Lagata: en casa del herrero... golf, reggae y pádel

Miguel Ángel López Yago es el herrero de Lagata, y trabaja para toda la comarca. Su pueblo lleva años en los mentideros culturales aragoneses gracias a un festival de música jamaicana.

El herrero Miguel Ángel López, en su taller de Lagata.
El herrero Miguel Ángel López, en su taller de Lagata.
Laura Uranga

Hay poca gente en Lagata. Un dato cuantificable que, sin embargo, no se traduce en inacción sociocultural. Este municipio del Campo de Belchite ha sabido indagar en su pasado, lustrar su presente y, por qué no, mirar con ojos esperanzados al futuro. Aunque los jóvenes se han ido en masa a Zaragoza y han echado raíces familiares y laborales en la capital de provincia, sus genes lagatinos les permiten mantener amarras en el pueblo. Entre la camada treintañera emigrada y los más veteranos hay profesionales como Miguel Ángel López Yago, que han decidido probar suerte en casa. El herrero no se limita a la faena; invierte muchas horas en la ilusión de rescatar y lustrar tradiciones de Lagata. Sus padres, junto a otros vecinos, rehabilitaron el torreón-casa solariega que hoy alberga el museo etnográfico local. Él simultanea la forja y el taller con todo tipo de reparaciones, asistencia rápida vecinal y, cuando se tercia, buenas sentadas de lectura, con la historia como tema favorito.

"Llevo –comenta Miguel Ángel– diecisiete años seguidos en el oficio de herrero, aunque antes ya había hecho algo en este terreno, además de trabajar en una empresa de cableado. También soy cerrajero y fontanero: un poco el multiservicios del pueblo. Me llaman de toda la comarca, porque también reparo maquinaria agrícola, y hago rejas y barandillas para los albañiles, además de tareas de mantenimiento. No me viene de familia; mi padre trabajó en el campo, y teníamos cerdos. Lo mío fue vocación. Me gusta estar aquí y no pensé en irme; Zaragoza no me va mucho. Cuando voy es a comprar y, si puedo, no hago noche".

Lagata: en casa del herrero... golf, reggae y pádel

En Lagata hay tienda y peluquería en dos estancias contiguas del mismo local. En el bar del pueblo, el que lleva la batuta es Kalin Bunea. Este ciudadano rumano se encarga también de la tienda, el campo de prácticas de golf, el acceso al museo local... es el maestro de las llaves en Lagata, y también del humor directo. Miguel Ángel le pregunta cuántos años lleva en el pueblo. "Ocho, más que mi coche; ¿qué quieres, que me vaya?", responde Kalin. Los parroquianos que juegan la partida de cartas a la hora del vermú lo miran y sonríen. Ya le tienen pillado el punto.

Jamaica es zaragozana

El que sí se fue, nueve ediciones después, fue el festival Lagatavajunto, dedicado a la música jamaicana. La asociación del mismo nombre, compuesta por veinteañeros del pueblo, celebró la primera edición en 2004. Jorge Moliner, profesor de primaria en Zaragoza, fue uno de los fundadores y sigue involucrado en la organización: el festival se trasladó hace un lustro al Camping de Zaragoza, y no ha fallado un solo año. La de 2018 será la decimoquinta edición, y la cita está en lo alto del género dentro del territorio español.

"Unos cuantos amigos del pueblo –recuerda Jorge– queríamos hacer en Lagata un concierto de Jah’sta, banda zaragozana de música jamaicana. Pedimos ayuda a la comisión de fiestas del pueblo, y nos dijeron que no podría ser dentro del programa de fiestas, pero sí en algún otro momento, en el pabellón. Así fue, con We&Dem y La Tribu Selektah completando el cartel. En el pabellón seguimos cuatro años, cada vez tratando de afinar más todo, y otros cinco al aire libre, en la zona donde ahora está el golf. Llegamos a meter 3.000 personas. Luego ya no pudimos hacerlo en el pueblo, pero queríamos mantener la apuesta y lo movimos a Zaragoza. En el Camping nos recibieron muy bien, y año tras año vamos sacando el reto adelante".

