El origen aragonés del exconsejero catalán Antoni Comín

La familia de Antoni Comín, cesado del Gobierno de Cataluña, procede de Zaragoza e, incluso, algunos de sus antepasados ocuparon importantes cargos públicos en la ciudad.

Antoni Comín, exconsejero de Salud del gobierno de Puigdemont.
Antoni Comín, exconsejero de Salud del gobierno de Puigdemont.
Parlamento de Cataluña

"Muchas familias catalanas tienen algún antecedente aragonés. Díganlo de dos ejemplos bien conocidos, los de las madres de Josep Fontana o de Joan Manuel Serrat". Estas palabras, referenciadas del libro ‘Ante Calaluña’ (2014), de Eloy Fernández, se pueden leer en un panel de la exposición ‘Dicen que hay tierras al Este’, en Zaragoza.

A esos casos, los de Fontana y Serrat, se les suma la historia de cualquiera de las familias aragonesas que se trasladaron a la comunidad vecina para comenzar una nueva vida, como los Comín. Este clan, que hizo mucha política en la capital aragonesa, está asentado en la Ciudad Condal desde hace dos generaciones.

En la actualidad, el apellido sigue vinculado a la política a través de uno de los consejeros cesados de la Generalitat: Antoni Comín. Las últimas informaciones señalan que este militante de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) y miembro de la lista electoral ‘Junts pel Sí’ es uno de los hombres de Puigdemont fugado a Bruselas.

Sobre él recae la acción penal de "delitos de rebelión, sedición, malversación y conexos", como parte del Consejo Ejecutivo del Gobierno de la Generalitat, según reza una orden de la Fiscalía. Además de responsabilidades por impulsar la "celebración del referéndum", a través del cese de "los presidentes de 29 consorcios sanitarios y entidades públicas sanitarias, asumiendo él la responsabilidad de todos ellos", se añade en el documento.

Lejos de la capital belga, a más de 1.200 kilómetros, se encuentra el origen de su familia, en Zaragoza, donde nacieron las últimas cuatro generaciones por parte de padre. Un decano de Derecho de la Universidad de Zaragoza, el jefe de los carlistas en Aragón y hasta un concejal del Ayuntamiento de ciudad forman parte de los antepasados más cercanos del exconsejero de Salud del gobierno catalán.

Antoni Comín nació en Barcelona en 1971. Es el cuarto hermano y el pequeño de la familia. De cuna le viene el interés por la política y por la religión. Según la biografía que aparece en la página web oficial del Parlamento de Cataluña, es licenciado en Filosofía y en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona.

Antoni Comín.

Esta formación le llevó a ser profesor asociado de la Escuela Superior de Administración y Dirección de Empresas (ESADE) y docente en el colegio Sagrado Corazón de Barcelona. Dentro del plano personal, tiene estudios superiores de piano y teoría musical por la Escuela de Música de la capital catalana. Hace unos años, junto a su marido, adoptó una hija. A juzgar por alguna fotografía antigua, Antoni guarda un gran parecido físico con su padre, Alfonso Carlos (1933 - 1980).

"Parece el Che Guevara", coincidía una pareja de señoras ante el retrato del progenitor de Comín que se muestra en ‘Dicen que hay tierras al Este’ - hasta el 7 de enero, en el palacio de Sástago de Zaragoza -. Melena al aire, ojos claros y barba rizada. Detrás de esa apariencia se escondía una persona que unió su dimensión política y religiosa, lo que en la exposición se denomina "una doble militancia".

Alfonso Carlos Comín.

Alfonso Carlos trabajó, tal y como se apunta en la muestra, por "los cristianos que querían estar en el Partido Comunista o en el PSUC y los comunistas creyentes deseosos de formar parte de Iglesia Católica". En las vitrinas, un documento escrito a máquina de escribir – con una Olivetti Studio 44 – ejemplifica esa relación que trazó entre la fe y la política.

Su implicación le llevó a ser elegido para diputado de la primera legislatura del parlamento catalán. Sin embargo, nunca tomó posesión porque falleció meses antes, víctima de cáncer. Alfonso Carlos da nombre a una fundación que tiene como objetivo, según la web de la entidad, "trabajar en la línea del compromiso social, político y religioso que animó su vida". El Ayuntamiento de Zaragoza le dedicó en 1980 una calle en el barrio de Monsalud, inaugurada por el entonces alcalde, Ramón Sáinz de Varanda.

Al igual que Alfonso Carlos, su padre y, por tanto, abuelo de Antoni, falleció a una temprana edad, sin alcanzar los 50 años. Se llamaba Jesús Comín Sagüés (1889 – 1939), también era originario de Zaragoza y diputado, como sus dos generaciones siguientes. En su caso "en las Cortes Republicanas de 1933 y 1936 por el Partido Tradicionalista y siempre por el distrito de Zaragoza provincia", como señala José Peña González en ‘Pemán, cronista del tardofranquismo’. En el mismo libro cuentan que "se hizo famoso por sus reiteradas interrupciones en la Cámara".

Jesús Comín.

La mayoría de sus reivindicaciones tenían que ver con problemas en Zaragoza, como "los daños producidos por las tormentas, la situación del ferrocarril a Canfranc o la de la Confederación Hidrográfica del Ebro", según se referencia en ‘Zaragoza en el Congreso de los Diputados. Parlamentarios durante la Segunda República’, obra de Gabriela Sierra y Francisco Gracia.

Antes de llegar a la política, había estudiado Derecho en la Universidad de Zaragoza y se doctoró en Filosofía y Letras. Además, fue miembro del Cuerpo Facultativo de Archivos, Bibliotecas y Museos. Desempeñó el papel de jefe regional de los carlistas de Aragón y organizó algunos tercios de requetés, lo que lo convirtió, como reflejó José Luis Melero hace una década en HERALDO, en una pieza clave de la sublevación militar de julio de 1936. En esa fecha, se le atribuye la ocupación del Cuartel de Castillejos de la capital aragonesa.

Francisco Javier Comín.

Si se mira hacia la copa del árbol genealógico de los Comín, la rama continúa en Zaragoza. Francisco Javier Comín Moya (1857 – 1932) era el padre de Jesús y, por tanto, bisabuelo del exconsejero de Salud catalán. Estudió Filosofía y Letras, además de Derecho, en la Universidad de Zaragoza. Ocupó el cargo de decano de la facultad de Derecho entre 1921 y 1928, como se puede observar en su retrato oficial, que forma parte del patrimonio pictórico de la universidad. Bajo esa toga y muceta negra se escondía un profesor "socialcatólico", como lo califican Concha Lomba y Pedro Rújula en ‘Historia de la Universidad de Zaragoza’. Y según la Gran Enciclopedia Aragonesa (GEA), este zaragozano también participó en la fundación del diario ‘El Noticiero’.

La pista de esta familia se pierde con el tatarabuelo, Bienvenido Comín y Sarté (1828 – 1880). Nació en Zaragoza y, según el localizador de tumbas del Cementerio de Torrero, sus restos podrían descansar en la parte antigua de dicho camposanto. Este abogado y escritor tuvo que emigrar a Burdeos cuando era niño por las "ideas legitimistas de su padre", como apuntó José Vicente González Valle en la GEA. En la misma voz de dicha enciclopedia se cita que fue "síndico y concejal del Ayuntamiento de Zaragoza en varias ocasiones", ciudad a la que regresó siendo todavía un niño.

Bienvenido Comín.

La historia de la familia Comín es como el Ebro, un río con mucho caudal, en este caso político, que parte de Aragón y se abre camino hacia Cataluña.

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