Consumo ha retirado casi 10.000 juguetes del mercado aragonés en lo que va de año

Los inspectores de la Dirección General de Protección de Consumidores y Usuarios del Gobierno de Aragón han retirado del mercado aragonés en lo que va de año un total de 9.877 juguetes, correspondientes a 90 productos o referencias diferentes. Hasta finales del pasado noviembre se llevaron a cabo 11.532 actuaciones de control en las tres provincias de la Comunidad.

Cuando se lee esta cifra hay que tener en cuenta, explican desde Consumo de la DGA, que en muchos casos la gestión de la retirada es canalizada por el propio fabricante, en cuyo caso la inspección simplemente controla que se haya llevado a cabo correctamente, motivo por el que estas unidades no aparecen contabilizadas como unidades requisadas, aunque sí se haya hecho una retirada voluntaria.

Todos estos juguetes forman parte de los más de 120 que este 2017 han sido detectados por la red de alerta nacional de Aecosan (la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición), dependiente del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.

De los productos de todo tipo alertados , tanto a nivel nacional como europeo, los juguetes suponen un 30,29%. A este respecto, Consumo subraya que algunos de ellos ni siquiera llegaron a estar en los estantes de las tiendas y bazares porque fueron rechazados en la propia aduana.

Entre los riesgos más graves y comunes que presentaban los artículos requisados está el peligro de asfixia, al desprenderse fácilmente piezas pequeñas. Otro peligro es el de intoxicación, al detectarse en algunos de ellos un contenido de ftalatos (grupo de compuestos químicos principalmente usados como plastificadores) superior al permitido. Otras deficiencias comunes son el incumplimiento de los requisitos sobre rigidez y resistencia al calor y los peligros de quemaduras, al no superar los ensayos de inflamabilidad, y de ingestión por su parecido con un alimento.

Entre los juguetes que figuran en la alerta hay también unas manos sonoras que pueden provocar lesiones auditivas porque el nivel de presión acústica supera el límite máximo de decibelios permitido. Hasta se incluye un patinete de metal que presenta bordes cortantes accesibles en el freno de la rueda trasera y que puede provocar aprisionamientos porque los elementos móviles tienen espacio suficiente entre ellos.

El número de inspecciones aumenta los días previos a la Navidad y vuelve a intensificarse durante las rebajas de enero.

Algunas recomendaciones

De cara a las compras navideñas hay que recordar una serie de recomendaciones para evitar problemas mayores. En el envase y en las etiquetas tiene que aparecer claramente indicado el nombre, la marca y la dirección del fabricante y/o importador y en español. Además, los rótulos deben alertar acerca de los riesgos que puede entrañar su uso, sobre todo si el juguete es eléctrico o utilizan productos químicos, dardos u objetos punzantes.

Consumo advierte que si se trata de juguetes desmontables hay que comprobar que los elementos sean lo suficientemente grandes para impedir que los peques se los introduzcan en la boca. Las bolitas o pelotas con diámetros inferiores a 4,3 centímetros representan un riesgo de asfixia para los menores de 3 años. No deben tener bordes cortantes o aristas y si contienen pilas botón, partes eléctricas o transformadores hay que comprobar que están bien aislados. También hay que evitar los fabricados con plástico frágil y quebradizo que pueda romperse con facilidad en pedazos pequeños o dejar bordes filosos.

Otras recomendaciones insisten en conservar el tique de compra para posibles reclamaciones e informarse sobre las condiciones de venta en general. Consumo aconseja adquirir los juguetes «en comercios especializados y aquellos otros que ofrezcan ciertas garantías».