En la Asociación Lagatavajunto se van repartiendo tareas. "En una de las ediciones –apunta Jorge– llegamos a estar dieciocho, otras veces somos cuatro o cinco... cada cual entra y sale según sus posibilidades y obligaciones personales; en breve nos reuniremos para empezar a planear la próxima edición. A ver si en el futuro conseguimos el objetivo de tener el apellido Marley en el cartel; hace un año estuvimos a punto, pero no pudo ser. Lo que sí tenemos claro es que haremos todo lo posible para que el nombre de Lagata seguirá siendo una referencia en el panorama musical español".

El Baúl de Lagata, un espacio de paneles móviles que desmenuza la historia del pueblo

Contiguo al bar social, y justo enfrente de la iglesia parroquial de la Exaltación de la Santa Cruz, El Baúl de Lagata es un centro de interpretación del pueblo abierto hace seis años. Por medio de paneles móviles temáticos, y dividido en dos alturas, repasa dichos, hechos y costumbres del municipio entre los años 1910 y 1975. El gran tesoro de este espacio es el archivo gráfico, obtenido de los aportes de todo el pueblo, desde los presentes a los conectados en la lejanía. Cada zona se completa con relatos folclóricos, canciones, jotas o adivinanzas. Las llaves están en el bar, y la entrada es gratuita previa petición al responsable. Manolo Cunquero se encargó del diseño y la maquetación de los paneles, y el propio Miguel Ángel (herrero y agitador cultural, no cabe duda) se encargó de la coordinación temática y los textos, tanto los escritos por él mismo como los aportados por otros vecinos que se quisieron sumar a la causa. El espacio dedicado a las faenas del campo, un clásico en los museos etnográficos rurales, se resuelve aquí de un modo simple y efectivo. También hay espacio para la gastronomía, las fiestas, la música y folclore, arquitectura popular y el agua.

Un ‘driving range’ de golf y una pista de pádel

El espacio a las afueras del pueblo que se destinara en su día a la acampada del Lagatavajunto Reggae Festival está ocupado desde hace unos años por un ‘driving range’ de golf. Con cuatro posiciones hábiles, el espacio está rodeado de la correspondiente malla y tiene una longitud de 250 metros, hábil para pegadores medios-altos deseosos de poner en práctica el ‘swing’ sin tener que acudir a instalaciones más lejanas o restrictivas en el acceso. Además de los (contados, eso sí) jugadores locales, la instalación se alimenta de aficionados de las localidades cercanas e incluso de Zaragoza. Esta instalación tiene desde hace poco nuevo acompañante: una pista de pádel, que colma igualmente las necesidades deportivas de un número creciente de incondicionales en la zona. La dotación de espacios para el ejercicio físico se completa con pabellón, piscinas y una pista polideportiva; sorprendentemente completa si se tiene en cuenta el censo del municipio.

LOS IMPRESCINDIBLES

Chopo y huevos fritos

El Sábado Santo se corta un chopo y se planta a la puerta de la iglesia. La tradición de la ‘enramada’ tiene su origen en el rondar de los ‘mayos’. La Cofradía de Santa Águeda brinda a todos huevos fritos y ensalada de cebolla con olivas.

Iglesia de la Santa Cruz

De estilo barroco, data del S. XVII. Posee una nave de tres tramos, con dos capillas y coro a los pies. El segundo tramo hace de crucero y en el tercero se encuentra la capilla principal. Del conjunto sobresale la torre de tres cuerpos.

Coscaranas y guitarras

Suenan a instrumentos musicales, pero en Lagata son dulces. La coscarana se hace con restos de la masada de pan en la artesa, y las guitarras son pan remasado con aceite y azúcar). También es popular la sopa roya (con chorizo).

-Ir al especial 'Aragón, pueblo a pueblo'.

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