Un primer paso

El Gobierno de Aragón ha presentado su propuesta de reforma del polémico impuesto sobre la contaminación de las aguas (ICA). Está abierto a revisar la cuota fija, sin concretar cuánto, y a introducir nuevas bonificaciones y exenciones para colectivos desfavorecidos. Es un primer paso que va en la buena línea y que fue anunciado ayer por el propio presidente de la Comunidad, Javier Lambán.

Ante la presión de miles de ciudadanos y de varias organizaciones sociales, el Ejecutivo de la Comunidad está abierto a negociar la reforma del ICA en la mesa técnica sobre este gravamen. Por ahora, su propuesta es revisar la cuota fija, que actualmente asciende a 5,09 euros al mes. No obstante, el presidente Lambán, quien ayer presentó esta primera modificación, no ha concretado aún cuánto la rebajará. La iniciativa del Pignatelli es acertada, pero no acaba de limar todas las aristas de este impuesto. Es importante que la filosofía del gravamen quede clara para que se comprenda su naturaleza, que no es otra que la atención y cuidado sobre el ciclo integral del agua. Igualmente, debe manifestarse su condición y naturaleza solidaria para con todo el territorio aragonés.

Aunque la contestación social que ha tenido el impuesto ha sido esencialmente ciudadana, sería muy positivo que todos los partidos se pronuncien al respecto con claridad. Es lógico que Zaragoza sea solidaria con el resto de Aragón en la financiación de las exigencias medioambientales. Es necesaria una propuesta más ambiciosa y más clara, con mayor fundamento y que sea mejor explicada a los contribuyentes. Parece seguro que la negociación futura será el marco para aclarar todos estos aspectos.