La DGA prevé destinar al menos 5 millones para construir depuradoras este 2018

El Departamento de Desarrollo Rural subvencionó 24 plantas en 2017 y espera aumentar el ritmo de ejecución a medida que se incremente el presupuesto

El consejero Joaquín Olona y la directora del Instituto del Agua en la depuradora de Altorricón.
El consejero Joaquín Olona y la directora del Instituto del Agua en la depuradora de Altorricón.
C. Silván

El Gobierno de Aragón prevé destinar este año al menos 5 millones de euros para construir nuevas depuradoras. El propio líder del Ejecutivo, Javier Lambán, reconoció este jueves que quedan 300 por hacer y que en 2017 se iniciaron 24, un ritmo que él mismo consideró insuficiente.

Aunque la cuantía final está ligada a la aprobación definitiva de las cuentas de este 2018, fuentes de la Consejería de Desarrollo Rural explican que la intención es utilizar la mayor parte del incremento del presupuesto del Instituto Aragonés del Agua, que crecerá en diez millones y alcanzará los 74, para financiar las obras.

El Ejecutivo espera sacar en los próximos meses una línea de subvenciones similar a la de 2017. Mediante estas ayudas, el Gobierno de Aragón asume el 95% del coste de la construcción. El pasado año, las cuantías concedidas oscilaron entre los 50.000 euros y los 300.000. "Nueve fueron para depuradoras de Huesca, ocho para Teruel y siete para Zaragoza", explican fuentes de Desarrollo Rural. En cuanto a la tecnología que utiliza cada proyecto, va "desde la oxidación total con aireación prolongada hasta los filtros verdes con utilización de macrofitas".

El Gobierno defiende que en 2017 "empezaron las obras de las plantas de Calaceite y Maella", que tienen un coste de 3,8 millones de euros. También que se procedió a la ampliación y mejora de la EDAR (Estación Depuradora de Aguas Residuales) de Tamarite de Litera, que da servicio tres municipios. Colectivos como la Red de Agua Pública de Aragón, no obstante, insisten en la necesidad de revisar el plan de depuración actual, marcado por el sobredimensionamiento de las infraestructuras proyectadas, y la ley de aguas.

El propio consejero de Desarrollo Rural y Sostenibilidad, Joaquín Olona, reconoce que el Gobierno de Aragón "sigue estudiando el redimensionamiento de los proyectos técnicos", ya que la realidad actual "pone de manifiesto que en casi todos los casos hubo una excesiva ponderación de las necesidades de depuración".

Parálisis en el Pirineo

Olona confía en que las 300 depuradoras aún sin construir en Aragón estén listas "en el menor tiempo posible", aunque no da plazos. Aboga por afrontar el proceso "con realismo", ya que "también habrá que asumir los gastos de aquellas que vayan entrando en funcionamiento". El consejero prevé que el ritmo de ejecución se intensifique "en la medida en que vaya aumentando el presupuesto". "También dependerá de cómo quede al final el ICA", apunta. Quiere, no obstante, que las obras "no estén condicionadas a la recaudación de este impuesto". Pese a no aventurar cuántas depuradoras podrán construirse con las ayudas de este 2018 –asegura que "todo dependerá de los proyectos que presenten los ayuntamientos"–, insiste en que se harán "mediante adjudicación directa".

Respecto a las del Pirineo, donde quedan decenas por ejecutar, recuerda que el Ejecutivo está condicionado por la situación jurídica en la que se encuentran los contratos tras optar por su resolución a consecuencia del rechazo a los modificados planteados por las empresas. Se trata, según Olona, de una limitación que actualmente "impide actuar". "No obstante, en el momento en que legalmente podamos hacerlo sin poner en riesgo los intereses públicos, las abordaremos", dice.

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