Pueblos aislados y problemas en las vías de Teruel, efectos del temporal cinco días después

Al menos 5 municipios han estado incomunicados uno o dos días y sus alcaldes piden más coordinación contra la nieve. En una decena de carreteras sigue siendo necesario el uso de cadenas para circular y otras cinco permanecen cortadas.

Dos vecinos de Villafranca del Campo, en el Jiloca, pasean por la calle, con nieve a ambos lados.
Dos vecinos de Villafranca del Campo, en el Jiloca, pasean por la calle, con nieve a ambos lados.
Jorge Escudero

Al menos cinco pueblos incomunicados durante uno o dos días, otras tantas carreteras cortadas y una decena de vías en las que todavía es preciso el uso de cadenas para circular por ellas son los efectos de la nieve y el frío en la provincia de Teruel cinco días después de que comenzara el temporal.

En Ejulve, la carretera no se pudo abrir hasta el martes a mediodía por lo que, durante un día y medio, sus 200 vecinos estuvieron aislados. "No pudo venir el médico, ni la secretaria municipal ni el maestro y aún ahora estamos sin cobertura de telefonía móvil", explicó el alcalde, Ovidio Ortín. "Por suerte, nadie se ha puesto enfermo", dijo.

Con 40 habitantes, buena parte de ellos mayores, la población de Bea ha vivido, sin embargo, con desazón los tres días de incomunicación que ha tenido que soportar, desde el pasado domingo al miércoles. "Una señora sufrió un derrame ocular y otros tenían que revisarse el azúcar, y ninguno podía ir al médico", relató el alcalde, Víctor Nuño, quien reclamó más coordinación y flexibilidad entre las distintas administraciones encargadas de la vialidad invernal "para que los pueblos pequeños no seamos los últimos en ser atendidos". Indignado, el regidor consideró "un error" que las quitanieves asignadas a una carretera o una zona no puedan actuar en otra pese a estar cerca y pide, además, que se coloquen protecciones de madera para evitar los ventisqueros allí donde sea necesario.

Comparte la queja el alcalde de Ferreruela, Óscar Gracia, cuyo municipio estuvo "totalmente aislado" el martes. "Llamamos pidiendo ayuda, pero no podían venir las quitanieves, a pesar de que había una parada en el área de servicio de la autovía", denunció. Según relató, algunos vecinos no pudieron ir a trabajar y hasta ayer a mediodía el pueblo no recuperó la telefonía.

Camañas también quedó aislado durante un día debido a la ventisca, que llenó de nieve la carretera una y otra vez, pero sus habitantes se habían preparado bien para la nevada. " Estábamos prevenidos; toca tirar de congelados y de la reciente matanza del cerdo", explicó la alcaldesa, Sara Ros, quien confesó, no obstante, que hubo inquietud por si se producía alguna emergencia sanitaria –ella misma está embarazada de seis meses–. También en Cucalón –un día con la carretera cortada– la nevada pilló a los vecinos con la nevera bien llena. "Aquí cuando vamos a comprar lo hacemos para un mes, porque cuando nieva, nieva de verdad", dijo el alcalde, Julián Roche.

En los pueblos más castigados por el temporal, el tractor es el único medio de acceder a las granjas. Los caminos de buena parte del Jiloca y de la Comunidad de Teruel siguen impracticables, al tener ventisqueros de más de un metro de nieve.

Un ganadero de Argente, Francisco Ramo, señaló que en la carretera que une el pueblo con Monreal del Campo el espesor de la nieve a los lados de la calzada "es más alto que un vehículo todoterreno".

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