Lambán y Sánchez: donde dije digo, digo Diego

Los líderes socialistas escenifican la tregua tras un año marcado por fuertes discrepancias y descalificaciones.

Javier Lambán y Pedro Sánchez saludan a la militancia, ayer, en el Palacio de Congresos.
Javier Lambán y Pedro Sánchez saludan a la militancia, ayer, en el Palacio de Congresos.
José Miguel Marco

‘Donde dije digo, digo Diego’. Este es el refrán que se aplicó el pasado domingo el revalidado secretario general del PSOE-Aragón, Javier Lambán, ante su líder federal, Pedro Sánchez, que escuchó en directo en Zaragoza cómo le ofrecía la misma “lealtad absoluta” que le garantizó hace medio año, nada más ganar las primarias frente a la andaluza Susana Díaz. Ambos se fundieron en un frío abrazo, cerrando en el XVI congreso regional un año marcado por fuertes discrepancias.

El cambio de posiciones, al menos en cuanto a lo que concierne a declaraciones, no tiene desperdicio. Lambán ha pasado de deslegitimar el liderazgo de Sánchez en el aciago comité federal de hace un año, en el que los barones dieron un golpe y lo descabalgaron -“ya no eres el secretario general”, llegó a espetarle en Ferraz- a proclamar el pasado domingo todo lo contrario en Zaragoza. “Soy vehemente en el ejercicio de la lealtad, y la tienes toda. En Aragón tienes tu casa y en este secretario general un colaborador para todo lo que necesites”, dijo.

Entre medias queda el tuit más conocido de Lambán, que lo elevó a la esfera política nacional. Lo colgó el 29 de octubre de 2016, día en el que Pedro Sánchez anunció su renuncia al acta de diputado: “Demos por concluida la Operación Triunfo que empezó en julio de 2014. Empecemos a tomarnos en serio a España y al PSOE”. Fue la más lacerada crítica al líder socialista, en referencia a la fecha en la que había asumido la secretaría general.

Después llegaron otras perlas. Solo dos días después le instó a seguir la “senda” de sus antecesores en la secretaría general para retirarse “con dignidad” y ponerse a disposición de lo que el partido le reclamara. Y acabó con dardo al reclamarle “no estorbar ni interferir en la marcha de la nueva etapa del partido”.

Tampoco se quedó corto a principios de año al valorar un acto del entonces exlíder socialista, en el que defendió un giro a la izquierda en el partido y la plurinacionalidad. “Ayer vimos una versión de Pedro Sánchez absolutamente roja y radicalizada como no lo habíamos conocido jamás”, valoró.

Su enfrentamiento le llevó a cerrar filas como ningún otro barón con la andaluza Susana Díaz en la contienda de las primarias, que perdió también en Aragón. No solo asumió la derrota el pasado 23 de mayo, sino que al día siguiente admitió la “victoria rotunda” de Sánchez y dijo que era el momento de “enterrar el hacha de guerra”. “Desde el domingo solo hay un secretario general y todos somos de Pedro Sánchez”, declaró.

Eso sí, reclamó la lealtad “mutua” que, seis meses después, se prometieron este pasado domingo ante los más de 800 militantes socialistas reunidos en el Palacio de Congresos. El discurso cambió radicalmente en el acto en el que se revalidaba a Javier Lambán como secretario general del PSOE-Aragón. No solo le garantizó el apoyo al máximo responsable del partido, sino elogió la gestión del problema catalán: “El futuro de España depende en gran medida del PSOE, de que esté bien liderado, de que el secretario general acierte en sus decisiones. Ese ejercicio lo estás haciendo admirablemente. Tienes mi felicitación, apoyo y colaboración”.

Tanta puesta en escena y entrega con el líder federal provocó la hilaridad de los militantes en el momento en que aseguró que le había dado su apoyo a lo largo de sus tres años de relación, en la que habían tenido de todo. “Hemos acordado, hemos discrepado, me has ayudado, te he ayudado”, dijo, provocando que las risas cortaran su discurso para insistir en que le había ayudado “en muchas ocasiones”.

El secretario general quiso igualmente escenificar la paz con el último barón al que quiso derrocar sin éxito tras la conjura de hace un año. Y lo hizo de una forma muy gráfica, avalándolo ya como candidato a las próximas elecciones autonómicas. “Javier, tienes el apoyo de la ejecutiva federal y el mío propio para volver a ganar las elecciones”, señaló.

Tal vez ahora recuperen la sintonía que tuvieron en un principio, cuando Lambán fue uno de sus valedores en las primarias que ganó a Eduardo Madina en 2014. El presidente aragonés ya ha dado pasos, como el que dio la semana pasada al salir públicamente a defender la reforma de la Constitución, una vez lo había hecho la dirección federal. Fue el único barón que lo hizo.

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