La reapertura del cuartel tendrá un impacto económico en Huesca de 25 millones al año

La exalcaldesa de Huesca Ana Alós reconoce que el traslado de los mandos triplicará el beneficio logrado hasta ahora por la instalación.

La exalcaldesa de Huesca, Ana Alós, en una imagen de archivo en el cuartel Sancho Ramírez.
La exalcaldesa de Huesca, Ana Alós, en una imagen de archivo en el cuartel Sancho Ramírez.
Javier Broto

"La presencia del Ejército en Huesca ya no tiene marcha atrás. Se reforzará el número de militares en la provincia después del calvario que vivimos con el cierre del cuartel Sancho Ramírez", manifestó ayer con satisfacción la exalcaldesa de Huesca Ana Alós, tras conocer la decisión del Ministerio de Defensa de trasladar desde Madrid a Huesca el cuartel general de la División Castillejos.

La medida, además, "triplicará" los ingresos económicos que dejaba en la ciudad el contingente militar hasta el cierre de las instalaciones el 31 de diciembre de 2016. Hay que recordar que el contingente que llegará a la capital altoaragonesa lo compondrán al menos un centenar de mandos del Cuartel General de la División y un batallón con efectivos destinados en Transmisiones, Logística, Policía Militar y Servicios, entre otras unidades.

La directora de la Cámara de Comercio de Huesca, Celia Elfau, se congratuló ayer de la ubicación de la División Castillejos, que "permitirá una reposición de la actividad anterior e incrementada en una parte, y esto es muy importante", agregó Celia Elfau.

Aunque la Cámara no ha realizado ningún estudio sobre la valoración económica del impacto, este podría alcanzar los 25 millones de euros, aproximadamente, frente a los 8 millones de los años precedentes. El traslado de personal militar desde Madrid tendrá efectos directos en las obras de ampliación del cuartel, suministros directos y servicios. Además, Elfau apuntó los beneficios inducidos en viviendas, alimentación, ocio y educación así como en beneficios indirectos para empresas de mantenimiento.

El traslado

La División Castillejos, dirigida por el general oscense Fernando García-Valerio, tiene bajo su mando las tres brigadas de élite del Ejército de Tierra (Legión, Paracaidistas y Aerotransportada), que antes integraban el Mando de Fuerzas Ligeras con la Brigada de Montaña, que ahora está en la de Aragón I y depende de la División San Marcial de Burgos, de fuerzas pesadas.

Fuentes militares no descartan que la Brigada de Aragón podría incluirse entre las que dependan del cuartel general que se traslade a Huesca.

Ana Alós destacó ayer que su apuesta para la reapertura del cuartel militar recibió "desde el primer momento" una respuesta positiva de la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal. "Del cielo no nos ha llegado. Reabrir el cuartel ha sido un esfuerzo personal de la ministra", precisó Alós.

Desde su despacho del Congreso de los Diputados, la diputada oscense desveló que los primeros contactos que tuvieron con la ministra De Cospedal empezaron en noviembre de 2016, tras su toma de posesión, y le acompañó Gerardo Oliván, el portavoz del Partido Popular en el Ayuntamiento. El actual alcalde de Huesca, el socialista Luis Felipe, también remó en la misma dirección para conseguir el objetivo.

En cuanto a los detalles de la elección del cuartel general de la división Castillejos, la exalcaldesa prefirió "no entrar en los detalles, para que los oficialice el Ministerio de Defensa", pero sí que apuntó la "envergadura" de la unidad elegida por su importancia en el Ejército de Tierra. "Su llegada puede servir para amarrar definitivamente la presencia de los militares".

Por su parte, el presidente de la Diputación Provincial de Huesca, el socialista Miguel Gracia, valoró la "unanimidad política" que existe en Huesca ante la próxima instalación de este cuartel general, y realizó "una lectura positiva" de la "reconsideración planteada ahora por el Gobierno central".

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