Un servicio insuficiente

Entre las muchas carencias del medio rural aragonés no se puede pasar por alto la insuficiente cobertura de los servicios de bomberos. La escasez de personal y las largas distancias que hay que recorrer suponen un riesgo añadido que en ocasiones es inasumible. La responsabilidad de paliar esta situación recae en las diputaciones provinciales, pero el Gobierno autonómico también debería implicarse.

El problema es más agudo en la comarca del Sobrarbe, pero el amplio territorio de la provincia de Huesca se cubre con una dotación de solo 68 profesionales que además tienen que recorrer largas distancias para intervenir. El resultado es que muchas veces los bomberos llegan tarde: el tiempo de respuesta puede ser el triple de los 35 minutos que marca la ley como máximo. Además, el equipo que se desplaza puede no ser suficiente para hacer frente, con garantías de seguridad, al incendio. Situaciones parecidas se dan también en las provincias de Zaragoza y Teruel. En definitiva, los pueblos aragoneses soportan un riesgo añadido ante el fuego debido a la insuficiencia de los servicios de bomberos. Por ley, son las diputaciones las que deben asumir este servicio; y es necesario que tomen medidas para reforzarlo en efectivos y cubrir mejor el territorio. En esa línea, la de Huesca está dispuesta a aumentar la plantilla de bomberos, pero tropieza con las normas del Ministerio de Hacienda sobre el techo de gasto. Ante el peligro que supone esta situación y la inquietud que genera, el Gobierno aragonés debe impulsar la solución. Si no puede ser creando un cuerpo autonómico de bomberos, sí promoviendo y coordinando un plan de actuaciones que ofrezca a las poblaciones rurales un nivel de seguridad adecuado.