Impulso a Bon Àrea

Bon Àrea dispondrá en un mes de las 240 hectáreas necesarias para construir en Épila su macroplataforma agroalimentaria. El impulso que desde el Gobierno de Aragón están dando al proyecto del potente grupo cárnico Guissona es positivo para blindar la operación.

La Corporación Guissona ya cuenta con 60 hectáreas tras una permuta de fincas con el Ayuntamiento de Épila; a estas se sumarán otras 180 que serán propiedad de la DGA tras culminar los trámites de expropiación. Inicialmente, las arcas autonómicas adelantarán el coste de los terrenos, 11 millones de euros, pero luego recuperará el capital, tal y como está pactado. El objetivo de esta acción de proporcionar el suelo lo antes posible es blindar la llegada de Bon Àrea, una iniciativa estratégica para los intereses de Aragón por los 4.000 empleos directos comprometidos cuando la planta esté a pleno rendimiento dentro de una década.

Aunque hay muchas granjas porcinas en las provincias aragonesas, no ha habido hasta ahora un motor industrial que generara el valor añadido que va a suponer esta iniciativa. Aragón necesita compañías como esta y otras de la tierra, como el grupo empresarial oscense Costa o el grupo Jorge, para avanzar en actividades de transformación en el sector cárnico; es decir, aportando más valor añadido a la economía regional mientras genera riqueza y empleo. Para el sector agroalimentario aragonés, que emplea a cerca de 14.000 trabajadores y está muy atomizado, esta inversión supone un aliciente de mejora y puede crecer de modo exponencial si la integración de Bon Àrea en el tejido regional se hace aprovechando sinergias con las más adecuadas acciones de coordinación.