Luco de Jiloca: Laura, Roberto, jardines, música y carnaval

Roberto Montañés –el 50% del dúo Los Gandules– se ha establecido en Luco de Jiloca con Laura Ruiz y el hijo de ambos, Ari; desde allí impulsa con renovada felicidad su trayectoria artística.

Roberto Montañés saca su yo infantil en el parque de los juegos de Luco.
Roberto Montañés saca su yo infantil en el parque de los juegos de Luco.
Laura Uranga

Los Gandules, grupo de música popular con década y media de trayectoria, son Tobo y Dun, Gandul de apellido en ambos casos. Tras la broma (unan cada nombre propio con su apellido común, y así pasarán de la risa ‘quedabién’ a la sonrisa cómplice) están Roberto Montañés y Santi Díaz. Roberto (Tobo) es zaragozano y vivía con Laura Ruiz (profesora de inglés y cantante: ambos son padres del pequeño Ari) en el barrio de las Delicias hasta hace año y medio. Ahora son residentes en Luco de Jiloca, turolenses de adopción. Tenían raíces en el pueblo; raíz, mejor dicho, por un tío abuelo de Roberto que les dejó su casa al morir. Ahora no descartan regarse los pies y abonarlos para que esas raíces entren lo suficiente en el subsuelo del pueblo, y el cambio de residencia pase a ser la mejor opción para la familia,

"Un tío abuelo mío que tenía casa en el pueblo, murió; vinimos unas fiestas el último día, y nos metieron en la comisión del año siguiente. Resulta que la gente era majísima: hicimos amigos, trabajamos en el programa y empezamos a venir más. Cuando tuvimos el chiquillo, Laura en excedencia, nos vinimos, hace año y medio. Pensaban que tras el primer invierno saldríamos disparados y no se lo creían, y aguantamos sin problemas. Miramos mas pueblos, pero aquí había algo especial, que mola. Estuve dos semanas en el Pilar en Zaragoza, nuestro piso esta en las Delicias, y ya deseando venir aquí, me agobiaba un poco de tanta gente. Suena fulero, pero así es. Lo disfruto muchísimo".

Luco de Jiloca: Laura, Roberto, jardines, música y carnaval

Roberto se pasa el verano entero en un rosario de patronales. "En el escenario disfrutamos siempre, pero a veces se hace difícil en algunos sitios, cuando nuestro rollo no es el que quieren en plenas fiestas, ahí da pereza chocar con la incomprensión… pero aquí se me han ido todos los prejuicios. No es Jauja, hay movidas como en todas partes, pero yo estoy muy feliz, y Laura aún más. Muchos trabajos habituales en ciudad se pueden hacer desde aquí con internet en condiciones, y aquí el Teleclub de los Zarragones tiene red abierta que funciona bien. Para todo lo demás, Calamocha está a un paso".

Sin seña alguna de Roberto, y exhibiendo buenas dotes en el mus de la vida, Laura envida a grande: su hijo ya es luqueño. "No me imaginaba viviendo en un pueblo, siempre he estado en Zaragoza. Soy profesora de inglés y cogí tres años para cuidar al peque, aún nos queda algo más de uno para pensar en el futuro, pero estamos encantados. El chaval parece que va más para músico que para ser profe de inglés, esta muy cantante. No le ponemos Los Gandules, aunque en los conciertos sí disfruta, pero le van más las nanas de Hank Williams que le canta su madre. Y ya saluda con la mano a los tractores, cosa que aún no hacemos sus padres. Eso sí, en apenas dos años ya nos agobiamos un poco cuando vienen los ‘agosteros’; son señales".

Miguelín Recording Studio

Roberto trabaja como productor desde Luco, donde se pulió y registró el último disco de Los Gandules, ‘Noches de bingo’ (2017). "En casa no tengo sitio aquí para grabar en condiciones. Lo comenté y enseguida empezaron a ofrecerme opciones, visité varias casas y pude comparar sonoridades -ríe- y al final me fui a la buhardilla de mi amigo Miguelín, que vive al lado; ahí sigo, y hasta que me eche".

Aunque viven en Calamocha, también hacen vida en Luco otros dos músicos, Chabi Crespo y Elena Martínez, bregados en proyectos como Mallacán y La Birolla. "Hemos preparado un grupo con un cancionero de la zona: se llama La Hiez. Trabajamos bailables de verbena y estamos grabando en Miguelín Studio; además, Elena quiere sacar un disco con poemas de Ánchel Conte, y Laura otro con temas propios; sus dos proyectos están ya avanzados".

