Embalses en mínimos a la espera de lluvias

Los pantanos de la cuenca del Ebro, que actualmente se encuentran solo al 42% de su capacidad, no marcaban unos niveles tan bajos por estas fechas desde 2012.

Los embalses de la cuenca del Ebro no registraban unos niveles tan bajos a finales de octubre desde 2012. El volumen de agua embalsada no ha pasado esta semana de los 3.247 hectómetros cúbicos (42,5%), dato que empeora los 3.483 de 2012, un año especialmente seco que hasta ahora marcaba el mínimo. Tampoco alcanza la media del último lustro, que está en 4.227 hm3.

La previsión, según apuntan desde la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), es que este sea el suelo de 2017, ya que la sucesión de frentes como el de este fin de semana podría provocar un cambio de tendencia.

Marisa Moreno, jefa de Hidrología y Cauces de la CHE, reconoce que las lluvias de las últimas horas apenas generarán crecidas, ya que habrían dejado únicamente entre 10 y 30 litros por metro cuadrado. Esto, explica, favorecerá la saturación de los suelos y hará que el volumen de agua embalsada sí crezca en futuros episodios.

Los índices de sequía revelan que la cuenca del Jalón sigue en situación de emergencia. "También lo están las del Huerva y la del Najerilla-Tirón", señala Moreno. En alerta continúan la cuenca del Aguas Vivas, la del Martín y la del Guadalope. El mensaje, pese a todo, es "de espera y confianza". "Octubre tiende a ser una época de mínimos. El problema es que este año se parte de un mayor déficit acumulado", dice.

Tendencia a la baja

En las últimas semanas, el volumen de agua embalsada ha permanecido "estable con tendencia a la baja". Los sistemas de mayor tamaño, aclara Moreno, "no han presentado grandes problemas", si bien embalses como el de Yesa han estado "más ajustados", ya que las entradas están siendo "muy bajas"._"Está peor la margen derecha, la zona del Jalón", matiza. El embalse del Val está al 50% de su capacidad. Para encontrar un porcentaje tan bajo por estas fechas hay que remontarse al año 2012, momento en que cayó hasta el 41,7%. El de Las Torcas es otro ejemplo. No pasa del 14,3%, dato que iguala los de 2016 y 2012 pero empeora el de 2013 (57%) y el de 2014 (28,6%).

En la margen izquierda destacan casos como el de Yesa, que se queda en un 22,6% frente al 65,3% de 2012; y en el eje del Ebro, el de Mequinenza, que está en el 43% (hace cinco años superaba el 51% y en 2013 alcanzó el 81,7%).

Pese a la delicada situación en los embalses, fuentes de la CHE recalcan que ahora no es momento de tomar decisiones, ya que octubre y noviembre "no son meses de grandes usos". Las mismas fuentes recuerdan que durante la campaña de riegos sí se adoptaron medidas de gestión y que ningún uso se ha desatendido. Este, en todo caso, no es un problema exclusivo de la cuenca del Ebro. En Teruel, por ejemplo, la Confederación Hidrográfica del Júcar decidió cerrar las fuentes públicas a finales de mes ante la sequía que azota al pantano del Arquillo.

Años atrás, los embalses de la cuenca del Ebro han llegado a diciembre por encima de los 4.500 hectómetros cúbicos, 1.200 más de los que hay actualmente. El punto de inflexión, si nada se tuerce, se espera para las próximas semanas. "Los frentes están próximos e iremos viendo el volumen de agua que van dejando. Sobre eso ya se irá haciendo la gestión", expone Moreno.

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