La Guardia Civil ha activado un dispositivo especial para localizar al hombre que el pasado sábado abandonó su coche en llamas en Alfajarín tras protagonizar una persecución de película desde Soria. Los agentes que trataban de darle alcance llegaron a poner su coche patrulla a casi 200 km/h por la Ronda Norte de Zaragoza, pero ni siquiera a semejante velocidad lograron echarle el guante. Cuando finalmente encontraron el Audi A-4 3000 que conducía, estaba ardiendo y no había nadie dentro.

Según ha podido saber HERALDO, podría tratarse de un hombre de origen rumano con antecedentes policiales. Ello y su desesperado intento por escapar obligaron a la Benemérita a extremar todas las precauciones, temiendo que pudiera ir armado y ofrecer resistencia. Sobre todo, después del triple crimen de Igor el Ruso solo dos días antes en Andorra.

Las alarmas saltaron sobre las diez de la noche del pasado 16 de diciembre en la localidad soriana de Santa María de Huerta, a escasos kilómetros del límite provincial con Zaragoza. Allí, el hombre al que ahora busca la Guardia Civil ignoró un control de seguridad ciudadana y se dio a la fuga. Los agentes pudieron tomar nota de las características del vehículo y de su matrícula, lo que sirvió para poner en alerta a los centros de control de la Dirección General de Tráfico (DGT). De hecho, fue un pórtico de señalización equipado con detector de placas y ubicado en el kilómetro 250 de la A-68, a la altura del municipio de Utebo, el que detectó el paso del huido sobre las 23.15.

El destacamento de Tráfico de la Comandancia de Zaragoza movilizó enseguida varias dotaciones, que se apostaron a ambos lados de la Ronda Norte (Z-40) a la espera de ver pasar el Audi A-4. Según ha podido saber este diario, un segundo panel de la DGT volvió a detectar sobre las 23.35 el vehículo del fugado a la altura del barrio de Miralbueno (kilómetro 314 de la A-2) en dirección a Barcelona. Un poco más adelante estaba aguardándole uno de los coches patrulla de la Benemérita, que salió enseguida tras él y activo los dispositivos luminosos para pedirle que se detuviera.

Como hiciera antes en Santa María de Huerta, el conductor hizo caso omiso de las señales de alto y pisó el acelerador a fondo hasta poner el turismo a más de 200 km/h. Aunque lo intentaron, los agentes no pudieron darle alcance y lo perdieron de vista. Al tratarse de un sábado por la noche, por la Z-40 apenas circulaban camiones ni vehículos, lo que sin duda evitó que la temeraria huida causara algún percance con víctimas. En realidad, la persecución sí que acabó en accidente, pero el único coche implicado fue el del fugado, ya que a la altura del kilómetro 340 de la A-2 perdió el control el Audi A-4 terminó ardiendo en la mediana.

Un guardia resultó intoxicado

Cuando llegaron hasta allí los agentes de la Guardia Civil, pensaron que el conductor todavía estaba dentro del habitáculo, por lo que cogieron un extintor y lo vaciaron sobre las llamas. Tras constatar que en el interior no había nadie, se retiraron y dieron aviso a los Bomberos. La humareda que se desató fue tal que uno de los guardias resultó intoxicado y fue preciso prestarle asistencia en el centro médido de Alfajarín.

La búsqueda del conductor por la zona donde se produjo el siniestro se prolongó hasta pasadas las dos de la madrugada, pero fue imposible dar con él. La central puso en alerta sobre todo a los funcionario de Alfajarín, ya que se temía que el conductor pudiera intentar robar un coche en el pueblo para ponerse a salvo. Siempre con las máximas cautelas, chalecos antibalas incluidos, los guardias peinaron sin éxito el municipio en busca de un hombre que pudiera deambular herido.

El dueño del coche siniestrado es un vecino de Asturias y no el fugado. Ahora, la Policía Judicial y el Grupo de Investigación y Análisis de Tráfico tratan de poner luz en este inquietante suceso.