La laguna de Gallocanta comienza a llenarse de grullas

Ya están llegando las primeras grullas a la laguna de Gallocanta. La migración de estas grandes zancudas en su viaje desde Centroeuropa hacia sus cuarteles de invierno en África es uno de los espectáculos más bellos que ofrece la naturaleza en la comarca de Daroca. El ciclo ‘Ruteando’, que se organiza desde el departamento de Turismo de la comarca, ha preparado un calendario de visitas guiadas a la laguna y su entorno para comprender y disfrutar mejor de la observación de aves y de la riqueza paisajística de la zona.

El punto de salida se sitúa en el Centro de Interpretación de la Laguna, en Gallocanta. Desde allí se llega por una pasarela a la orilla de la laguna, mientras el guía y creador de esta actividad, el biólogo Agustín Catalán, ofrece las primeras explicaciones sobre la vegetación ribereña y la historia geológica que dio paso a la formación de este humedal. «A la gente le sorprende mucho ver una laguna salada a esta altitud y tan lejos del mar- explica el biólogo-; también les impresiona enormemente su tamaño y su extrema salinidad, que puede llegar a ser diez veces superior a la del agua de mar».

Un rico entorno

Este primer paseo sirve también para presentar la fauna que puede verse en este espacio. «No sólo aves, también es posible encontrar vertebrados de gran tamaño, como ciervos o jabalíes, que buscan refugio para dormir entre la orla vegetal de la orilla», explica Agustín Catalán.

Tras conocer el entorno más cercano a la laguna, la visita continuará hacia un observatorio desde el que «en las horas centrales del día pueden verse las grullas» dice el guía, quien aporta un telescopio y prismáticos para facilitar la observación.

Catalán resalta la rica diversidad que ofrece la laguna y todo su entorno: «Este espacio es singular porque en poco territorio acumula tres hábitats naturales muy distintos». Así, el visitante podrá encontrar «el bosque mediterráneo de la sierra de Santa Cruz, formado de manera predominante por carrascas; el ambiente estepario, con la avifauna propia de este ecosistema, como sisones, avutardas, alcaravanes o alondras; y finalmente, el de humedal, en el que ahora llegan especies migradoras como las grullas, pero que también suele ser hogar de patos y diversas aves limícolas», dice el biólogo.

«Ahora mismo no hay muchas porque la laguna se encuentra bastante seca, pero en cuanto comience a llover vendrán y se unirá a las grullas», señala el guía.

Tres mil grullas en media hora

La salida de la tarde, a partir de las 18.00, es probablemente la que ofrece una vivencia más intensa. La caída del sol marca el momento en el que las grullas, que han estado buscando comida durante todo el día en los campos del entorno, regresan a la laguna para pasar la noche. «En ese momento, en media hora pueden verse de 3.000 a 4.000 grullas en el cielo, sobre el fondo espectacular de la puesta de sol que en Gallocanta es una visión increíble», afirma Catalán.

En la visita nocturna se añade una actividad más: la observación astronómica, dado que ya se ha producido la caída de la tarde y pueden verse las estrellas.

Las visitas están programadas para los días 11 de noviembre y 2, 7, 8 y 9 de diciembre. Existe un doble turno de salidas, a las 10.00 y a las 18.00. El precio de la salida es de 5 euros por la mañana, y 6 euros en la salida de la tarde, por la actividad adicional de observación astronómica. Los menores de 10 años, no pagan. Puede reservarse con antelación en la web de Turismo de la comarca. La visita se pagará directamente al guía en el momento de la salida.

«Se trata de recorridos sin dificultad, pensados para disfrutar en familia», afirma el guía de la actividad. Los desplazamientos de un punto a otro de la visita se realizarán en los coches particulares de los participantes.

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