Mucho más que una fiesta de Halloween

La tradición de iluminar calabazas en la víspera de Todos los Santos se conserva desde tiempos ancestrales en algunos lugares de Aragón. El imaginario popular les atribuía el poder de ahuyentar a las ánimas que ese día vagaban entre los vivos.

Almetas y totones en el cementerio de Radiquero.
Almetas y totones en el cementerio de Radiquero.
Eduardo Carcellén

«La víspera de Todos los Santos se levanta el velo que separa el inframundo del mundo terrenal y en ese resquicio temporal se puede producir el tránsito de las almas en pena que regresan a la Tierra», explica Pablo Calahorra, miembro de la Asociación O Coronazo de Radiquero, donde todos los años para estas fechas ‘salen’ las almetas y totones, una especie de ‘Santa Compaña’ del Alto Aragón.

Radiquero: almetas y totones

Cuando hoy caiga la noche, quien recorra las calles de Radiquero puede encontrarse de frente con las almetas y los totones, almas en pena que intentarán arrastrarlo al otro mundo.

O Coronazo recuperó en 2001 la fiesta, que desde entonces no ha parado de crecer: «Se ha implicado todo el pueblo», señala Calahorra. Las almetas deambulan con dos cirios encendidos, mientras que los totones son los guardianes del cementerio y se distinguen de ellas porque portan una única vela. La leyenda marca que hay que huir de ellos, o al menos, no aceptar ninguna de las candelas bajo amenaza de acabar en el mundo de los muertos. Otra de las prevenciones que establecían los antiguos era vaciar calabazas, cortarlas semejando calaveras y poner dentro una vela encendida. «Al colocarlas en la ventanas, las almetas creían que la casa estaba habitadas por otra ánima y pasaban de largo», señala Pablo Calahorra. La tradición de las calabazas «es europea, en el Alto Aragón tiene raíces ancestrales», recalca, diferenciando esta fiesta de Halloween. La celebración comenzará a las 17.00 de la tarde, y hay preparados una multitud de actos.

Ibdes: una larga tradición

Ibdes, en la comarca de Calatayud, también cuenta con una larga tradición que comenzaba los días previos a la noche del 31 de octubre, cuando los más jóvenes iban a los huertos a coger calabazas rojas que luego limpiaban y preparaban con paja y una mecha encerada para colocarlas ese día en las puertas de los vecinos del pueblo. Se dejaba la calabaza encendida y se llamaba a la puerta. Los que la ponían salían corriendo porque algunos vecinos los recibían con cubos de agua.

La tradición se mantiene, pero ahora son los más pequeños los que limpian la calabaza con ayuda de sus padres y la colocan en sus propias casas. Luego, por la tarde, el día 31 recorren las casas del pueblo, disfrazados de brujas, vampiros o esqueletos, para que les den caramelos. Además, la Asociación Recreativo Cultural Jóvenes de Ibdes organiza talleres ese día por la tarde y hay concurso de calabazas y de postres terroríficos.

Trasmoz: 3.000 kg de calabazas

El Moncayo es territorio de ánimas, según contó Bécquer en sus relatos, y Trasmoz, bien conocido por sus brujas y aquelarres, es un lugar donde siempre se ha mantenido presente la leyenda de ese mundo sobrenatural. Su centenaria noche de ‘Luz de ánimas’ se celebra hoy .

Tres mil kilos de calabazas tienen ya preparados la Asociación El Embrujo y el Ayuntamiento, que comenzarán a limpiarse y personalizarse en el taller que se celebrará por la mañana, a las 11.00, y por la tarde se colocarán decorando el pueblo. A las 18.00 se celebrará la procesión y a las 20.00 arrancarán su actividad las calles animadas. Jesús Andía, alcalde de Trasmoz, promete «un recorrido escalofriante y misterioso por las calles de nuestro pueblo». Pasacalles, talleres de maquillaje, comidas populares, ‘photo call’ y otras animaciones finalizarán con un conjuro en el Castillo. Los precios pueden consultarse en este enlace.

La Fantasmada de Caspe

Aunque su origen fue más reivindicativo que festivo o religioso, la Fantasmada de Caspe se ha convertido en una de las fiestas más populares de la localidad. Un circuito terrorífico por el casco antiguo con zombies, vampiros, asesinos con motosierras, trepanaciones... espera a los participantes que quieran arriesgarse. «Todos los años se cambia el recorrido y las escenas de terror, para que todo sea una sorpresa», dice Enriqueta Cubeles, de la Asociación Cultural Casa Bosque, una de las que organizan este acto. Un total de 100 actores y 20 personas de organización logran poner en pie esta ‘perfomance’.

La ‘Fantasmada’ comenzará a las 21.00, con grupos que saldrán cada 5 minutos y que tendrán por delante media hora de sustos. En total, 1.600 participantes que solo necesitan comprar su ticket (3 euros) esa noche en la plaza de la Virgen.

Por el Pueblo Viejo de Belchite

La víspera de Todos los Santos vuelve el ciclo de visitas guiadas al Pueblo Viejo de Belchite. Se ha preparado un programa especial en el que las calles estarán iluminadas por candelabros y velas, con el bandido Calzapreta y una anciana del lugar que recordarán truculentas historias del clan de los bearneses y de niños desaparecidos, para acabar realizando un conjuro de brujería. El precio de la visita guiada nocturna es 10 euros por persona. La entrada se puede adquirir ‘online’ en la plataforma del Ayuntamiento.

En el cementerio de Zaragoza

Desde hace unos años en Zaragoza se organizan también para estas fechas actividades en el complejo funerario de Torrero. ‘Una noche en el cementerio’ y ‘Arte en el cementerio’, de la empresa Gozarte, muestras distintas facetas del mundo de la muerte. Como novedad este año aparece la actividad ‘Cementerio de Miedos’ que lleva a cabo el colectivo Atrapavientos y que se desarrollará el 1 de noviembre, en colaboración con Zaragoza Cultural.

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