Romanos: un trago dulce que toca teja

Romanos cuenta con una espectacular torre mudéjar; combina el cuidado de sus tesoros patrimoniales con la persecución de nuevas metas y el cuidado del bar como bastión de la vida social.

Reme Sebastián, propietaria del establecimiento de turismo rural Casa Periquillos.
Reme Sebastián, propietaria del establecimiento de turismo rural Casa Periquillos.
Laura Uranga

Romanos goza de una sombra muy especial, privilegiada por el reconocimiento de la Unesco como Patrimonio de la Humanidad desde 2001 como parte emblemática del mudéjar aragonés. Esa sombra, que alivia la solana en un radio móvil que recorre el corazón del pueblo, corresponde a su impresionante torre del siglo XV que servía como atalaya defensiva. El símbolo del pueblo.

Romanos fue escenario parcial de la llamada guerra de los Dos Pedros (1356-1369), sucesión de conflictos entre Pedro IV de Aragón y Pedro I de Castilla, que no implicaron acciones bélicas. Hoy en día, la única guerra que libra es común a todos los pueblos pequeños de Aragón; la despoblación, el envejecimiento inexorable de su población, la falta de alicientes para librar la batalla de la cotidianidad desde el medio rural, a pesar de que la cercanía con Daroca (14 kilómetros) garantice la cercanía de los servicios fundamentales.

Romanos: un trago dulce que toca teja

Reme Sebastián, propietaria de Casa Periquillos y alcaldesa del municipio entre 1991 y 1995, se la jugó en casa, aunque técnicamente no es del pueblo: nació en la cercana Val de San Martín, donde su hermano José Luis es el alcalde actual. "Llevo 38 años en este pueblo, creo que ya me han dado el título de romanera. Lo de Casa Periquillos fue una idea que tuvimos mi marido y yo. La casa en la que está era de sus abuelos. Como él es albañil de profesión, se animó a hacer la obra y a que invirtiéramos en esto. Abrimos en 2005, y estamos contentos".

El actual alcalde de Romanos, Raúl Tomás, apostilla sobre el negocio de su compueblana. "La casa es de alta gama, muy bonita. Caben hasta doce personas". Se puede alquilar entera o por apartamentos, tiene una planta baja muy amplia con jardín y, en definitiva, es un lugar perfecto para grupos y familias. El albergue, levantado y remozado a principios de la presente década en el antiguo edificio de las escuelas, no está actualmente en su actividad específica, aunque sí se le dan otros usos puntuales.

Piscina y fuente

En el pueblo se diversifica la mirada; de los ancestros al presente, y viceversa. Raúl es un alcalde orgulloso, tira del humor cuando toca y se pone serio a la hora de evaluar los poderes de su pueblo. "La agricultura no tiene actividad ahora mismo aquí. Los motores del pueblo son tres granjas porcinas, dos de ellas con personal externo contratado, y una residencia de ancianos con dieciséis trabajadores; cuatro de ellos, además, se han quedado a vivir en el pueblo. Ojalá hubiera más incentivos al iniciativa privada en el medio rural, porque no es fácil lanzarse a la aventura sin estrellarse".

El edil también está muy orgulloso de tener en Romanos un bar de gestión privada, el Skyros, que (nota curiosa) recibe al visitante con el vívido canto de un loro. El único bar del pueblo tiene dueño joven y voluntarioso, lo que en palabras del alcalde garantiza el servicio durante muchos años. "Que estén aquí es, evidentemente, señal de que les rinde el esfuerzo, y para el Ayuntamiento es un ahorro. Los bares tendrían que ser lugares de culto, porque dan vida: es el sitio perfecto para reunirse con los vecinos y charrar, en vez de estar encerrado en casa tras la faena. El invierno es muy largo, los días para el bar son de servir quince o veinte cafés y otras tantas cervezas, pero les da... y el verano empuja las cuentas".

Hablando de verano, el último ha tenido novedad importante en Romanos. "Cubrir la piscina –apunta Raúl– era una inversión necesaria para que se utilizara más sin necesidad de climatización; aquí refresca mucho. Se ha pasado de un servicio mínimo a días de vender cien entradas, abonos aparte".

