Un camino al colegio de 14 kilómetros

Un centenar de alumnos intercambiaron ayer sus escuelas (Parque Goya y Utebo) para ponerse en la piel de otros niños que viven en las zonas más desfavorecidas del planeta.

Los niños de los dos colegios atravesaron el galacho de Juslibol para llegar a sus nuevas aulas.
Los niños de los dos colegios atravesaron el galacho de Juslibol para llegar a sus nuevas aulas.
Raquel Labodía

Jackson tiene 11 años y vive en Kenia. Dos veces al día, su hermana pequeña y él caminan 15 kilómetros a través de la sabana poblada de animales salvajes para llegar a su escuela. Samuel es indio y tiene 13 años, debido a su discapacidad va al colegio en silla de ruedas. Cada día recorre cuatro kilómetros de obstáculos, ríos y arena, ayudado por sus hermanos menores. En la Patagonia argentina vive Carlitos de 11 años. Para llegar a sus clases tiene que trotar 18 kilómetros con su caballo soportando las variaciones del clima de su región. Mientras que Zahira, de 12 años, camina 22 kilómetros por valles y montañas del Atlas marroquí para llegar al internado. Son los cuatro niños que protagonizan la película ‘Camino a la escuela’, la inspiración del proyecto de Forjando Líderes, que fomenta la cultura del esfuerzo y busca responsabilizar a los chavales de que tomen las riendas de sus vidas.

María, Elsa, Zésar, Izel, Alba e Irune son algunos de los nombres de los cerca de 50 niños del CEIP Catalina de Aragón (Zaragoza) que ayer cambiaron su colegio por el CEIP Parque Europa de Utebo. Catorce kilómetros de distancia que recorrieron en bicicletas para sentir las adversidades a las que se enfrentan algunos niños del mundo, a quienes les separan kilómetros desde su casa hasta su escuela, pero que están convencidos de que quieren aprender y saben que hacer este camino es la única forma de que su vida cambie en el futuro.

Ruedas hinchadas, cascos ajustados, guantes preparados y listos para empezar a pedalear. Acompañados de voluntarios, profesores, algunos padres y Rafael Izquierdo, tricampeón de España de la modalidad BMX, estos estudiantes de 5º de primaria emprendieron su ruta hacia Utebo. Una jornada que rompía totalmente con su rutina. "Han sido mis hijas las que han tirado de mí esta mañana, suele ser al contrario", contó Tomás García, uno de los padres que les vigilaba. "Estaban muy emocionadas con esta actividad, incluso se han preparado ellas solas las mochilas", añadía. En la travesía, a la altura del galacho de Juslibol se cruzaron con sus compañeros de intercambio. Hubo caídas varias y algún que otro pinchazo, pero finalmente todos consiguieron llegar al colegio de Utebo. Ayer, curiosamente, ninguno quería faltar a clase.

"Ha sido un poco cansado porque teníamos que cambiar de marchas cada vez que subíamos o bajamos cuestas, pero ha sido emocionante", contaba María, de 9 años. Su amiga Elsa tuvo una pequeño percance, pero con el apoyo de sus compañeros y los mentores no se rindió y siguió pedaleando. Por otro lado, Zésar valorará a partir de ahora el poco esfuerzo que le supone llegar a su escuela. "El documental es un poco triste pero así sabemos lo que sufren algunos niños para ir a sus colegios", afirmó este estudiante. Lo mismo opinó Irune, que a pesar de disfrutar de esta experiencia, reflexionaba sobre la vida de los chicos de su misma edad en otros lugares del planeta. "Los niños de Nepal en vez de estar en sus casas ayudando a sus padres van a cumplir un sueño y, hoy hemos comprendido que podemos llegar a conseguir los nuestros".

Líderes de sus vidas

Los libros de lengua y matemáticas ayer se quedaron en casa, la materia principal era el liderazgo de uno mismo. Rafael Izquierdo contó cómo con esfuerzo había cumplido su propósito de ser campeón de BMX y animó a los chavales a escribir sus sueños.

La mayoría reflejaron lo que querían ser de mayores: informático, veterinaria, notario, peluquero, bromista profesional, escritora... No obstante, para conseguir ese objetivo, Mayte Catalán, directora de Forjando Líderes, les invitó a reflexionar sobre qué era lo que necesitan para alcanzar sus sueños. Los niños divagaron sobre conceptos como el valor, la humildad, la empatía y la creatividad. Tras esta pausa, se subieron de nuevo al sillín y volvieron a poner a prueba sus gemelos pedaleando de vuelta a su colegio. Allí, sus padres les esperaban impacientes, deseando escuchar el relato de estos pequeños ciclistas y líderes en ciernes.

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