante" para ayudar a personas que viven solas, pero combatir la soledad exige, según los expertos, un esfuerzo añadido por parte de todos.

El programa 'Nos gusta hablar', se realiza en Santa Isabel como centro piloto, y trata de encontrar a muchos mayores un lugar donde conversar.
El programa 'Nos gusta hablar', se realiza en Santa Isabel como centro piloto, y trata de encontrar a muchos mayores un lugar donde conversar.

"Los recuerdos más tristes que tengo y los momentos más duros que yo me llevo son de soledad, no de carencias materiales que se pueden resolver". Es el testimonio de Gustavo García, exdirector de Casa Amparo y del Albergue Municipal de Zaragoza, donde terminó jubilándose después de más de 20 años de experiencia.

La soledad que conoció allí -confiesa- es una realidad que según los expertos afecta a dos de cada tres personas mayores de 65 años que viven solas. "A veces se dice que la soledad de los mayores se puede resolver con medidas de la Administración y no es así. La Administración tiene un papel que no está haciendo bien en buena medida, pero necesitamos a la sociedad; la compañía no te la da un funcionario, te la da la gente", puntualiza.

El aumento de la soledad no elegida, y vinculada en buena medida al envejecimiento de la población, es un problema en auge en la sociedad actual. Luisa Broto, consejera de Derechos Sociales del Ayuntamiento de Zaragoza, considera que se trata de "una realidad a la que debemos enfrentarnos como administración más cercana", dando respuesta a todas las consecuencias derivadas que se están produciendo en las grandes ciudades. "Este Gobierno apuesta por dar luz y respuesta a esta realidad del envejecimiento y, sin abandonar nuestra responsabilidad pública, creemos también que es imprescindible fortalecer los nodos de proximidad y el apoyo mutuo en los propios barrios", señala.

En la ciudad de Zaragoza esto se consigue actualmente por medio de diferentes programas e iniciativas que buscan en buena medida mejorar la calidad de vida de las personas que viven solas, desde la teleasistencia al voluntariado de acompañamiento pasando por diferentes centros que ofrecen servicio para comer en compañía o talleres que favorecen la convivencia.

"El acompañamiento a domicilio es un recurso más y hay cada vez más voluntariado orientado a este tipo de trabajos. Se dice que el contacto humano, la relación de tú a tú, es mucho más satisfactoria que cualquier otra. El tener una conversación es la mejor manera de mejorar en bienestar", afirma Francisco Rivas, adjunto a la jefatura de Servicios Sociales Comunitarios. A su juicio, la soledad es un problema "grave" cuando no es querida, y no necesariamente va ligada a alguien que no pueda moverse de casa, pero sí a personas que han perdido la red social, ya sea por el fallecimiento de los seres queridos, por la ausencia de los hijos o asociada a un sentimiento de desarraigo, pérdida o abandono por parte de los más cercanos. "La soledad no es buena cuando no es querida; si llevas la vida que quieres llevar es satisfactoria, el problema es cuando es sobrevenida y no le ves solución. Entonces hay que tratar de que haya medios para paliar estas situaciones", defiende Rivas.

En este sentido, hay recursos como los centros de convivencia de personas mayores que están abiertos a que la persona entable relaciones con gente que no conocía a través de la organización de talleres y de la estancia en el propio centro. "Actualmente hemos puesto en marcha un programa, 'Nos gusta hablar', que se realiza en Santa Isabel como centro piloto y pretende que la gente encuentre un lugar donde poder conversar", indica.

En este sentido, juega también un papel fundamental el voluntariado de acompañamiento, con más de 500 mayores que participan actualmente en proyectos de este tipo. "A todos nos gusta que se acuerde alguien de nosotros, que nos vaya a ver o nos llame por teléfono, y a las personas mayores les cambia la cara. A alguien que vive solo le pones una voluntaria que va a verle, le saca de vez en cuando a comer y está con él... y le cambia la forma de relacionarse y la vida", asegura. Y ante este tipo de situaciones, el cambio (para bien) se produce con frecuencia no solo en la persona que es atendida sino en el propio voluntario, que "se satisface también a sí mismo con la ayuda prestada".

Zaragoza, en la red de ciudades amigables

En cualquier caso, el director adjunto de Acción Social del Ayuntamiento de Zaragoza señala que la lucha contra la soledad de las personas mayores no debe dirigirse únicamente contra el aislamiento. Hay otra serie de elementos a tener en cuenta, como las barreras arquitectónicas que obligan a muchas personas a abandonar sus casas si no pueden hacer las adaptaciones precisas. "Muchas veces el trasladarse a otro domicilio o a una residencia supone la pérdida y el desarraigo del entorno natural. Por eso, es importante que el entorno sea amigable con uno", insiste Rivas.

Con este fin, el Ayuntamiento de Zaragoza está desarrollando también una red de comercio amigable con la tercera edad que trata de "fomentar la sensibilidad por parte de las personas que atienden a los mayores en una tienda o comercio de proximidad para hacerles la vida más fácil en su medio habitual". A este trabajo se suma también el que realiza el Servicio de Ayuda a Domicilio y Teleasistencia con el fin de "mantener a las personas mayores el mayor tiempo posible en sus domicilios, mientras se mantenga -eso sí- una calidad de vida".

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