En julio, pasado, Luco participó en un intercambio con la iniciativa ‘El Secadero de Ideas’ de Burbáguena, con aportes culturales de ambos pueblos en una paridera que separa ambos términos. Hubo exposición del escultor José Azul, que reside en Burbáguena, y Chabi y Elena dieron un recital. La idea es institucionalizar la idea.

El remate de la faena ‘Gandula’

Dun Gandul (Santi) ha salido ganando con la estancia de Roberto en Luco. "Él vive en Calatayud, así que le caigo más cerca, y aquí no hay problemas para aparcar, tenemos la autovía al lado para ir a los bolos... seguimos tocando cada fin de semana por toda España, y meteremos una canción en la nueva película de Lamata, ‘Futbolísimos’, con cameo incluido. También sale Óscar Algarabel, una garantía para cualquier película, un robaplanos".

Roberto aún no hace rima con el huerto en Luco. "No sé yo; le pedí un cachico a un vecino, y me soltó ‘yo creo que tú eres más de comprar verdura’. No me ven futuro, pero me gustaría probar para pasar el rato". 

El recuperado carnaval que divide al pueblo en diablos, madamas y zarragones

El carnaval de Luco se sitúa habitualmente entre los diez más famosos y significativos de Aragón. Se celebra en sábado e incluye una galería de personajes propios. Se elige entre ser de los zarragones (seres de naturaleza misteriosa que dan nombre a la fiesta), madamas (en este grupo hay subdivisión entre las ricas o pobres, y la palabra no tiene la connotación atribuida popularmente a las propietarias de lupanares) o diablos. Tras muchos años sin celebrarse, en 2003 se retomó con ganas la tradición... y hasta hoy, gracias a la Asociación Los Zarragones, que también lleva el Teleclub del pueblo. El carnaval gozó de una excelente saludo hasta el inicio de la Guerra Civil: la participación era altísima e incluso se cerraba el colegio para que los más pequeños pudieran participar. La dictadura prohibió la fiesta por pagana, como ocurrió en tantos otros sitios, aunque en Luco se llegó a celebrar prácticamente a escondidas, durante algunos años. En los antiguos carnavales sí existían disfraces individuales o parodias grotescas, pero los que más destacaban eran los mentados tres grupos de personajes.

Antonio Navarro: arte en el jardín, la planta ornamental y el cultivo de productos ‘eco’

El luqueño Antonio Navarro está al frente de La Estación Servicios Medioambientales, empresa local que diversifica sus líneas de negocio en la planta ornamental (árbol y arbusto), la agricultura ecológica y la jardinería, tanto en la creación y el concepto como en el mantenimiento. Antonio quería que la empresa tuviese su sede en Luco por cariño al pueblo que le vio nacer; además, las peculiaridades de la zona ayudan al éxito de la empresa. "Soy de Luco, conozco la zona y las circunstancias climatológicas son muy buenas para lo que hacemos. La dureza del clima hace que el tipo de planta ornamental que cultivamos pueda con todo. Los veranos son más suaves que en Zaragoza, pero resultan rigurosos, y en invierno hace muchísimo frío. En el tema de la agricultura ecológica trabajamos sobre todo patata, brasicas o coles en diversas formas y cereal. Este año también hemos probado con algo de puerro y apio, haciendo rotación de cultivos. Trabajamos para la industria congeladora y también para mayoristas en Mercamadrid. En jardinería trabajamos sobre todo para ayuntamientos: en Luco tenemos la Plaza de la Agricultura y el jardín-parque de los Zarragones".

LOS IMPRESCINDIBLES

La iglesia de la Asunción

Se empezó a construir en 1544, por mandato del arzobispo Don Hernando de Aragón, y se consagró en 1567. Es un edificio en mampostería, de tres naves, cabecera poligonal y coro a los pies. El órgano es de Jaime Roca (1697).

Rafael Barradas

El afamado pintor uruguayo se estableció en Luco de Jiloca en 1923 y pintó allí una serie de retratos llamada ‘Los magníficos’, caracterizada por un trazo duro y afán realista, en la que inmortalizaba a personajes populares.

El puente romano

Responde al prototipo de los llamados puentes de lomo de asno. Tiene 35 metros de longitud, 3,40 de ancho y 5,30 de altura máxima. Presenta tres ojos con arcos rebajados, de los cuales el central es de mayor dimensión.

- Ir al especial 'Aragón, pueblo a pueblo'.

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