La venta de cigarrillos cae un 50% en 10 años, pero se detectan más casos de contrabando

El año 2013 marcó el descenso generalizado del tabaco. Hasta entonces, ante el elevado importe de los cigarrillos, los aragoneses se habían refugiado en el tabaco de liar y en los cigarros.

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La venta de cigarrillos cae un 50% en 10 años, pero se detectan más casos de contrabando

Los aragoneses han pasado de comprar más de 132 millones de cajetillas de tabaco al año, lo que supone 2.643 millones cigarrillos, a que apenas se superen los 70,7 millones de cajetillas (1.415 millones de cigarrillos). Un descenso de casi el 50% en solo en una década y que no muestra perspectivas de mejora. “En el último año, la adquisición de cigarrillos se ha reducido un 3,37%; con especial incidencia en la provincia de Zaragoza, donde la caída ha sido de más del 6%. Por su parte en Huesca y Teruel es más sostenido con un 3,98% y un 2,58% respectivamente”, señala José Corral, presidente de Asociación Profesional de Expendedores de Tabacos y Timbres del Estado en la Provincia de Zaragoza (Asezar).

Las razones de esta reducción de las ventas son varias y entre ellas destaca la crisis económica. Este fue el principal factor que provocó que en 2009 se registrara el primer descenso, cuya tendencia ya no ha parado. En ese momento, los aragoneses apostaron por otras opciones más económicas como el tabaco de liar, el de pipa y los cigarros o puros. Ejemplo de ello es que las ventas de tabaco de liar se situaban en 82.000 kilos en 2009 (anteriormente se medía en bolsas o en latas). Posteriormente, en pleno auge de la crisis (2013), se llegó a superar los 200.000. En la actualidad, la tendencia vuelve a ser a la baja, pero aún así se expenden 155.512 kilos al año. Una tendencia similar han seguido los cigarros, que han pasado de los casi 43 millones comprados en 2008 a los 89 de la actualidad. Todo ello, contando con que en 2013, registró el máximo de ventas con 102 millones.

Como resultado de la menor capacidad adquisitiva de los consumidores, algunos de ellos se han pasado al tabaco de contrabando. “Actualmente existen fábricas ilegales. Esta cuestión unida a la venta sin control por Internet, supone un gran riesgo para la salud y una mengua de las arcas públicas, debido a la evasión del pago de impuestos”, recalca Corral. En esta misma línea se manifiestan desde Altadis, compañía líder del sector del tabaco. Según la última Encuesta de Paquetes Vacíos, publicada por la consultora Ipsos, durante el primer semestre de 2017, el 10,3% del tabaco consumido en España es de origen ilícito; una cifra que desciende hasta el 2,6% en Aragón. Este dato es el más alto registrado tanto en la comunidad aragonesa como en el resto del país desde 2014.

Las denuncias de puntos de venta ilegales de tabaco también están registrando máximos. En 2017 se contabilizaron hasta siete casos en la provincia de Huesca (cinco en Monzón; uno en Torralba de Aragón y otro en San Juan del Flumen). En Teruel hubo tres denuncias (dos en Alcañiz y una en Calanda) y en Zaragoza, cuatro: dos de ellas en la capital aragonesa y otras dos en Las Cuerlas. Esto supone un total de 14, mientras que el año anterior solo se habían recibido tres.

Gibraltar es el principal punto de entrada de estos productos ilícitos, con el 30,3% del mercado. Seguidamente se encuentra Andorra (9,3%) y las Islas Canarias (5%). El resto de tabaco ilegal llega a España por diversos puntos del país. De hecho, esta misma semana, una patrulla de Guardia Civil de Zaragoza aprehendió un total de 2.500 cajetillas de tabaco de contrabando. Estos cigarrillos procedían de Andorra y estaban valorados en 10.375 euros. Este es un caso menor si tenemos en cuenta que en noviembre de 2017 la Guardia Civil requisó 250 toneladas de hoja de tabaco en Cáceres, que estaban valorados en unos 40 millones de euros. Esto supuso la mayor incautación de hoja de tabaco de Europa.

La puesta en marcha de la Ley Antitabaco también ha tenido efectos en los hábitos relacionados con el consumo de este producto. Así lo refleja un estudio llevado a cabo por expertos nacionales sobre la materia, miembros del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT). Este análisis subraya que con la entrada en vigor de estas normativas, las asistencias hospitalarias por asma en niños y adultos se han reducido una media de un 15% y por Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) hasta un 20%.

La última encuesta publicada por el Ministerio de Sanidad, también señala un aumento del 12% del porcentaje de exfumadores entre 2009 y 2014 (no existen datos más actualizados). Por el contrario, el número de fumadores diarios apenas había descendido un 0,9%. De este modo, se entiende que aquellos que fumaban de manera esporádica o pocos cigarrillos al día han conseguido dejarlo, mientras que el resto mantienen esta adicción.

El tabaco de pipa, el único que aguanta

Según los datos del último año, la picadura de pipa es la única cuyas ventas se han visto incrementadas. El crecimiento es de menos del 4% pero evidencia que se sigue apostando por productos económicos. “El incremento de la picadura de pipa se debe a que los consumidores buscan labores más baratas que se ajustan más a su poder adquisitivo”, subraya Corral. No obstante, puntualiza que, por mucho que aumenten sus ventas, éstas no superan el 0,6% del total de tabaco expendido.

Para intentar compensar la caída generalizada de las ventas, los estancos están buscando nuevos productos y servicios. El objetivo es compensar la pérdida de poder adquisitivo, a pesar de que esta no ha sido tan importante como la caída de las ventas. Según los últimos datos publicados por el Comisionado para el Mercado de Tabacos, los ingresos generados por el tabaco expendido han descendido casi un 10% en una década. “Hemos puesto en marcha la tarjeta de prepago PocketPay (cuya intención es ofrecer los servicios de una tarjeta Visa, pero sin la necesidad de contratar los servicios con un banco ni contraer los elevados costes de mantenimiento), los servicios de envío de dinero como Western Union o de paquetería”, sostiene Corral.

Sin embargo, recalca que la intención principal es eliminar el comercio ilícito de tabaco que “es el que más perjudica a nuestros negocios, al Estado (porque deja de recaudar en torno a 1.000 millones de euros anuales) y a los consumidores, que desconocen el contenido de lo que compran cuando lo hacen en canales ilegales”. Desde Altadis consideran que para acabar con la parte ilegal es necesaria la colaboración de los propios fabricantes: “Tienen que ser parte activa y decidida en la solución. Deben limitar la exportación hacia mercados próximos y con bajos impuestos, como Gibraltar; seleccionar a sus distribuidores en estos mercados y exigirles el máximo compromiso para que la mercancía llegue a los estancos de España”.

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