¿Su trabajo como secretario municipal le permitió conocer la realidad del medio rural?

Efectivamente. Durante diez años fui secretario-interventor en ayuntamientos de menos de 5.000 habitantes.

¿Fue una etapa difícil?

Sí. Cuando empecé a trabajar en 1984 no teníamos los medios de los que se dispone ahora. No había internet, ni tuve ordenadores hasta 1990, e imagina las prestaciones que ofrecían.

La situación ha cambiado mucho.

Ahora se tienen más medios, pero también es verdad que el trabajo se ha complicado. Hay muchas leyes que exigen a los ayuntamientos cumplir determinadas obligaciones que son técnicamente complejas.

¿Por eso se creó el área de Asistencia y Modernización Local de la Diputación de Zaragoza?

Así es, incluye el Cuarto Espacio y su misión es dar apoyo integral y asesorar a los municipios en cuestiones jurídico-administrativas, económicas y técnicas.

¿La burocracia ahoga a los pueblos?

Sí, porque las leyes están pensadas por igual tanto para el Ayuntamiento de la capital de provincia como para el de 100 habitantes. No se distingue el régimen jurídico en función de la población, salvo en algunos casos.

¿Son demasiadas obligaciones?

Hay que cumplir con la estabilidad presupuestaria, regla de gasto, contratación, transparencia, protección de datos... Son temas muy especiales y complejos.

¿Los alcaldes están preparados para afrontar el gobierno de sus localidades?

Sí. Lógicamente hay cuestiones que no controlan, pero para las que tienen el apoyo de los funcionarios que les asisten. Lógicamente por ser alcalde no tiene que tener los conocimientos para poder afrontar todos los problemas.

¿Cuáles son las principales dudas que plantean?

Tienen muchas preguntas acerca de la ley de estabilidad presupuestaria y regla de gasto. Se trata de normas difíciles de entender y conducen a unas consecuencias que para los pueblos pequeños son un poco incongruentes: tienen recursos pero no los pueden gastar. Es bastante complejo.

¿Ha generado quejas en el ámbito municipal?

Sí, sí. Es generalizado. El Estado aprobó una ley que da el mismo tratamiento al Ayuntamiento que tiene problemas financieros que al que está saneado.

¿Y preguntan mucho?

Más los secretarios, pero también los alcaldes. Las consultas se están multiplicando exponencialmente. Nos adaptamos a sus necesidades y les atendemos por teléfono, a través del correo electrónico o de forma presencial.

¿Es difícil gobernar un pueblo de menos de 500 habitantes?

Sí. En un pueblo pequeño, el alcalde es alcalde las 24 horas del día y atiende a los vecinos hasta en su casa. De los 293 municipios de la provincia, 203 tienen menos de 500 habitantes.

Para revertir la tendencia demográfica nació la cátedra y el consejo contra la despoblación.

Así es. Se están estudiando distintas medidas para frenar esta tendencia. Es una investigación con sentido teórico y práctico, para luego desarrollar políticas que puedan tener efectividad. Además de las fiscales habría que dotar a los pueblos de internet. Se trata de luchar contra ese futuro que en este momento se ve negro.