El XXXI Congreso Aragonés de Atención Primaria, que reúne estos días a 300 facultativos en Zaragoza, está rodeado de un desencuentro verbal entre los profesionales del sector y el consejero de Sanidad de la DGA, Sebastián Celaya. Horas antes de acudir a la inauguración de las jornadas este jueves, el titular del ramo rechazó que los médicos de familia deban enfrentarse en su día a día en las consultas a una sobrecarga burocrática, derivada principalmente del uso del ordenador.

Celaya contestó así a las críticas del Sindicato de Médicos de Atención Primaria (que engloba a Famaset y CESM), que esta semana alertó de que la mitad del tiempo que dedican a cada paciente lo pasan con gestiones informáticas y mirando a la pantalla del ordenador, unas labores que reclaman que se deriven al personal de enfermería o administrativo.

El titular de Sanidad consideró que esta organización tiene que reivindicar «porque es un sindicato y siempre lo hace», pero aseguró que no cree que exista este problema.

A su entender, aunque adaptarse a la informatización en este nivel de asistencia puede costar, cuando se domina el sistema «el ordenador facilita mucho el trabajo». En este sentido, esgrimió que la receta electrónica «ha sido un avance considerable» y que las consultas virtuales en Atención Primaria para que el médico de familia pueda contactar con el especialista a través del ordenador, una vez que los profesionales se habitúan, suponen una mejora para facultativos y enfermos. Ante las críticas a los fallos y la lentitud de la red informática, recordó que el pasado septiembre se empezó a renovar los equipos.

El presidente de Médicos de Atención Primaria, Leandro Catalán, insistió en esta denuncia en la inauguración del Congreso y le invitó a compartir cualquier jornada con un galeno en una consulta urbana o rural. Catalán opinó que podrían liberarles de renovar las recetas electrónicas y de buscar pruebas diagnósticas en la historia electrónica del paciente, una gestión costosa cuando han sido realizadas en el centro de especialidades o en el hospital.

Acerca de las consultas virtuales a los especialistas, Catalán defendió que resultan útiles en enfermedades crónicas o modificación de tratamientos, pero cuando se trata de casos agudos se suele demorar la derivación final del enfermo al especialista, lo que contribuye, aseguró, a «disminuir las listas de espera, pero a costa de incrementar las de primaria».