Un estudio firmado por siete profesores de las Universidades de Zaragoza y Burgos y el dueño de la consultora Geoscan advierte de que el llenado del embalse de Mularroya podría provocar un gran terremoto y, como consecuencia, un "vaciado catastrófico" que afectaría de manera "importante" a Calatorao y Ricla. El trabajo científico, publicado en el último número de la Revista de la Sociedad Geológica de España, sostiene que la obra "adolece de estudios técnicos serios y rigurosos", por lo que sus autores instan a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) a paralizarla. "La aplicación del principio de prevención y cautela implica evaluar la viabilidad de la infraestructura y las medidas encaminadas a minimizar las afecciones", sentencian.

La tesis del estudio es que no se habría tenido en cuenta la sismicidad inducida que puede provocar el llenado del embalse sobre la falla del río Grío, situada en el subsuelo. Y lo sustentan en la aparición de deformaciones en los depósitos cuaternarios que han salido a la luz en los taludes de las obras, lo que atestiguan con fotografías. Por ello, inciden en que "estos nuevos datos" requerirían, antes de culminar las obras y acometer las pruebas de llenado, diversos estudios y cálculos, "así como la monitorización microsísmica".

Los autores indican que la falla del río Grío es una de las más importantes del sector central de la Cordillera Ibérica, con actividad intermitente a lo largo de los últimos 300 millones de años. Y recuerdan que en otros dos trabajos recientes, uno de ellos firmado por uno de los geólogos de referencia de la CHE, le atribuyen una capacidad de generar terremotos de entre 6,2 y 6,8 grados en la escala de Richter.

Dos de los firmantes, el catedrático de Geodinámica de la Universidad de Zaragoza, José Luis Simón, y el profesor de Ciencias de la Tierra, Antonio Casas, indicaron a este diario que las cifras son "especialmente significativas" porque el terremoto se produciría "muy cerca de la superficie".

En el estudio se apunta que la falla tendría capacidad de generar aceleraciones en el entorno de la presa de fuerza 1G, "con consecuencias catastróficas para la estabilidad de la misma". Y añaden que las repercusiones serían mayores al tratarse de una presa de materiales sueltos con forma convexa, "favorable para la generación de deslizamientos sobre el cuerpo de la presa".

Los profesores no se quedan solo en analizar el riesgo sísmico de Mularroya, sino que realizaron una simulación de la inundación que provocaría los cien hectómetros cúbicos de capacidad del embalse en la llanura del campo de Valdejalón. Según detallan, las consecuencias serían "importantes" sobre Ricla y Calatorao, punto críticos junto al viaducto de la A-2. El propio calado (de hasta 20 metros) y la fuerza de la corriente (superior a los 20 metros por segundo) se llevarían por delante la estructura viaria e inundaría buena parte de los cascos urbanos. En las zonas más afectadas, como la plaza de toros de Ricla, el agua alcanzaría hasta 7,3 metros. El tiempo de reacción sería mínimo, de tan solo 15 minutos desde que se produjera el siniestro y llegara la punta de la inundación.

Simón y Casas señalaron que para calcular con exactitud las probabilidades de que suceda un terremoto necesitarían más datos, ya que no se sabe cuándo fue el último. "Aunque sea pequeño, el riesgo es importante y apreciable", señalaron.

Los autores admitieron que no han remitido el informe a la CHE pese a la gravedad de sus afirmaciones porque, aseguraron, han actuado como científicos que han publicado en una revista científica. "La comunicación es problemática, hemos tenido encontronazos dialécticos con el jefe del Área de Seguridad e Información Geológica, que fue alumno nuestro", apuntó Casas.