"Mi hermano quiso que esparcieran sus cenizas en estas montañas"

María Teresa Grima recuerda a su hermano asesinado hace once años que está enterrado en el cementerio de Sabiñánigo.

Miguel Grima, con su esposa Celia, ante las montañas que se ven desdee Fago donde quería que esparcieran sus cenizas.
Miguel Grima, con su esposa Celia, ante las montañas que se ven desdee Fago donde quería que esparcieran sus cenizas.
Heraldo

Las hermanas de Miguel Grima, María Teresa y María Pilar, acuden todos los años al cementerio de Sabiñánigo para recordarlo con motivo del aniversario de su muerte. María Teresa cuenta que llevarán flores al nicho de Miguel Grima, que está con la familia de su viuda, Celia Esterlich, si bien apunta que toda su vida quiso que lo incineraran y el Juzgado de Jaca lo impidió durante la instrucción. "Mi hermano quiso que sus cenizas fueran esparcidas en las montañas de esta foto que nos dejó y que tengo en la pared de mi casa. Creo que se ven desde Fago, pero la juez no permitió incinerarlo por la investigación", critica la hermana del alcalde.

Además del crimen de Miguel Grima, el mismo día su hermana María Pilar perdió a su marido. "Es demasiada casualidad para mí. Iremos mañana (por hoy) al cementerio de Zaragoza y seguramente el sábado al de Sabiñánigo por mi hermano", apunta María Teresa, quien sabe que el miércoles cumplió años Santiago Mainar. "Nadie sabe si un día saldrá de la prisión", agrega.

El abogado de la acusación, Enrique Trebolle, destaca que la aprobación del Estatuto de Víctimas de 2015 debería aportar información a la familia del asesinado sobre los beneficios penitenciarios en tercer grado para poder presentar sus recursos, pero hasta el momento no conoce que se aplique la norma. "Aún no conozco ningún caso de conocer el expediente de Vigilancia Penitenciaria sobre los permisos a un interno", agregó Trebolle.

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