La Corona catalano-aragonesa, uno entre muchos errores

Los fallos detectados recientemente en tres libros de Secundaria son solo el último ejemplo de una larga lista de manipulaciones históricas y geográficas sobre Aragón.

Portada del libro
Retirado en Huesca un libro de Literatura que habla de la "corona catalanoaragonesa"

La referencia a la ‘Corona catalano-aragonesa’ detectada en las últimas semanas en tres libros de Bachillerato y de la ESO –con reincidencia incluida de la editorial Casals– es solo la última de una larga lista de incorrecciones sobre aspectos históricos y geográficos de Aragón que se difunden, sobre todo, por el nacionalismo catalán.

Para combatir esta manipulación, los historiadores abogan por "fomentar la investigación y la difusión de la Historia, ya que tenemos que ser los primeros en defender lo nuestro", como resalta Marisancho Menjón. Y Belén Boloqui pide ser desde Aragón "igual o más persistentes que los catalanes porque, aunque todos podemos cometer errores o lapsus, cuando se ve que hay una voluntad sistemática de acaparar territorios, conceptos, etc, no hay más remedio que replicar, porque de tanto repetir las mentiras logran convencer a la población".

Hay ejemplos de lo más variopinto. Desde una ‘Guía de los árboles de los Países Catalanes’ que incluían los higos de Fraga como parte de la producción de esos supuestos ‘Países’, a una baraja "para jugar una amistosa partida de cartas en cualquier sitio donde la gente habla o entiende la lengua catalana" que se apropiaba de los reyes de Aragón y su bandera y de tierras aragonesas.

Pero hay otras manipulaciones más ‘serias’ plasmadas en el propio Boletín Oficial del Estado, donde se pueden encontrar referencias a la ‘Corona catalano-aragonesa’ en dos leyes promulgadas por el Parlamento catalán sobre el aranés (2010) y el régimen especial de Arán (2015). Un término "anacrónico", según Marisancho Menjón. "La Historia estaba muy centralizada en Castilla y en el siglo XIX lo empezó a usar un grupo de intelectuales catalanes como reacción, para rescatar sus éxitos y glorias. Pero se tropezaron con que tenían que estar nombrando siempre a Aragón y crearon ese término para destacar el peso de Cataluña, alterando el léxico histórico para tener más protagonismo", dice.

La tergiversación nacionalista, no obstante, no solo ha infectado a muchas entidades o instituciones catalanas. RTVE también se refirió a la ‘Corona catalano-aragonesa’ en varios informativos en 2010. El entonces presidente de la corporación se disculpó, pero no rectificó la información.

También el Telediario asumió la insólita denominación de los reyes que usa el catalanismo más intransigente, que resta, sin más, un numeral a todos los Alfonsos y Pedros, originando confusión. En Aragón sucede con los Felipes y se resuelve con la doble mención: ‘Felipe II (I en Aragón)’, que evita todo error. Según Menjón, "en la historiografía catalana, empiezan a numerar a los reyes a partir del casamiento de Petronila y Ramón Berenguer, como si todo empezara de nuevo, olvidándose de que antes ya hubo un Pedro I y un Alfonso I de Aragón", destaca. Otra extravagancia es el uso del término ‘conde rey’ "que pretende equiparar los dos títulos, cuando no es así, y altera su precedencia".

También el Consejo Superior de Investigaciones Científicas –a través de su Institución Milá y Fontanals–, ha publicado hasta 15 libros sobre historia medieval desde 1974 con múltiples referencias a la ‘Corona catalano-aragonesa’. El CSIC dejó finalmente claro que el nombre oficial era Corona de Aragón.

Caso flagrante fue el de la Armada Española, que en 2014 atribuyó en su web a la ‘Casa Real de Cataluña’ el origen de la bandera cuatribarrada del rey de Aragón.

En el ámbito educativo, los ejemplos son numerosos. La ‘Superenciclopédia’ para niños editada en Cataluña en 2001 y 2002 situaba a Benasque y Graus en la ‘Franja de Ponent’ de los ‘Països Catalans’; un cuento publicado en 2014 por la Generalitat incluía una serie de mapas con territorios de la Corona de Aragón bautizándola ‘catalano-aragonesa’; y no faltan enciclopedias consultables en bibliotecas universitarias y libros de texto de Secundaria con referencias erróneas que han sido denunciadas incluso por el Justicia de Aragón.

Las inexactitudes se han propagado en Aragón. Los paneles informativos del Monasterio de Piedra aludían en 2009 a ‘los reyes catalano-aragoneses’, igual que los de San Juan de la Peña.

Además de aspectos históricos, también se han detectado falsedades geográficas. La más conocida y recurrente, aparte la obsesiva insistencia en ‘la Franja’ (con éxito en Aragón), es considerar el Aneto, ubicado sin duda en Benasque, como pico catalán. En 2010, TV3 lo incluyó, junto al Vallibierna (también benasqués), entre las cumbres mayores de Cataluña. Unos años antes, el Ayuntamiento de Barcelona había publicado en su web que el Aneto era el pico "más alto de los Países Catalanes".

También el Ministerio de Fomento se vio obligado a retirar en 2013 un mapa didáctico que había estado repartiendo durante meses el Instituto Geográfico Nacional y que situaba el monte más alto del Pirineo en Cataluña.

La Asamblea Nacional Catalana publicó en 2014 un mapa que se apropiaba de cuatro comarcas de Aragón (Ribagorza, La Litera, Bajo Cinca y Matarraña), además del sur de Francia, en su pretensión de crear una hipotética ‘gran’ Cataluña independiente.

El enfado de la sociedad contra estas inconveniencias nada inocentes se ha canalizado en las redes sociales. Así, en Facebook, el grupo ‘Basta de manipular la Historia. ¡La ‘Corona catalano-aragonesa’ nunca existió!’ suma 7.000 seguidores. También en 2009 se creó otro con el nombre ‘Queremos que el nuevo estadio de Zaragoza se llame Corona de Aragón’.

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