El padre del ganadero asesinado fue el único que oyó los dos tiroteos mortales desde su masico

Nunca pudo imaginar que los primeros disparos que escuchó habían acabado con la vida de su hijo.

Momento en que la Guardia Civil traslada a Norbert Feher al juzgado de Alcañiz.
Momento en que la Guardia Civil traslada a Norbert Feher al juzgado de Alcañiz.
Jorge Escudero

José Luis Iranzo Balaguer fue la persona que el 14 de diciembre llamó a la Guardia Civil para alertar de que en su finca del Saso se habían producido dos disparos. Como aficionado al tiro al plato, los distinguió perfectamente. El hombre se asustó, ya que era plenamente consciente de que desde el 5 de diciembre los agentes andaban buscando al individuo que había tiroteado a dos vecinos de Albalate que le habían sorprendido dentro de una propiedad. Además, justo el día el día anterior había entrado alguien a robar en su masada y así lo había denunciado.

El agricultor había estado todo el día trabajando en sus tierras y sobre las 18.00, tras aparcar el tractor en la finca, llamó por teléfono a su hijo José Luis para que fuera a buscarle y este le dijo que estaba con la Guardia Civil. Acto seguido, según consta en las diligencias, vio un reflejo de luz que provenía de la casa de su finca y, ante el temor de que pudiera tratarse del mencionado individuo, decidió esconderse y volver a llamar a su hijo para que lo recogiera en ese preciso lugar.

En esta ocasión el joven ya no contestó al teléfono y, transcurridos unos minutos, oyó de forma clara dos disparos. Su reacción fue ocultarse entre unas pacas de paja y llamar otra vez al 062. Instantes después, vio salir a toda prisa de la masía el vehículo de su hijo, un Mitsubishi modelo pick up verde, granate y gris. Dada la velocidad que llevaba no le dio tiempo a hacerle señas y se quedó mirando su recorrido.

Desde su posición y dada la planicie del terreno podía ver por dónde transitaba en todo momento. También cómo, un kilómetro después, se aproximaba otro vehículo en sentido contrario y que la pick up, al ver las luces, se apartaba a la derecha junto a una masía y el otro coche hacía la misma maniobra. Aunque en ese momento los perdió a ambos de vista, a continuación oyó de forma clara entre quince y veinte disparos, por lo que volvió a llamar a la Guardia Civil. Una patrulla se acercó poco después a su propiedad y, tras constatar que en la parte de atrás de la finca había un cuerpo sin vida, lo llevaron al centro de salud de Andorra. En esos momentos, José Luis Iranzo Balaguer no podía imaginar que el cadáver era el de su hijo y que quien había salido a toda prisa de la finca en la pick up era Norbert Feher, el hombre que lo había asesinado, como también hizo con Víctor Romero y Víctor Jesús Caballero.

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