La llegada de menores inmigrantes solos a España se está multiplicando en los últimos dos años y el fenómeno también tiene su reflejo en Aragón. En dos años han llegado a Aragón cerca de un centenar de menores extranjeros solos, la mayoría procedentes de Marruecos. Llegan a la Península en pateras o escondidos en camiones, y después viajan por toda España. Los que llegan a Aragón son acogidos por los servicios sociales y el Gobierno de Aragón ejerce su tutela (siempre que ellos y sus familias de origen estén de acuerdo).

Según los datos proporcionados por el Servicio de Atención a la Infancia y Adolescencia del IASS, en lo que llevamos de año ya se han abierto 31 expedientes de protección a menores extranjeros no acompañados. El año pasado fueron 24; en 2015, 4; en 2014, 9; y en 2013, 6. Estos son los datos de los menores acogidos en centros de la DGA y que voluntariamente participan en su programa de protección. A estos hay que añadir los menores detectados por la Policía y los servicios sociales, pero que después huyen y no quieren estar bajo tutela del Gobierno de Aragón. Estos casos, en los que se abren "diligencias previas" pero no expediente de protección también han aumentado.

Cerca de un centenar de menores extranjeros han llegado a Aragón en los dos últimos años: en 2017 se han abierto 31 expedientes de protección y 19 diligencias previas, y en 2016 fueron 24 expedientes de protección y 11 diligencias previas.

"Hemos tenido un incremento de la llegada de menores extranjeros no acompañados (MENA), aunque la situación no es alarmante como en otras comunidades autónomas. Algunos menores inmigrantes tienen Aragón como destino y para muchos es un lugar de paso. Los acogemos, tratamos de localizar a sus familias en sus países, les facilitamos la documentación y diseñamos un itinerario de inserción para cada uno de ellos hasta la mayoría de edad, o más allá", explica Isabel Lamana, jefa de la sección de Protección y Tutela del Servicio de Menores del Gobierno de Aragón.

Perfil: marroquí de entre 15 y 17 años

La mayoría de los menores extranjeros solos que llegan a Aragón son chicos marroquíes de entre 15 y 17 años. Pero sus historias y perfiles son muy diversos. Algunos vienen con el consentimiento y apoyo expreso de sus familias; otros escapan de su lugar de origen sin avisar. Algunos llegan a España en patera; otros cruzan África en autobuses y camiones. La inmensa mayoría son chicos, pero este año han venido también 2 chicas: una de Marruecos y otra de Nigeria (la segunda víctima de una red de explotación sexual).

En 2017, de los 50 menores extranjeros detectados en Aragón (31 bajo tutela y 19 diligencias previas): 37 son de Marruecos, 5 de Argelia, 5 de Ghana, 1 de Mali, 1 de Costa de Marfil y 1 de Nigeria. En 2016 fueron 27 de Marruecos, 3 de Ghana, 2 de Mali, 1 de Guinea Conakry, 1 de Liberia y 1 de Argelia.

Este año vino un chico de 12 años que luego se marchó y no está bajo tutela del Gobierno de Aragón. Además, hay 4 menores de 13 años, 2 de 14, 7 de 15, 14 de 16, 17 de 17 y 5 que cumplen 18 este año.

Cómo funciona el programa de acogida

De acuerdo a la normativa internacional y española, los menores extranjeros no acompañados deben ser acogidos por la Administración. En otras comunidades autónomas los centros de acogida de inmigrantes y de menores en concreto están desbordados, como en Cataluña, donde están recibiendo a más de 200 MENA al mes. En Aragón, hay recursos suficientes para asumir el incremento que ha habido hasta ahora.

El procedimiento de acogida comienza cuando la Policía o los servicios sociales detectan a estos menores, normalmente en estaciones de autobuses o trenes, en la calle o trasladados desde otras comunidades autónomas. Si no tienen documentación (la mayoría viajan sin papeles), la Policía les hace una prueba de edad. Después son derivados a uno de los centros de acogida para menores (COA), donde conviven españoles y extranjeros. Son centros abiertos y los chicos permanecen en ellos voluntariamente. Ahora hay dos en Zaragoza, uno en Huesca y otro en Teruel, aunque en breve va a cambiar el sistema de residencias y pisos de acogida para menores de la DGA.

Pasados unos días desde la apertura de diligencias previas, se abre un expediente de protección, por el que el IASS ejerce la tutela del menor y se encarga de su alojamiento, manutención y formación hasta la mayoría de edad, prorrogable con otros programas. Tras un periodo máximo de 2 meses en el COA, los menores pasan a otro tipo de residencias o pisos tutelados.

"Se hace un seguimiento individualizado de cada menor. A cada caso se le asigna un coordinador y un equipo técnico formado por un trabajador social, un psicólogo y un educador social. Se les proporcionan cursos de español y después se les matricula en institutos o centros sociolaborales. Cuando cumplen los 18, si tienen voluntad, pueden continuar en otros programas de transición a la vida adulta", señala Isabel Lamana.