La presencia policial llevó a Feher a moverse de Albalate a Andorra
El asesino confeso no salió de la zona durante un mes y robó en once casetas de campo.
Los once delitos de robos y daños cometidos en la zona de Albalate entre el 18 de noviembre y el 5 de diciembre de 2017 presentaban el mismo modus operandi. Así lo recoge la Guardia Civil en el informe elaborado después de que Norbert Feher cometiese sus crímenes, tanto los frustrados como los consumados. En total, los agentes le imputan 23 delitos: tres de asesinato, dos de homicidio en grado de tentativa, uno de tenencia ilícita de armas, seis de robo con fuerza en las cosas, nueve delitos leves de daños, uno de hurto de vehículo de motor y otro de estancia irregular en España.
La Guardia Civil recoge en su informe que los robos consistían principalmente en forzamientos de puertas de los masicos a través de la cerradura o del marco de la puerta y en otras ocasiones de la fractura del cristal de alguna ventana. La finalidad era en todos abastecerse de comida, bebidas alcohólicas y ropa de abrigo. Llegan a esta conclusión ya que en varias de la casas de campo había maquinaria agrícola y otros efectos de valor que no se llevó. Según los agentes, todos los robos se concentraron en un radio de acción muy pequeño pero, el incremento de la presencia policial en la zona, hizo que el delincuente fuera desplazándose desde Albalate hacia Andorra, junto a la A-226.
Los efectos que fueron encontrados en poder de Feher cuando fue detenido el 15 de diciembre revelan que, efectivamente, había sido el autor de seis de ellos. Así lo demostraron un frontal de luz, un aparato de radio, un convertidor eléctrico, un saco de dormir, unas cervezas Lager y unas botas Paredes del número 43 denunciados por sus dueños. Las huellas de este calzado han delatado su presencia otros escenarios.
