Antes de las primeras elecciones democráticas, Ángel Gracia tomó posesión de la alcaldía de su pueblo, Banastás (Huesca). Fue en noviembre de 1972 y tenía 27 años. Hoy, con 73, continúa trabajando sin descanso tanto en su empresa como en el Ayuntamiento: "Hasta que pueda seguiré al pie del cañón". Acostumbra a acostarse temprano, a las 19.00, y se levanta también antes de que salga el sol, a las 5.00.

Su máxima ha sido "defender el pueblo, siempre". Ha conseguido mayoría absoluta en las diez elecciones a las que ha concurrido como cabeza de lista. Militó en UCD, PDP, AP y, desde hace años, en el PP. "Siempre digo que yo soy alcalde porque quiero y porque me gusta, ya que nadie me obliga a estar en el Ayuntamiento", afirma. Y también porque cuenta con el apoyo de sus vecinos en las urnas. "Durante 36 años conseguí el 100% de los votos", asegura Gracia.

Lleva 45 años como primer edil, más de la mitad de su vida. "Llegué en 1972 porque el alcalde entonces me dijo que se iba y quería que estuviera yo", recordaba en otra entrevista hace años. Todavía no sabe si es su última legislatura o aún volverá a presentarse a la reelección. En este tiempo, señala, se ha puesto en marcha el polideportivo, las pistas de pádel... Cuando llegó a la alcaldía, "todo estaba por hacer". Llevó agua corriente al pueblo y construyó equipamientos.

Esta localidad, perteneciente a La Hoya de Huesca, tiene unos 300 vecinos empadronados. Es uno de los municipios que, lejos de sufrir la despoblación que amenaza a muchas poblaciones aragonesas, ha ido creciendo con el paso de las décadas. En 1970, vivían en Banastás unas 120 personas, cifra que ha ido en aumento.