El baile

Aliaga escribe a Rajoy molesto por la supuesta falta de sensibilidad del PP con el pacto entre ambas formaciones, Beamonte le responde que no hay por qué preocuparse, que el cariño jamás le faltará al PAR, que también Fred Astaire y Ginger Rogers tuvieron lo suyo, pero que en la pista siempre habrá sitio para dos. Mientras, Lambán mira los sondeos electorales y se reúne hora y media en el Pignatelli con Albert Rivera. Y en Zaragoza, Podemos y ZEC vuelven a alinearse en sus diferencias para acudir juntos a la cita electoral. No hay político de raza que compita por ser el primero en la oposición. Es la primera regla que enseñan a los cachorros de los partidos. Las formaciones son maquinarias de poder. Las de la izquierda y las de la derecha. Falta año y medio para las elecciones, pero en el cómputo temporal de los partidos, debe de ser como media hora. No más. Por eso, los líderes regionales empiezan a meter los codos, como si estuvieran en una pista de atletismo, por eso Santisteve fulmina a la oposición de las sociedades municipales, y por eso el personal se plantea cambiar de pareja de baile. Cada cuatro años, lo mismo.