"Estamos desesperados; si no llueve ya, habrá que volver a sembrar en primavera"

Agricultores y ganaderos alertan de la catastrófica situación que vive el sector.

César Izquierdo, joven agricultor de El Pobo, muestra su campo, en el que no crece el trigo.
"Estamos desesperados; si no llueve ya, habrá que volver a sembrar en primavera"
A. García/bykofoto

La terrible sequía que registra Aragón desde el pasado verano está poniendo en jaque a la agricultura turolense, que llega a esta nueva encrucijada muy castigada tras seis años consecutivos en los que también ha escaseado el agua, sobre todo en primavera, cuando el cereal, entre otros cultivos, más lo necesita.

"Si no llueve, en el campo turolense va a haber pérdidas millonarias", advierte el secretario del sindicato agrario Asaja en Aragón, José Manuel Cebollada. "El trigo no nace y ya tendría que haberlo hecho y los ganaderos están soportando un sobrecoste enorme al no haber pastos en el monte y tener que alimentar sus rebaños en el establo", relata con gran preocupación.

Lo habitual en Teruel es que llueva en noviembre, incluso que lleguen las primeras nevadas, pero este año no ha caído, literalmente, ni una gota de agua en todo el mes ni está previsto que ocurra y la única nieve visible desde la capital es la que han fabricado con dificultad los cañones de las pistas de esquí de Javalambre. Los caminos están polvorientos y los paisajes grises.

"Siempre llueve en Teruel en estas fechas, no sabemos qué es lo que está pasando ahora", añade alarmado Cebollada sin dejar de destacar que "se van a perder las cosechas".

César Izquierdo, un joven agricultor de El Pobo, no oculta su desasosiego. "Los agricultores estamos desesperados; el campo no puede aguantar más en esta situación", se queja. "Si no llueve, habrá que volver a sembrar en primavera y eso es perder dinero y trabajar más".

A sus 25 años, César Izquierdo cultiva junto a su padre en esta localidad situada a 35 kilómetros de la capital, 500 hectáreas de trigo, cebada y, últimamente, de girasol. Hace seis años, nadie en El Pobo apostaba por esta planta herbácea oleaginosa, pero ahora muchos agricultores han decidido diversificar sus cultivos con una especie que se siembra en primavera y necesita el agua en verano, cuando, al menos, caen algunas tormentas por la provincia. De hecho, el girasol ya ocupa 300 hectáreas en este pueblo.

Este agricultor no se plantea abandonar la agricultura porque le gusta su profesión, pero reconoce que el sector está llegando a una situación "límite" en Teruel. "Estamos aguantando como podemos; porque llevamos seis años desastrosos, un palo tras otro", explica. "Ni las instituciones ni el tiempo los tenemos de cara", lamenta. Izquierdo recuerda que las ayudas de la PAC (Política Agraria Común) son más bajas en la provincia turolense que en otros territorios del país, lo que, unido a la sequía, está dibujando un panorama "desolador" para la agricultura. "Las Administraciones deberían hacerse cargo de esta situación de calamidad", reclama.

"Mal futuro" para la ganadería

También Miguel Ángel García, un ganadero de Villafranca del Campo, está sufriendo en su propio bolsillo los estragos de la sequía. Su hermano y él, empujados por la falta de lluvia en Teruel, compraron hace 7 años pastos en municipios de Guadalajara para que parte de sus ovejas se alimentaran allí. Sin embargo, las fuentes y manantiales naturales que antaño abundaban en el monte de la vecina provincia también se han secado y ahora tienen que llevar agua con cubas hasta los establos y cercados que poseen en ambas provincias.

"Gastamos más de lo que producimos", dice con pesar García. "Estamos pensando resistir como se pueda y a ver qué pasa, porque el futuro pinta muy mal", añade.

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