El apoyo europeo al Canfranc es histórico

"España y Europa necesitan reabrir una comunicación en el Pirineo central".

Vivimos momentos muy importantes para ‘El Canfranc’ gracias al respaldo de la Unión Europea con fondos, lo que es un hecho histórico. Además de los 7,5 millones aprobados este año para los proyectos, el responsable de Transportes de la Comisión Europea, Herald Ruijters, definió en su visita a principios de diciembre que el proyecto es "sólido y excepcional", y aseguró que si los estudios llegan a buen término "es un proyecto que apoyaremos". Este apoyo final se daría entre 2021 y 2027, ya que en Europa "se trabaja en base a presupuestos en 7 años, y en mayo de 2018 se comenzarán a presentar las propuestas y hay que trabajar en ellas".

Pero no solo el respaldo europeo es fundamental, sino que se han vivido otros acontecimientos en los últimos años que nos hacen ser muy optimistas sobre el futuro de la reapertura. El tren en Francia está solo a 25 kilómetros del túnel del Somport, desde que se estrenó el tramo entre Olorón y Bedous en junio de 2016. Y, además, tenemos, al otro lado de la frontera, un gran baluarte con un importante peso político como es Alain Rousset, el presidente del Consejo Regional de Nueva Aquitania, que lidera esta reivindicación. En pocos años se van a terminar las dos autovías que vienen desde el País Vasco y Zaragoza, lo que supondrá el aumento gradual del número de camiones. Pero esta situación afectará a nuestros valles pirenaicos que son de alta montaña y territorios sensibles. Por ello necesitamos que existan vías alternativas de comunicación como el ferrocarril del Canfranc que puede ser  una de ellas.

Otro argumento irrefutable para el proyecto de la conexión internacional Zaragoza-Canfranc-Pau es la obligación de poner en valor un patrimonio histórico y cultural, que costó mucho dinero y esfuerzo a Francia y España, desde su inauguración en 1928 hasta 1970, cuando se cerró el paso.

A nivel turístico, la comunicación con los trenes puede convertirse en una pieza importantísima, sobre todo en invierno, para la llegada de los turistas desde Francia y el resto de España, pero también en verano, con la puesta en servicio de trenes turísticos de época.

La situación política española que hemos vivido este año 2017 con la crisis de Cataluña es otro elemento a tener en cuenta. Tenemos la obligación los aragoneses de hacer política, quitarnos los complejos que siempre nos acompañan y decir bien alto y claro que somos una Comunidad autónoma histórica, pero leal al Estado y que necesitamos, y necesita, tanto España como Europa, reabrir una comunicación por el Pirineo Central que pase por Aragón.

Tenemos una oportunidad histórica que no nos podemos permitir desaprovechar. Soy de esa generación que, a pesar de pasar de los 40 años, no he visto nunca pasar un tren por Canfranc hacia Francia. Veo a la gente mayor del valle del Aragón que recuerdan lo que fue y significó este ferrocarril. Y tengo envidia sana de no haber podido vivirlo como ellos y quiero sentirlo y disfrutarlo, como sé que quieren muchos aragoneses, españoles y franceses.

Según ahondo más en la historia del Canfranc, que empezó en 1853, cuando fue publicado el ‘Manifiesto de los aragoneses a la nación española’ en reivindicación de una salida ferroviaria a Francia, estoy más convencido de la necesidad de esta vía de comunicación. Esta sensación también la tengo todos los días 18 de julio (la fecha de la inauguración de la estación de Canfranc y el paso internacional en 1928), cuando escucho los discursos de Alfonso XII y Gastón Doumergue en nuestra recreación histórica, que están totalmente vigentes hoy en día.

Nadie se puede imaginar lo duro que es ver cómo día a día la estación y su entorno se van  degradando poco a poco, pero eso sí, siempre que vemos una luz de esperanza nos agarramos a ella, y esta vez creo que tenemos muchas. Queremos empezar a ver que las máquinas entren el año próximo para reformar la estación y toda la explanada gracias a la UTE_de las empresas que ganaron la licitación de las obras del Gobierno de Aragón por 27 millones.

Por todo esto y mucho más, no tenemos que ser tímidos con nuestro futuro y debemos pedir bien alto y claro, y sin complejos, tanto a los gobiernos de España y Francia como a la Unión Europea, que ha llegado la hora de la reapertura del Canfranc.