Más proyectos

Aunque no es una zona turística ‘per se’, Romanos quiere sacar brillo a sus atractivos patrimoniales más alla de la referida torre de San Pedro Apístol, la ermita de los Remedios y los dos peirones. La biblioteca en la plaza del Horno, con sus elegantes escalinatas, es otro tesoro local, así como una fuente de origen romano que se encuentra a las afueras y a la que se quiere librar el año que viene de una pesada carga cementera que no le ha permitido brillar.

Junto al albergue también luce la escultura que ha donado el artista de Badules Alberto Rasal, buen vecino: su taller está a cuatro kilómetros de Romanos, en el municipio contiguo. Representa la figura del miguero y el repartidos, que brindan el manjar y el llamado vino de teja en las fiestas locales. Es una tradición de fin de vendimia en la que participa todo el pueblo cada 26 de agosto, una ronda con charanga por todo el pueblo en la que reparten migas directamente a las manos de los vecinos y visitantes, y se brinda vino... con la condición de beberlo de una teja. Un premio a quien tenga pulso de cirujano y ganas de celebrar la vida.

El arte plural desde la perspectiva del trabajador inagotable: José Luis Balagueró

Nacido en Romanos en 1930, José Luis Balagueró es sin duda el artista más notable de la historia del municipio; solamente vivió en su primera niñez y la guerra le quitó a su padre y a un hermano, pero lleva a Romanos en el corazón. Se formó en Zaragoza y Francia y residió una década en Chicago, donde desarrolló sus habilidades en la litografía y la fotografía, sin dejar la pintura y el dibujo: también colaboró en instalaciones artísticas medioambientales con el artista búlgaro Christo, famoso por cubrir de lonas coloristas edificios emblemáticos de todo el planeta. A finales de los setenta formó parte del Grupo 15 en Madrid, y desde 2001 se ha redicado en El Escorial. A los 87 años, sigue activo y su ritmo de producción es asombrosamente elevado. La última gran muestra que protagonizó en Aragón tuvo como sede el Museo Ibercaja Camón Aznar allá por 2011, pero en el último lustro tres galerías madrileñas han puesto el foco en su trabajo. Como pintor se ha manejado habitualmente en el terreno de la abstracción, y también brilla en la escultura, donde se expresa maravillosamente en formatos móviles.

Dos peirones en buen estado para señalizar el pueblo y recabar la devoción religiosa

Romanos conserva dos peirones: se llama así a unas columnas de unos tres metros de altura situadas a la entrada de los pueblos, con doble función devocional y de señalización. El de la Virgen del Pilar, construido en piedra, está situado en el viejo camino Real de Daroca, y también se le conoce como ‘el pilar de la Venta’. Lo forman tres cuerpos bien definidos: grada de tres escalones cuadrados –el último hace de basa– tronco prismático sin ornamentación y edículo (edificio pequeño, a escana) entre dos cornisas, con capilla de la que desapareció la imagen. El cimacio (elemento que remata el capitel de una columna) es un monolito de dos cuerpos piramidales superpuestos sin cruz. El Peirón de San Antonio de Padua está a medio kilómetro del pueblo, en el camino de Badules y muy cerca de la ermita de Nuestra Señora de los Remedios. Es un pilar prismático de sección cuadrada, del que destaca la grada de doble escalón de piedra y el cimacio de ladrillo escalonado; la basa la forma uno de los escalones de la grada, y el edículo y el tronco forman un mismo cuerpo. En el superior se abre una hornacina cuadrada con la imagen del santo portugués. Se corona con una pequeña cruz de hierro.

LOS IMPRESCINDIBLES

Casa Periquillos

El establecimiento de turismo rural es una gran opción local para disfrutar del pueblo y sus alrededores. Con capacidad máxima para doce personas, está dividida en tres miniapartamentos, con una amplia zona común y jardín.

San Pedro Apóstol

La iglesia parroquial, levantada a comienzos del siglo XVI y de estilo gótico renacentista, está rodeada de una cerca defensiva, que le encuadra en el modelo de ‘Iglesia-castillo’, con la construcción original fechada en el siglo XIV.

Rock y carreras

En los últimos años se han desarrollado en el pueblo dos iniciativas culturales llamativas: el festival de música Rockmanos y la Quedada Running, que este año fue de 10 kilómetros, con paleta de jamón para el ganador.

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