Magallón: tierra de afinados aromas

Gran Velada se dedica desde Magallón al reto del ‘hágalo usted mismo’ en el campo de la cosmética, además de vender materiales y productos terminados en su tienda local y por internet.

Dos trabajadoras de Gran Velada trabajan en el almacén de la empresa; preparan producto para su comercialización.
Dos trabajadoras de Gran Velada trabajan en el almacén de la empresa; preparan producto para su comercialización.
Laura Uranga

Hay una nave a las afueras de Magallón que huele a mil y un aromas exóticos. El negocio que encierra también es exótico, por osado e inusual: cosmética y pedagogía artesana en la red. Gran Velada es una puerta abierta a la imaginación que lleva más de ocho años en el Campo de Borja, el último y medio en el término municipal de la pulida magallonera.

La empresa echó a andar en 2004, con apenas 400 euros de capital. Era el esfuerzo de la joven argentina Mariana Paula Druk, psicóloga de formación y muy aficionada a la confección de cosméticos y jabones. Había llegado tres años antes a España, concretamente a Madrid, y las ganas por mantener activa su afición artesana le llevaron a descubrir que había un nicho de mercado ahí. No en la simple venta o la mentada confección, sino en combinar esas dos actividades con un esfuerzo lectivo.

Magallón: tierra de afinados aromas

"En América Latina –explica Mariana– hay mucha afición por este tipo de talleres, a los espacios que los desarrollan se les llaman ‘artísticas’. En Madrid no había y por ahí empecé, en sesiones educativas y también en la venta de materiales. Luego seguí con la actividad en Zaragoza: el alquiler de un local en Madrid se comía casi todo el beneficio".

Mauricio Martínez, marido de Mariana y copropietario de la empresa, entró poco después en la jugada. Es licenciado en Turismo; tampoco tenía una formación específica en el sector, pero sí compartía con su pareja el olfato (literal, en un segmento como el que trabajan) para entender la oportunidad de negocio con una disciplina de trabajo proactiva, que se anticipara a la jugada. Gran Velada pasó de fabricar y vender velas al detalle con una web estática a poner una tienda ‘online’ desde Borja, donde crecieron un poco más. Luego apareció Magallón en el horizonte. "Desde la alcaldía nos apoyaron de manera incondicional, y lo han seguido haciendo. Las condiciones eran buenas y pudimos comprar el terreno, levantar la nave... ahora, de hecho, tenemos más terreno en el solar contiguo para poder plantearnos la ampliación de espacio", apuntan.

El poder de la red

Gran Velada (granvelada.com) está físicamente en el Polígono Montecillo, a la salida del pueblo en dirección Borja. No obstante, sus fronteras virtuales son inabarcables. "Tenemos –dice Mauricio, henchido de orgullo– una masa de seguidores muy importante en redes; 174.000 en Facebook, sin ir más lejos. Disponemos de ocho blogs temáticos muy activos, porque nos ocupamos de generar buen volumen de contenidos. Incidimos mucho en el ‘hágalo usted mismo’; a la gente le encanta que les guiemos para preparar sus propios productos, y nos compran los materiales; se genera un deseo creativo en el cliente. Los ‘kits’ tematizados que hemos ido lanzando han tenido una gran aceptación".

El principal competidor español de Gran Velada es un gigante del sector cosmético, Manuel Riesgo, quizá la droguería con más solera de Europa. "Al principio si nos manejábamos de forma parecida –reconoce Mariana– pero poco a poco hemos creado productos propios a partir de ideas originales, abriendo caminos nuevos en el sector".

Mujeres líderes en plantilla

Además de Mariana y Mauricio, el personal de Gran Velada lo componen treinta y dos personas. La relación de mujeres es de un setenta por ciento, contra el treinta de hombres. Y hay una incidencia directa en el pueblo y la comarca. "Aunque no estamos físicamente dentro de Magallón y no se pueden crear las mismas relaciones de abrir la puerta al paseante, hay muchos trabajadores del pueblo; trajimos gente de Borja que ya estaba con nosotros y hemos hecho bastantes contrataciones aquí. Hay quien había dejado Magallón para probar suerte en Zaragoza y ha vuelto a vivir al pueblo para estar en Gran Velada. De ese setenta por ciento de mujeres, además del personal de planta contamos con diseñadoras, contables, periodistas, dos químicas… hay diversidad de funciones", puntualiza Mariana.

