Velilla de Ebro: lucha hercúlea de camino a Roma

La asociación cultural Los Trabajos de Hércules se esfuerza a diario desde Velilla de Ebro para poner en el mapa turístico el yacimiento de Lépida Celsa, uno de los más interesantes de Aragón.

Natalia, Tere, Marta, María José y María Jesús, de la Asociación Los Trabajos de Hércules, en el yacimiento de Lépida Celsa.
Natalia, Tere, Marta, María José y María Jesús, de la Asociación Los Trabajos de Hércules, en el yacimiento de Lépida Celsa.
Laura Uranga

La Asociación Cultural Los Trabajos de Hércules nació hace cuatro años con siete personas en su formación, y se completa con la alcaldesa de Velilla de Ebro, Rosario Gómez, quien les instigó a volcarse en la iniciativa. El motor de la asociación es dar visibilidad al patrimonio local de un modo original y detallado, con el yacimiento romano de Lépida Celsa como estandarte.

Todo empezó con unos cursos de 170 horas en Velilla sobre patrimonio. Los Trabajos de Hércules coordina como asociación visitas guiadas para escolares y adultos al yacimiento y su museo provisional, y han instaurado la actividad de las Nonas el primer fin de semana de junio. La alineación la componen Tere Royo, María Jesús Miranda (presidenta), Marta Esteban, Natalia Gaudés, María José Tella, Óscar García y Vanessa Casamián. En el yacimiento de amplias calles, contiguo al pueblo, pueden apreciarse los restos de dos ‘domus’ de patricios y libertos pudientes en un estado de conservación muy notorio: la casa de los Delfines y la casa de Hércules. "La más pudiente es la casa de los Hércules, aunque no es exactamente la más excavada –apuntan Natalia y María José– y desde ahí tienes la posibilidad de recrear de manera bastante aproximada lo que sería un casco urbano romano".

Velilla de Ebro: lucha hercúlea de camino a Roma

María José recuerda con orgullo que Lépida Celsa no era un simple poblado, sino que fue la primera colonia inmune del valle del Ebro en la época romana. "Antes que Caesaraugusta, que llegó casi un siglo después. Allí confluían tres ríos y aquí solo estaba el Ebro, así que se desplazaron… pero aquí estuvo el primer núcleo de control romano del valle. Y sí, se conoce esto, pero no lo suficiente, no lo que merece".

Natalia aclara que se someten a una actualización continua de conocimientos, tanto por afición personal como por ganas de ofrecer cada vez mejores servicios a los visitantes. "Para el fin de semana de las Nonas trabajamos el año entero; hacemos representaciones con indumentaria romana que confeccionamos en la Asociación, y cuidamos los detalles para hacer las cosas del modo más fiel posible". "Los diálogos de las representaciones –precisa María José– van sellados por el Museo de Zaragoza, lo que garantiza que no haya errores históricos. Lo mismo ocurre con las indumentarias y todos los datos de los talleres. No nos limitamos a Google: trabajamos cada día en el local, varias horas cada tarde, por amor a nuestro pueblo".

El museo monográfico de Lépida Celsa está en lo alto de un monte contiguo al yacimiento, y se pretende acabar de una vez con su provisionalidad de dos décadas por medio de un traslado. "La alcaldesa –aclara Susana– está luchando por ubicarlo en el centro del pueblo. La DGA ha dado su aprobación y ahora se están buscando fondos para poder llevarlo a cabo. Es un primer paso. Además, hay mucho que ver en Velilla. Si hacemos la visita nosotros, los bajamos al pueblo, pero si vienen por su cuenta al yacimiento, a veces ni entran".

En el último fin de semana de las Nonas, ni la lluvia torrencial frenó la recreación en Lépida Celsa. Se recibe a la gente en lo alto del yacimiento, junto a la casa de los Delfines; la interpretación consiste en una voz narradora y gente que habla entre sí como si fuera un día normal, desde el legionario a la patricia, la doncella, el esclavo, el edil o el panadero. Hay una veintena de voluntarios en apoyo de la Asociación, niños aparte, y se han recreado una boda y un nacimiento. "Nos han invitado –dice María José– a hacerla en otros sitios, pero desplazar a todo el mundo es complicado, y lo mismo pasa con el atrezo, que también hacemos nosotros".

