Barbastro incluirá en la demanda contra Lérida el acuerdo de los dos obispos ante el nuncio

La diócesis aragonesa tiene previsto presentar la reclamación judicial antes de que acabe el año.

Joaquín Guerrero, en el juzgado de Lérida donde se celebró el fracasado acto de conciliación.
Joaquín Guerrero, en el juzgado de Lérida donde se celebró el fracasado acto de conciliación.
Javier Navarro

El 30 de junio de 2008, ante el nuncio del Vaticano en España, los entonces obispos de Lérida, Xavier Salinas, y de Barbastro-Monzón, Alfonso Milián, suscribieron un acuerdo que parecía decisivo para el retorno a Aragón de las 112 piezas de las parroquias. El documento marcaba un plazo de 30 días para hacer efectiva la devolución, estipulaba que se debería informar a la Santa Sede y establecía la presencia de técnicos para identificar las piezas y de testigos para entregarlas.

El acuerdo nunca se hizo efectivo, pero ahora se rescatará del archivo de la secretaría general de la diócesis para formar parte de la demanda que el obispo de Barbastro, Ángel Pérez, quiere presentar, antes de que acabe el año, contra su homólogo catalán y contra el Consorcio del Museo de Lérida. Han pasado 22 años desde la modificación de los límites diocesanos (con las parroquias debían volver también los bienes), pero es la primera vez que el prelado aragonés acude a la justicia ordinaria. Anteriormente ganó todos los litigios ante los tribunales eclesiásticos para lograr la devolución de las 112 obras de arte de su propiedad retenidas en Cataluña.

El acuerdo ante el nuncio es solo uno de los muchos documentos aportados a la demanda que ya tiene preparada el abogado Joaquín Guerrero, representante del obispado de Barbastro. Se basa en una acción reivindicatoria, definida en el artículo 348 del Código Civil, que protege el derecho de propiedad para conseguir la restitución de algo que indebidamente posee un tercero.

Guerrero ha recopilado también todas las sentencias canónicas como precedente: el primer decreto del nuncio del 29 de junio de 1998 sobre la entrega de los bienes, el fallo del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica que dictó la obligación de cumplir ese decreto en 2002, o el del Tribunal de la Rota, que dio por finalizada la vía eclesiástica.

Todas estas sentencias hablan a favor de la reclamación, pero "lo más importante", según el letrado, es lo manifestado en el acto de conciliación celebrado el pasado 31 de octubre en el juzgado de primera instancia número 3 de Lérida. El posible acuerdo previo a la demanda fracasó, pero en él, por primera vez frente a una instancia civil, el obispado de Lérida reconoció quién es el titular de las 112 piezas y su obligación de devolverlas, aunque volvió a excusarse en que el Museo, donde están guardadas, le impide levantar el depósito.

El abogado está ultimando la documentación que adjuntará con la demanda, y la trasladará en unos días al obispo, Ángel Pérez. En cuanto este le dé el visto bueno, que se prevé antes de que acabe 2017, se presentará en el juzgado de Lérida que por turno corresponda. "La idea que tiene el obispo es presentarla inmediatamente", aseguró.

Documentos como el firmado por los dos prelados en la Nunciatura, aclaró Joaquín Guerrero, "evitan a un juez cualquier duda sobre si se ha reconocido la propiedad". También resulta decisiva, añadió, la sentencia que desestimó la demanda civil de la Asociación Amics del Museo de Lérida reclamando la propiedad. "Dijo que no eran del obispado de Lérida ni lo habían sido nunca porque una cosa que no tienes como dueño sino en depósito, no se puede adquirir por el paso del tiempo". Lo mismo se aplicaría al Museo.

Jurisprudencia a favor

La jurisprudencia también juega a favor en la disyuntiva sobre la catalogación. El propio Tribunal Supremo la resolvió determinando que la inclusión en un catálogo por parte de Cataluña no le daba la propiedad.

La recuperación de los bienes de Sijena constituye asimismo un precedente. "Hasta cierto punto, tenemos el camino más fácil, con un obispado que ha reconocido que no es el propietario". En el otro caso, la Generalitat argumentó que los compró.

En el Museo de Lérida se depositaron más de 112 obras del obispado Barbastro-Monzón, "unas perfectamente determinadas y otras que aseguran que las han perdido", comentó Joaquín Guerrero. La reclamación será por ese número (se ha hablado de 113 porque incluyen una pareja de candelabros). "Han dicho que no son suyas y que las depositaron en el Museo, y lo han dicho ante un juez de primera instancia. Esto es lo verdaderamente relevante", concluyó el letrado.

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