Entre los kits de manufactura destacan los de los jabones ecológicos y una novedad compleja; hacer incienso. "Es complicado –recalca Mauricio– porque además de conocer bien los elementos, hay que acertar en las proporciones; lo hemos perfeccionado durante años, y tiene mucha salida en Semana Santa, sobre todo. Además, se puede hilar fino; contamos con más de 200 aromas en catálogo".

Personalización

En Gran Velada no se para de ‘darle al coco’, y el asunto de la personalización de productos terminados también ha entrado con fuerza en sus planes de negocio. La impresión digital en 2D y 3D permite abrir la puerta al mundo de los regalos específicos para boda, empresa, particulares. No son pocos los encargos recibidos para hacer jabones con el rostro de amigos, de su bebé ... o del jefe. Al mismo tiempo, la firma idea nuevos manuales: los de cerámica perfumada y mikados también están funcionando bien.

Mauricio apunta otro dato interesante. "El hecho de vender los materiales y la forma de emplearlos para un objetivo determinado también acaba generando micronegocios; son varios los casos en que nuestras propuestas han animado a la gente a poner sus propias tiendas".

De los manuales y blogs se ha pasado también en Gran Velada al plano editorial con un primer libro sobre confección de velas. Mauricio lanza el guante a los más decididos. "Hacer buenas velas no es complicado; con nuestro manual, los materiales, un espacio reducido y unas horas de dedicación, cualquiera puede hacerlo enseguida. Además de este libro preparamos otro sobre jabones, y esperamos editarlo en físico con Anaya antes de que acabe el año".

La pulida magallonera, doblemente inmortalizada

Magallón es tierra de música en general, y de jota en particular. El maestro Ramón Salvador compuso la pieza más famosa del lugar, ‘La pulida magallonera’, llamada popularmente ‘La olivera’ por un pasaje de sus versos más famosos, que rezan así: ‘Pulida magallonera/anda y dile al Santo Cristo/que cuando me llame al cielo/que me cante la olivera’. El 19 de enero de 2014, el pueblo celebró la inauguración de una escultura dedicada a la protagonista de esta jota y, por extensión, a todas las mujeres de Magallón, sita en la remodelada plaza de la Constitución. La autora fue Marta Soto Paciencia, joven profesional del arte, hija del renombrado arquitecto Fermín Soto, que en su corta trayectoria profesional ya se ha labrado un nombre que trasciende su herencia genética; en 2012, además, obtuvo el Premio Extraordinario por su proyecto final de carrera del Grado Superior de Escultura en la Escuela de Bellas Artes de Zaragoza, y que el año pasado amplió allí sus potencialidades con un curso de animación. El Ayuntamiento le encargó el trabajo a principios de 2013 y en mayo de ese año, presentó los primeros bocetos, seguido de un modelado en barro a tamaño reducido para su aprobación en el Ayuntamiento. Marta realizó después la escultura definitiva a tamaño natural (1.80) y su fundición se hizo en los talleres de Francisco Torres, de San Juan de Mozarrifar, que hoy saluda a los habitantes y visitantes de Magallón desde el centro neurálgico de la villa.

LOS IMPRESCINDIBLES

Grupo Ruberte

También están establecidos en Borja y Ainzón, pero el prestigioso grupo vinatero tiene su sede social en Magallón. Con más de medio siglo de historia, amén del vino (con maduración artesanal) trabajan el cava y el vermut.

Cerámicas Salvador

La tradición alfarera local tiene un gran exponente en este negocio familiar de Magallón (Pza. Aragón, 5) iniciado hace cuatro generaciones por Máximo Salvador. Decoración, menaje, muebles, complementos, regalos originales...

Rincón de la Música

En la calle La Jota de Magallón se rinde homenaje al compositor Abel Moreno, muy ligado al pueblo en afecto y obra; dirigió la Escuela de Música del Ministerio de Defensa, y fue pregonero de la Semana Santa de Zaragoza en 2007.

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