La excavación original data de hace tres décadas. Ahora hay restauraciones de pinturas, muros y mosaicos, pero no se mete más pala a la tierra: son necesarias expropiaciones de terrenos que, por el momento, están en trámite, con la alcaldesa en labores de mediación. La limpieza y el mantenimiento corre a cargo de la asociación, que recibe una pequeña partida económica para la tarea y también para las jornadas de las Nonas. "Lo hemos hecho también sin dinero, quitando hierbas para que se vean las piedras. Además de excavar, hay que mantener lo excavado en condiciones".

La campana milagrosa de Velilla, una leyenda con abundante eco en la literatura española

Esta leyenda, arraigada localmente, forma parte del mundo de los prodigios religiosos y la pseudohistoria, pero de un modo casi entrañable; la campana, llamada M.ª Pilar Nicolasa del Milagro, situada en la ermita de San Nicolás de Bari, marcó durante siglos con su triste tañido (y sin fuerza motora humana conocida) sucesos relevantes, algunos históricos y otros de interés vecinal. La campana vino en tiempos de los godos desde el Mediterráneo remontando el Ebro, y han llegado reportes hasta nuestros días de que sonó en el 711, con el arribo de los musulmanes; en 1485, a la muerte de Pedro Arbués, en 1515 con la de Fernando el Católico, en 1527 por el saqueo de Roma, en 1558 a la muerte de Carlos V... el mismo Baltasar Gracián decía en una carta al erudito y mecenas Vincencio de Lastanosa que la campana permaneció misteriosamente silente en torno de 1650. La gente le fue arrancando trozos para usarlos como amuletos, y quedó en mal estado hasta que en 1841 se refundió. Calderón de la Barca, Bretón de los Herreros y el propio Quevedo se hicieron eco de la leyenda en sus escritos; éste último compuso dos sonetos (el 92 y el 568 de su cosecha personal) sobre el tema.

El dance de Velilla en honor a San Nicolás de Bari

El dance de Velilla se unificó hacia el siglo XVI. Está compuesto por elementos musicales, bailes, luchas de palos y espadas entre moros o turcos y cristianos, además de los ‘dichos’, diálogos o dedicatorias a San Nicolás de Bari. En el transcurso de la representación –buena parte de las asociadas en Los Trabajos de Hércules también está en el dance, por cierto– se hace referencia a ritos pastoriles, agrícolas o guerreros, y naturalmente hay sitio para la religión católica: el propio texto del Quijote ya hace referencia a esta tradición rural, en la que la influencia cristiana lleva siempre a una conclusión: el bando cristiano vence, el de los moros acaba con una conversión masiva al cristianismo y los dos bandos acaban bailando juntos en sobrevenida armonía. Cada uno de los elementos que conforman la tradición hoy en día se fueron sumando hasta finales del XIX. El 6 de diciembre, festividad de San Nicolás de Bari, es día grande para el dance de Velilla.

LOS IMPRESCINDIBLES

El camino jacobeo del Ebro

La cuarta etapa de esta pía ruta comienza en Velilla y lleva hasta Fuentes de Ebro. Son 26 kilómetros, siempre a la vera del río. La anterior conecta Escatrón con la localidad velillense, en un recorrido que alcanza los 28 kilómetros.

Iglesia de la Asunción

Reabierta al público en 2016 tras ocho años cerrada por restauración, debido al riesgo de colapso estructural y otras fallas menores, la iglesia parroquial (que data del siglo XVI) cuenta con una interesante torre mudéjar.

Un norial único en Europa

Después de su reciente restauración, el grupo norial de doble rueda paralela que nutre al molino de Velilla se ha constituido en otra buena razón para visitar el municipio.Es el único en Europa de estas características.

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